¡Aguante, mija! Este caso te va a tocar el coco. Resulta que una jovencita, Victoria Nelson, está sacando purito humo en TikTok denunciando a Sonya Dakar, una cosmetóloga súper famosa que atiende a celebridades de Hollywood. Las historias de estas mujeres que aman verse jóvenes pueden ser bien turbias, ¿verdad?
Dakar, si no la conoces, es la consentida de figuras como Madonna, Gwyneth Paltrow y hasta Jennifer López. Pero parece que detrás de toda esa fama y esos precios exorbitantes hay un brete oscuro. Victoria asegura que todo comenzó con una simple intención: tratar su acné. Se sentía cómoda con ella, tanto que decía que era como su 'mamá' de Los Ángeles. Un error garrafal, porque así no debí haber confiado tanto, dice.
En abril de 2021, la cosmetóloga la convenció para hacerse un peeling químico de alta intensidad. Normal, creyó ella. Pero resultó ser un golpe bajo para su piel. El resultado, según cuenta, fueron quemaduras terribles que dejaron cicatrices permanentes. ¡Qué torta! Uno esperando mejorar y sale con esto encima… Imagínate el susto.
Victoria no se quedó con los brazos cruzados. Gastó más de $90,000 tratando de arreglar el desastre, y casi $60,000 se los dio a la propia clínica de Dakar con la promesa de una reparación mágica. ¡Pero ni pum! Seguían apareciendo esas cicatrices feas. Ya agarró costumbre de taparlas, de esconderlas, pues claro, nadie quiere ver eso.
Dakar, si no la conoces, es la consentida de figuras como Madonna, Gwyneth Paltrow y hasta Jennifer López. Pero parece que detrás de toda esa fama y esos precios exorbitantes hay un brete oscuro. Victoria asegura que todo comenzó con una simple intención: tratar su acné. Se sentía cómoda con ella, tanto que decía que era como su 'mamá' de Los Ángeles. Un error garrafal, porque así no debí haber confiado tanto, dice.
En abril de 2021, la cosmetóloga la convenció para hacerse un peeling químico de alta intensidad. Normal, creyó ella. Pero resultó ser un golpe bajo para su piel. El resultado, según cuenta, fueron quemaduras terribles que dejaron cicatrices permanentes. ¡Qué torta! Uno esperando mejorar y sale con esto encima… Imagínate el susto.
Victoria no se quedó con los brazos cruzados. Gastó más de $90,000 tratando de arreglar el desastre, y casi $60,000 se los dio a la propia clínica de Dakar con la promesa de una reparación mágica. ¡Pero ni pum! Seguían apareciendo esas cicatrices feas. Ya agarró costumbre de taparlas, de esconderlas, pues claro, nadie quiere ver eso.