¡Ay, Dios mío! Acá estamos, otra vez en esto de los huracanes. El Centro Nacional de Huracanes, esos gringos de NOAA, andan con lupa viendo dos sistemas en el Atlántico que amenazan con crecer y darnos dolores de cabeza. Uno tiene un 90% de probabilidades de convertirse en ciclón en una semanita, ¡eso sí preocupa!, y el otro, bueno, anda medio flojo con un 20%, pero nunca hay que confiarse, ¿verdad?
Como si fuera poco, nos estamos metiendo justo en la etapa más picante de la temporada de huracanes –de septiembre a noviembre–, cuando el clima se pone bien raro y cualquier cosita puede explotar. Es el momento de echarle ojo a las alertas y estar listos para cualquier cambio brusco, porque el tiempo acá es más rápido que el puma corriendo detrás de una rana.
Este primer sistema, que es el que tiene más pinta de causar problemas, es una zona de baja presión grande como un balón, con lluvias y tormentas eléctricas dando vueltas. Parece que está buscando dónde agarrar fuerza y transformarse en algo serio. Los expertos dicen que es muy probable que se convierta en depresión tropical en unos pocos días, y que luego se vaya moviéndose hacia el oeste-noroeste, con una velocidad decente, así que no parece que venga directo pa’ nosotros... por ahora.
Pero no todo es malo, mae. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN), nuestros salvadores locales, le dieron un respiro a todos nosotros. Aclararon que la onda tropical número 32 –que es la que alimenta ese sistema con más posibilidades– no debería afectarnos directamente. Están diciendo que se irá pa'l lado del norte, lejos de nuestras costas. ¡Menos mal! Porque ya estábamos pensando en sacar los tablones y atar los gallineros.
Ahora, hablemos del otro sistema, el que anda más tranqui pero siempre alerta. Está ahí, al este de la costa africana, medio desorganizado, como cuando te levantas con el pie izquierdo. Este tiene pocas chances de hacerse ciclón, pero igual hay que irlo checando, porque el clima es como la suegra: nunca sabes cuándo te va a sorprender con algo inesperado. De todas formas, parece que también se dirige hacia el Atlántico, así que, por ahora, podemos seguir disfrutando del sol y la brisa marina.
Y hablando de clima, Eladio Solano del IMN nos puso las cosas claras: el Pacífico se comporta como un sombrero ancho y bajo, con actividad más constante durante varios meses, mientras que el Atlántico es más como un sombrero puntiagudo, concentrando la mayoría de los sistemas en un período corto. Setiembre, octubre y noviembre siguen siendo los meses críticos, los que nos ponen a temblar y a revisar nuestros planes. ¡Así es la vida en este pedazo de tierra!
Vamos viendo cómo se desarrolla la cosa. Ya hemos pasado por varios sustos este año, con algunas tormentas tropicales formándose en el Atlántico y unas treinta ondas tropicales cruzando nuestro territorio. El IMN estima que tendremos una temporada un poquito más activa de lo normal, con alrededor de 14 a 16 sistemas con nombre, algunos huracanes… ¡Esperemos que ninguno nos toque en casa! Aunque, siendo honestos, con el cambio climático, cada año se nos complica más predecir qué va a pasar. Las cosas se están poniendo raras, ¿eh?
Entonces, mi gente, ¿ustedes creen que deberíamos estar preparándonos más a fondo para esta temporada de huracanes, considerando la incertidumbre del cambio climático, o es suficiente con seguir monitoreando las noticias y esperar lo mejor? ¡Déjenme sus opiniones abajo en el foro!
Como si fuera poco, nos estamos metiendo justo en la etapa más picante de la temporada de huracanes –de septiembre a noviembre–, cuando el clima se pone bien raro y cualquier cosita puede explotar. Es el momento de echarle ojo a las alertas y estar listos para cualquier cambio brusco, porque el tiempo acá es más rápido que el puma corriendo detrás de una rana.
Este primer sistema, que es el que tiene más pinta de causar problemas, es una zona de baja presión grande como un balón, con lluvias y tormentas eléctricas dando vueltas. Parece que está buscando dónde agarrar fuerza y transformarse en algo serio. Los expertos dicen que es muy probable que se convierta en depresión tropical en unos pocos días, y que luego se vaya moviéndose hacia el oeste-noroeste, con una velocidad decente, así que no parece que venga directo pa’ nosotros... por ahora.
Pero no todo es malo, mae. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN), nuestros salvadores locales, le dieron un respiro a todos nosotros. Aclararon que la onda tropical número 32 –que es la que alimenta ese sistema con más posibilidades– no debería afectarnos directamente. Están diciendo que se irá pa'l lado del norte, lejos de nuestras costas. ¡Menos mal! Porque ya estábamos pensando en sacar los tablones y atar los gallineros.
Ahora, hablemos del otro sistema, el que anda más tranqui pero siempre alerta. Está ahí, al este de la costa africana, medio desorganizado, como cuando te levantas con el pie izquierdo. Este tiene pocas chances de hacerse ciclón, pero igual hay que irlo checando, porque el clima es como la suegra: nunca sabes cuándo te va a sorprender con algo inesperado. De todas formas, parece que también se dirige hacia el Atlántico, así que, por ahora, podemos seguir disfrutando del sol y la brisa marina.
Y hablando de clima, Eladio Solano del IMN nos puso las cosas claras: el Pacífico se comporta como un sombrero ancho y bajo, con actividad más constante durante varios meses, mientras que el Atlántico es más como un sombrero puntiagudo, concentrando la mayoría de los sistemas en un período corto. Setiembre, octubre y noviembre siguen siendo los meses críticos, los que nos ponen a temblar y a revisar nuestros planes. ¡Así es la vida en este pedazo de tierra!
Vamos viendo cómo se desarrolla la cosa. Ya hemos pasado por varios sustos este año, con algunas tormentas tropicales formándose en el Atlántico y unas treinta ondas tropicales cruzando nuestro territorio. El IMN estima que tendremos una temporada un poquito más activa de lo normal, con alrededor de 14 a 16 sistemas con nombre, algunos huracanes… ¡Esperemos que ninguno nos toque en casa! Aunque, siendo honestos, con el cambio climático, cada año se nos complica más predecir qué va a pasar. Las cosas se están poniendo raras, ¿eh?
Entonces, mi gente, ¿ustedes creen que deberíamos estar preparándonos más a fondo para esta temporada de huracanes, considerando la incertidumbre del cambio climático, o es suficiente con seguir monitoreando las noticias y esperar lo mejor? ¡Déjenme sus opiniones abajo en el foro!