¡Ay, Dios mío!, qué bronca este caso del ministro Arnold Zamora. La cosa está que arde, má’ porque ahora su abogado, Marvin Carvajal, salió con la lengua afuera diciendo que tienen pruebas de lujo para respaldar la denuncia por presunta violación. Parece que el ministro se creyó mucho el cuento de poder salirse con la suya, pero parece que la cosa va a doler.
Todo empezó cuando un periodista denunció al ministro por unos hechos ocurridos en un hotel, y desde entonces, el ministro ha negado rotundamente las acusaciones. Pero ahí está el abogado Carvajal, con la cara de circunstancias, asegurando que tienen pruebas de todo tipo: testimoniales, documentales, hasta audiovisuales. Él mismo dijo que la Fiscalía ya está revisando todo eso y que la historia del ministro de “no hay nada” no aguanta agua ni pintura, diay.
Lo que más preocupa a todos es que el ministro decidió meterle mano a la privacidad de la víctima, revelando su identidad. ¡Qué poca falta de respeto! Carvajal no se anduvo con rodeos y le soltó una pela al ministro, llamándolo “vil” e “irresponsable”. Dijo que van a hacer todo lo posible para que eso tenga consecuencias y para proteger a la víctima, que anda bien afectada por todo este rollo.
Según el abogado, la víctima y su familia han sufrido bastante, no solo por los hechos en sí, sino también por este proceso de revictimización pública. Están siendo muy cuidadosos para evitar cualquier tipo de represalia y confían en que las autoridades tomarán cartas en el asunto con toda la seriedad que amerita. Han tomado decisiones laborales, pues claro, no es fácil seguir trabajando con estas cosas encima.
Carvajal también aclaró que, si bien es reprochable que un alto funcionario público esté involucrado en algo así, eso no justifica en absoluto sus actos. Insistió en que la responsabilidad es únicamente del ministro y que esto no es un ataque político ni un intento de entorpecer su trabajo. Lo que buscan, simplemente, es justicia para la víctima y que se haga responsable de lo que hizo.
La Fiscalía General, liderada por Carlo Díaz, está investigando el caso a fondo. Estudian llamadas al 9-1-1, informes de la Fuerza Pública y hasta el testimonio de una testigo que asegura haber visto cómo trasladaban a la víctima a una habitación en aparente estado de indefensión. Estos detalles pintan feo para el ministro, ¿eh?
Carvajal adelanta que planean presentar una querella y una acción civil resarcitoria para buscar compensación económica para la víctima. También esperan que el Ministerio Público actúe rápido y con firmeza, para demostrar que nadie, ni siquiera un ministro, está por encima de la ley. Ya se ven venir las movidas legales, pues, y esta vaina se pone interesante, mae.
Con todo este panorama, queda la gran pregunta: ¿Logrará el Ministerio Público probar la culpabilidad del ministro Zamora, o saldrá librado de esta, aprovechándose de su posición y contactos? ¿Y qué mensaje enviará esto a la sociedad costarricense sobre la importancia del respeto a la integridad física y emocional de las personas?
Todo empezó cuando un periodista denunció al ministro por unos hechos ocurridos en un hotel, y desde entonces, el ministro ha negado rotundamente las acusaciones. Pero ahí está el abogado Carvajal, con la cara de circunstancias, asegurando que tienen pruebas de todo tipo: testimoniales, documentales, hasta audiovisuales. Él mismo dijo que la Fiscalía ya está revisando todo eso y que la historia del ministro de “no hay nada” no aguanta agua ni pintura, diay.
Lo que más preocupa a todos es que el ministro decidió meterle mano a la privacidad de la víctima, revelando su identidad. ¡Qué poca falta de respeto! Carvajal no se anduvo con rodeos y le soltó una pela al ministro, llamándolo “vil” e “irresponsable”. Dijo que van a hacer todo lo posible para que eso tenga consecuencias y para proteger a la víctima, que anda bien afectada por todo este rollo.
Según el abogado, la víctima y su familia han sufrido bastante, no solo por los hechos en sí, sino también por este proceso de revictimización pública. Están siendo muy cuidadosos para evitar cualquier tipo de represalia y confían en que las autoridades tomarán cartas en el asunto con toda la seriedad que amerita. Han tomado decisiones laborales, pues claro, no es fácil seguir trabajando con estas cosas encima.
Carvajal también aclaró que, si bien es reprochable que un alto funcionario público esté involucrado en algo así, eso no justifica en absoluto sus actos. Insistió en que la responsabilidad es únicamente del ministro y que esto no es un ataque político ni un intento de entorpecer su trabajo. Lo que buscan, simplemente, es justicia para la víctima y que se haga responsable de lo que hizo.
La Fiscalía General, liderada por Carlo Díaz, está investigando el caso a fondo. Estudian llamadas al 9-1-1, informes de la Fuerza Pública y hasta el testimonio de una testigo que asegura haber visto cómo trasladaban a la víctima a una habitación en aparente estado de indefensión. Estos detalles pintan feo para el ministro, ¿eh?
Carvajal adelanta que planean presentar una querella y una acción civil resarcitoria para buscar compensación económica para la víctima. También esperan que el Ministerio Público actúe rápido y con firmeza, para demostrar que nadie, ni siquiera un ministro, está por encima de la ley. Ya se ven venir las movidas legales, pues, y esta vaina se pone interesante, mae.
Con todo este panorama, queda la gran pregunta: ¿Logrará el Ministerio Público probar la culpabilidad del ministro Zamora, o saldrá librado de esta, aprovechándose de su posición y contactos? ¿Y qué mensaje enviará esto a la sociedad costarricense sobre la importancia del respeto a la integridad física y emocional de las personas?
