¡Ay, pata negra! El mundo entero está hablando del Dr. Mauricio Hoyos, nuestro biólogo marino favorito, que tuvo un sustito tremendo en la Isla del Coco. Resulta que mientras hacía su brete marcando tiburones –un trabajo importantísimo pa’ entender cómo se mueven esos depredadores–, uno de ellos decidió darle un mordisco en la cabeza. Imagínate el miedazo, ¡pero el mae resultó ser un luchador!
Según nos cuentan desde For the Oceans, la fundación donde trabaja el doctor, el ataque ocurrió mientras estaban investigando un nuevo corredor entre la Isla del Coco y la Isla del Caño, buscando entender mejor los patrones de migración de estas especies marinas. Un proyecto bien ambicioso, vamos, pa’ poder protegerlos mejor. Parece que, al intentar colocarle un rastreador al tiburón, este se puso un poco picadito y, pues, ahí quedó la mordida.
La cirugía inicial en la Clínica Bíblica salió super bien, según Jorge Serendero, el director de For the Oceans. Le atendieron rápido y lograron estabilizarlo. Ahora está consciente, con las pilas puestas y, ¡aguante!, con ganas de volver al agua. Dice que ni modo que un tiburóncito lo vaya a sacar de su pasión. Lo bueno es que el mordisco, aunque feo, no afectó órganos vitales, así que la cosa pinta positiva.
Luis Hernández, biólogo marino de la U, nos explica que el tiburón responsable probablemente fue un tiburón galápago. Aunque tienen fama de ser tranquilos, a veces pueden reaccionar así si se sienten amenazados. Es importante recordar que Costa Rica tiene unas aguas tranquilas y ricas en alimento para estos animales, así que usualmente no andan buscando problemas con los humanos. De hecho, Hernándéz asegura que es súper raro que ocurran ataques de este tipo por acá.
Y es que el Dr. Hoyos es pura talla. Con más de 20 años de experiencia estudiando tiburones, es un referente mundial en la conservación de estos animales. Justo el otro día había recibido el premio Rob Stewart al Conservacionista Oceánico del Año, ¡qué honor! Su trabajo es fundamental para proteger nuestros ecosistemas marinos, y ver esto pasar es un golpe duro para toda la comunidad científica. Alex Antoniou, de Fins Attached, expresa que están consternados pero esperanzados en una pronta recuperación.
Este incidente, aunque impactante, sirve para recordarnos que vivimos en un planeta increíblemente diverso, donde los humanos compartimos espacio con criaturas fascinantes, pero también potencialmente peligrosas. No se trata de demonizar a los tiburones, sino de entenderlos mejor y aprender a coexistir de forma segura y respetuosa. Después de todo, ellos estuvieron aquí mucho antes que nosotros, y tienen derecho a habitar sus territorios.
Ahora mismo, están evaluando si necesita una segunda cirugía reconstructiva entre martes y jueves. Esperemos que todo siga yendo de maravilla y que pronto veamos al Dr. Hoyos de vuelta en el agua, haciendo su trabajo de conservación. Que se recupere pronto, mae, te queremos por acá en el Foro de Costa Rica. ¡Un abrazo grande desde el país!
Considerando la valentía del Dr. Hoyos y la importancia de la investigación marina, ¿creen ustedes que deberíamos implementar medidas más estrictas de seguridad para los científicos que trabajan en áreas remotas como la Isla del Coco, o consideran que los riesgos inherentes a este tipo de exploración deberían ser aceptados como parte del costo de avanzar en el conocimiento y la conservación?
Según nos cuentan desde For the Oceans, la fundación donde trabaja el doctor, el ataque ocurrió mientras estaban investigando un nuevo corredor entre la Isla del Coco y la Isla del Caño, buscando entender mejor los patrones de migración de estas especies marinas. Un proyecto bien ambicioso, vamos, pa’ poder protegerlos mejor. Parece que, al intentar colocarle un rastreador al tiburón, este se puso un poco picadito y, pues, ahí quedó la mordida.
La cirugía inicial en la Clínica Bíblica salió super bien, según Jorge Serendero, el director de For the Oceans. Le atendieron rápido y lograron estabilizarlo. Ahora está consciente, con las pilas puestas y, ¡aguante!, con ganas de volver al agua. Dice que ni modo que un tiburóncito lo vaya a sacar de su pasión. Lo bueno es que el mordisco, aunque feo, no afectó órganos vitales, así que la cosa pinta positiva.
Luis Hernández, biólogo marino de la U, nos explica que el tiburón responsable probablemente fue un tiburón galápago. Aunque tienen fama de ser tranquilos, a veces pueden reaccionar así si se sienten amenazados. Es importante recordar que Costa Rica tiene unas aguas tranquilas y ricas en alimento para estos animales, así que usualmente no andan buscando problemas con los humanos. De hecho, Hernándéz asegura que es súper raro que ocurran ataques de este tipo por acá.
Y es que el Dr. Hoyos es pura talla. Con más de 20 años de experiencia estudiando tiburones, es un referente mundial en la conservación de estos animales. Justo el otro día había recibido el premio Rob Stewart al Conservacionista Oceánico del Año, ¡qué honor! Su trabajo es fundamental para proteger nuestros ecosistemas marinos, y ver esto pasar es un golpe duro para toda la comunidad científica. Alex Antoniou, de Fins Attached, expresa que están consternados pero esperanzados en una pronta recuperación.
Este incidente, aunque impactante, sirve para recordarnos que vivimos en un planeta increíblemente diverso, donde los humanos compartimos espacio con criaturas fascinantes, pero también potencialmente peligrosas. No se trata de demonizar a los tiburones, sino de entenderlos mejor y aprender a coexistir de forma segura y respetuosa. Después de todo, ellos estuvieron aquí mucho antes que nosotros, y tienen derecho a habitar sus territorios.
Ahora mismo, están evaluando si necesita una segunda cirugía reconstructiva entre martes y jueves. Esperemos que todo siga yendo de maravilla y que pronto veamos al Dr. Hoyos de vuelta en el agua, haciendo su trabajo de conservación. Que se recupere pronto, mae, te queremos por acá en el Foro de Costa Rica. ¡Un abrazo grande desde el país!
Considerando la valentía del Dr. Hoyos y la importancia de la investigación marina, ¿creen ustedes que deberíamos implementar medidas más estrictas de seguridad para los científicos que trabajan en áreas remotas como la Isla del Coco, o consideran que los riesgos inherentes a este tipo de exploración deberían ser aceptados como parte del costo de avanzar en el conocimiento y la conservación?