¡Aguántense!, porque la polémica sigue hirviendo más que olla de frijoles. Resulta que ayer en la Asamblea Legislativa, los diputados hicieron una jugada que dejó a muchos con la boca abierta: decidieron darle la espalda a la justicia y mantener la inmunidad del Presidente Rodrigo Chaves, al menos hasta que termine su periodo en 2026. ¡Una verdadera torta!
La discusión se prolongó por casi cinco horas, un verdadero brete, y parecía que la oposición tenía esperanzas de llevarlo a juicio por el famoso caso BCIE, donde se le acusa de influir para que el empresario Christian Bulgarelli le diera facilidades económicas al ex asesor “Choreco”. Pero no señor, al final, prevaleció el voto de los suyos, dejando a la Fiscalía con las manos vacías, por ahora.
Pilar Cisneros, jefa del oficialismo, salió al paso defendiendo la decisión, argumentando que “hoy no ganó Rodrigo Chaves, fue nuestra democracia”. ¡Uy, qué manera de ponerle azúcar! Según ella, evitar procesar al Presidente es proteger al país de que el Poder Judicial se salga con la suya. ¡Un discurso que encendió las redes sociales, díganlo ustedes!
Pero no todos estaban en la misma onda. Algunos diputados de la Unidad Social Cristiana (PUSC) y hasta del PLN desafiaron las órdenes de sus partidos y votaron a favor de levantarle la inmunidad. Unos valientes, dirán algunos, unos descarriados, opinarán otros. Carlos Felipe García, por ejemplo, fue contundente: “Nadie está por encima de la ley. Mi lealtad es a Costa Rica, no a una persona ni a un partido político”. ¡Qué buen chunche!
Y como si fuera poco, surgieron denuncias de presiones y chantajes por parte del Poder Ejecutivo. Johana Obando lanzó bombas diciendo que había llamados desde Zapote ofreciendo puestos en ministerios venideros a cambio de votos. Alejandro Pacheco confirmó que hubo “amenazas” y que algunos diputados tenían miedo de denunciar. ¡Qué panorama más salado! Parece novela de timbiriche, ¿verdad?
La verdad es que este tema está dividiendo al país como panes viejos. Por un lado, los que defienden al Presidente argumentando que está siendo perseguido políticamente, y por otro, los que exigen que rinda cuentas ante la justicia. Este caso, además, resalta la tensión constante entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, una vara que parece no tener fin en Costa Rica.
Ahora, mientras tanto, la acusación contra Chaves queda congelada, esperando a que termine su período. Según la versión de la Fiscalía, el Presidente habría inducido a Bulgarelli a favorecer financieramente a Choreco, utilizando recursos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Una trama turbia que seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos meses, ¡y vaya si lo estamos viendo!
Entonces, teniendo en cuenta todo lo que hemos visto, me pregunto: ¿Creen que la decisión de los diputados fue correcta o simplemente les tuvieron miedo a Chaves? ¿Será que la corrupción está tan arraigada que impide que la justicia haga su trabajo, o es solo un ataque político desmedido? ¡Dígame usted, qué piensa al respecto! Vamos a ver qué sale de este brete…
La discusión se prolongó por casi cinco horas, un verdadero brete, y parecía que la oposición tenía esperanzas de llevarlo a juicio por el famoso caso BCIE, donde se le acusa de influir para que el empresario Christian Bulgarelli le diera facilidades económicas al ex asesor “Choreco”. Pero no señor, al final, prevaleció el voto de los suyos, dejando a la Fiscalía con las manos vacías, por ahora.
Pilar Cisneros, jefa del oficialismo, salió al paso defendiendo la decisión, argumentando que “hoy no ganó Rodrigo Chaves, fue nuestra democracia”. ¡Uy, qué manera de ponerle azúcar! Según ella, evitar procesar al Presidente es proteger al país de que el Poder Judicial se salga con la suya. ¡Un discurso que encendió las redes sociales, díganlo ustedes!
Pero no todos estaban en la misma onda. Algunos diputados de la Unidad Social Cristiana (PUSC) y hasta del PLN desafiaron las órdenes de sus partidos y votaron a favor de levantarle la inmunidad. Unos valientes, dirán algunos, unos descarriados, opinarán otros. Carlos Felipe García, por ejemplo, fue contundente: “Nadie está por encima de la ley. Mi lealtad es a Costa Rica, no a una persona ni a un partido político”. ¡Qué buen chunche!
Y como si fuera poco, surgieron denuncias de presiones y chantajes por parte del Poder Ejecutivo. Johana Obando lanzó bombas diciendo que había llamados desde Zapote ofreciendo puestos en ministerios venideros a cambio de votos. Alejandro Pacheco confirmó que hubo “amenazas” y que algunos diputados tenían miedo de denunciar. ¡Qué panorama más salado! Parece novela de timbiriche, ¿verdad?
La verdad es que este tema está dividiendo al país como panes viejos. Por un lado, los que defienden al Presidente argumentando que está siendo perseguido políticamente, y por otro, los que exigen que rinda cuentas ante la justicia. Este caso, además, resalta la tensión constante entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, una vara que parece no tener fin en Costa Rica.
Ahora, mientras tanto, la acusación contra Chaves queda congelada, esperando a que termine su período. Según la versión de la Fiscalía, el Presidente habría inducido a Bulgarelli a favorecer financieramente a Choreco, utilizando recursos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Una trama turbia que seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos meses, ¡y vaya si lo estamos viendo!
Entonces, teniendo en cuenta todo lo que hemos visto, me pregunto: ¿Creen que la decisión de los diputados fue correcta o simplemente les tuvieron miedo a Chaves? ¿Será que la corrupción está tan arraigada que impide que la justicia haga su trabajo, o es solo un ataque político desmedido? ¡Dígame usted, qué piensa al respecto! Vamos a ver qué sale de este brete…
