¡Ay, Dios mío! Aquí les va la jugada. La poli nos sacudió con unos allanamientos caídos de maduro en Puntarenas, agarrándole a una banda de trapisíes dedicados a extorsionar gente por medio de Skokka. Imagínate, ahí anda la peña buscando pareja y terminan cayendo en estas trampas, ¡qué torta!
Resulta que estos vándalos usaban Skokka – ya saben, ese sitio donde la gente busca encontrar amor o lo que sea – para acercarse a la víctima. Cuando la cosa parecía ir bien, estos pilluelos empezaban a pedir plata, chantajeándolos con cosas fuertes. Al parecer, andaban jugando con el miedo de la gente para llenar sus bolsillos.
Según fuentes cercanas a la investigación, las víctimas eran principalmente hombres que buscaban compañía o alguna aventura en la plataforma. Estos tipos, hábiles como siguanaba, lograban ganarse su confianza para luego empezar con el juego sucio: amenazas, solicitudes de dinero y hasta enviaban fotitos feos para hacerles presión. ¡Un brete lo que se traían entre manos!
Las autoridades, con la lupa puesta, han estado rastreando a estos delincuentes desde finales del 2019, cuando comenzaron a aparecer las primeras denuncias por este tipo de extorsiones. En el 2024 y el 2025, el OIJ recibía al menos 11 denuncias mensuales, y en periodos anteriores llegaban a recibir hasta 16, ¡una barbaridad!
Lo que más preocupa es la forma en que operaban. Según el director del OIJ, Rándall Zúñiga, parecían tener contactos peligrosos, incluso mencionando vínculos con cárteles mexicanos como Jalisco Nueva Generación. Están pidiendo sumas considerables, entre ¢100.000 y ¢600.000, ¡y algunos han caído en pagar hasta ¢800 mil! Es hora de que la gente abra los ojos y sepa con quién está tratando.
Durante los allanamientos, la poli decomisó celulares, computadoras y demás aparatos electrónicos que seguramente estaban utilizando para llevar a cabo sus actos ilícitos. También están haciendo un seguimiento al dinero que las víctimas fueron obligadas a entregar, esperando recuperar parte de lo perdido y ponerle fin a esta red de estafadores.
Ahora, la Fiscalía y el OIJ tienen el trabajo duro de juntar todas las piezas, analizar la evidencia recopilada y llevar a estos responsables ante la justicia. Esperemos que esto sirva de ejemplo para otros que estén pensando en meterse en negocios turbios como este. Al final, nadie anda libre de consecuencias, diay.
Esta situación nos hace preguntarnos: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar en busca de conexión personal en plataformas digitales? ¿Deberíamos ser más cautelosos y verificar la identidad de las personas antes de compartir información sensible o realizar transacciones económicas?
Resulta que estos vándalos usaban Skokka – ya saben, ese sitio donde la gente busca encontrar amor o lo que sea – para acercarse a la víctima. Cuando la cosa parecía ir bien, estos pilluelos empezaban a pedir plata, chantajeándolos con cosas fuertes. Al parecer, andaban jugando con el miedo de la gente para llenar sus bolsillos.
Según fuentes cercanas a la investigación, las víctimas eran principalmente hombres que buscaban compañía o alguna aventura en la plataforma. Estos tipos, hábiles como siguanaba, lograban ganarse su confianza para luego empezar con el juego sucio: amenazas, solicitudes de dinero y hasta enviaban fotitos feos para hacerles presión. ¡Un brete lo que se traían entre manos!
Las autoridades, con la lupa puesta, han estado rastreando a estos delincuentes desde finales del 2019, cuando comenzaron a aparecer las primeras denuncias por este tipo de extorsiones. En el 2024 y el 2025, el OIJ recibía al menos 11 denuncias mensuales, y en periodos anteriores llegaban a recibir hasta 16, ¡una barbaridad!
Lo que más preocupa es la forma en que operaban. Según el director del OIJ, Rándall Zúñiga, parecían tener contactos peligrosos, incluso mencionando vínculos con cárteles mexicanos como Jalisco Nueva Generación. Están pidiendo sumas considerables, entre ¢100.000 y ¢600.000, ¡y algunos han caído en pagar hasta ¢800 mil! Es hora de que la gente abra los ojos y sepa con quién está tratando.
Durante los allanamientos, la poli decomisó celulares, computadoras y demás aparatos electrónicos que seguramente estaban utilizando para llevar a cabo sus actos ilícitos. También están haciendo un seguimiento al dinero que las víctimas fueron obligadas a entregar, esperando recuperar parte de lo perdido y ponerle fin a esta red de estafadores.
Ahora, la Fiscalía y el OIJ tienen el trabajo duro de juntar todas las piezas, analizar la evidencia recopilada y llevar a estos responsables ante la justicia. Esperemos que esto sirva de ejemplo para otros que estén pensando en meterse en negocios turbios como este. Al final, nadie anda libre de consecuencias, diay.
Esta situación nos hace preguntarnos: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar en busca de conexión personal en plataformas digitales? ¿Deberíamos ser más cautelosos y verificar la identidad de las personas antes de compartir información sensible o realizar transacciones económicas?
