¡Aguante, compañeros! Parece que el Ministerio de Educación Pública (MEP) está tratando de darle un empujón a la forma en la que escribimos por acá. ¡Y no es pa' bromear! Este miércoles, unos cuatro mil estudiantes de quinto grado de primaria y noveno año de secundaria le dieron caña a una prueba piloto de escritura. Dicen que esto va a ser la antesala de un examen nacional mucho más grande, programado pa’l 2026.
La cosa es que estos exámenes de escritura llevaban un buen rato olvidados. Desde hace varios años, ni pum, ni paf, nada de evaluaciones así. Incluso, durante los últimos gobiernos, no se les veía por ningún lado. Pero ahora, con este nuevo reglamento de evaluación –el REA, que todavía anda esperando aprobarlo el Consejo Superior de Educación–, quieren meterle mano al asunto y ver qué tan bien estamos manejando la pluma (o el teclado, digámoslo así).
Según el ministro Leonardo Sánchez, la idea es salir del atolladero que tenemos con la lectoescritura. ¡Y vaya que sí necesitamos sacarnos esos rezagos! Después de tantas huelgas magoneras y la bronca del COVID, los estudiantes andamos medio retrasados, ¿quién diga que no? Las pruebas internacionales como PISA ya habían puesto el dedo en la llaga, mostrando que nuestros jóvenes de noveno grado apenas entienden lo mismo que un niño de tercer grado. ¡Qué sal!
La prueba de hoy no es más que un primer paso, un “prueba de sonido”, como dicen los músicos. Busca evaluar cosas básicas, pero esenciales: cómo organizamos nuestras ideas, si nos entendemos al escribir, y si sabemos colocar comas y puntos donde van. En pocas palabras, si sabemos escribir como gente, ¿eh?
El ministro Sánchez fue claro: “La escritura se ha deteriorado mucho” por culpa de todos esos problemas que mencioné antes. Y cuando la escritura se va pa’ abajo, la lectura automáticamente también sufre. Como dice el dicho, una va con la otra. ¡Y nosotros necesitamos que ambas anden a toda marcha!
Ahora, algunos expertos cuestionan si una simple prueba es suficiente para resolver un problema tan complejo como el de la calidad educativa. Otros señalan que hay que ir a fondo, atacar las causas estructurales del sistema, invertir en capacitación docente y mejorar los recursos educativos. Claro, como siempre, ¡la cosa nunca es sencilla!
Pero bueno, vamos a darle crédito al MEP por intentar hacer algo diferente. Este piloto, aunque pequeño, podría ser un punto de inflexión. Imaginemos que los resultados de esta evaluación se sumen al décimo informe del Estado de la Educación. Será interesante ver qué conclusiones sacan y si realmente toman cartas en el asunto. Que no quede en “promesas vacías”, como hemos visto tantas veces, ¿me comprenden?
Al final del día, la pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Esta iniciativa rescatará realmente la calidad de la educación en Costa Rica, o será solo otro parche temporal? ¿Ustedes creen que poner más énfasis en la escritura ayudará a mejorar la comprensión lectora y preparar mejor a nuestros jóvenes para el futuro? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este brete!
La cosa es que estos exámenes de escritura llevaban un buen rato olvidados. Desde hace varios años, ni pum, ni paf, nada de evaluaciones así. Incluso, durante los últimos gobiernos, no se les veía por ningún lado. Pero ahora, con este nuevo reglamento de evaluación –el REA, que todavía anda esperando aprobarlo el Consejo Superior de Educación–, quieren meterle mano al asunto y ver qué tan bien estamos manejando la pluma (o el teclado, digámoslo así).
Según el ministro Leonardo Sánchez, la idea es salir del atolladero que tenemos con la lectoescritura. ¡Y vaya que sí necesitamos sacarnos esos rezagos! Después de tantas huelgas magoneras y la bronca del COVID, los estudiantes andamos medio retrasados, ¿quién diga que no? Las pruebas internacionales como PISA ya habían puesto el dedo en la llaga, mostrando que nuestros jóvenes de noveno grado apenas entienden lo mismo que un niño de tercer grado. ¡Qué sal!
La prueba de hoy no es más que un primer paso, un “prueba de sonido”, como dicen los músicos. Busca evaluar cosas básicas, pero esenciales: cómo organizamos nuestras ideas, si nos entendemos al escribir, y si sabemos colocar comas y puntos donde van. En pocas palabras, si sabemos escribir como gente, ¿eh?
El ministro Sánchez fue claro: “La escritura se ha deteriorado mucho” por culpa de todos esos problemas que mencioné antes. Y cuando la escritura se va pa’ abajo, la lectura automáticamente también sufre. Como dice el dicho, una va con la otra. ¡Y nosotros necesitamos que ambas anden a toda marcha!
Ahora, algunos expertos cuestionan si una simple prueba es suficiente para resolver un problema tan complejo como el de la calidad educativa. Otros señalan que hay que ir a fondo, atacar las causas estructurales del sistema, invertir en capacitación docente y mejorar los recursos educativos. Claro, como siempre, ¡la cosa nunca es sencilla!
Pero bueno, vamos a darle crédito al MEP por intentar hacer algo diferente. Este piloto, aunque pequeño, podría ser un punto de inflexión. Imaginemos que los resultados de esta evaluación se sumen al décimo informe del Estado de la Educación. Será interesante ver qué conclusiones sacan y si realmente toman cartas en el asunto. Que no quede en “promesas vacías”, como hemos visto tantas veces, ¿me comprenden?
Al final del día, la pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Esta iniciativa rescatará realmente la calidad de la educación en Costa Rica, o será solo otro parche temporal? ¿Ustedes creen que poner más énfasis en la escritura ayudará a mejorar la comprensión lectora y preparar mejor a nuestros jóvenes para el futuro? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este brete!