¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con decisiones que te dejan pensando… Resulta que ahora quieren meterle preso a la gente por vender medicinas que les sobran o que recibieron del Seguro Social. Sí, así como lo leíste, ¡hasta tres añitos de cárcel! Esto viene desde un nuevo expediente, el 25.106, que anda dando vueltas en la Asamblea Legislativa y que busca cambiar algunas cositas en la ley de salud.
La onda es que hasta ahora, si alguien agarraba y vendía esos tranquilizantes o vitaminas que le dieron gratis, se llevaba unas multitas, nada más. Pero parece que decidieron subirle el nivel al asunto y ahora van con penas de prisión. Dicen que es para evitar que la gente se lucre con la salud ajena, que es obvio que eso está feo, pero ¿meterle preso a doña Elena que quiere venderle un paracetamol a su vecino porque ella tiene montón? Eso ya huele a exageración, ¿verdad?
Los magistrados de la Corte Plena ya revisaron el papelito y dicen que no va a afectar mucho al Poder Judicial, pero ahí salió el magistrado Gerardo Rubén Alfaro diciendo que la policía tendrá que hacer investigación y que eso cuesta dinero, ¡y claro que cuesta! Porque ahora tendrán que investigar quién vende qué pastilla y dónde. Y pa' eso necesitan más maquina y más plata, ¡qué brete!
Pero la magistrada Patricia Solano, pues esa dice que sí va a complicar la cosa, porque ya estamos hartos de que la justicia vaya lenta. "Justicia que no es pronta, no es cumplida", dijo la señora, y con toda razón. Imagínate, ahora encima tienen que empezar a juzgar a la gente por vender remedios caseros; vamos a estar esperando años por una sentencia, ¡qué torta!
La idea es sancionar con penas de uno a tres años a los que vendan esos medicamentos personales. Y si es un papá o una mamá, ¡prepárense! Ahí la pena puede ir de cuatro a seis años. ¡Imagínate explicarle a tus hijos que estás preso por venderles unas pastillitas a sus amigos! Más vale haber usado ese tiempo para enseñarles a jugar dominó, ¿eh?
Y no es solo eso, también quieren meterle mano a los que venden aparatos médicos, como andamios o sillas de ruedas, o cualquier otra cosa que use un doctor. Como si la gente no tuviera problemas suficientes, ahora también quieren controlar cómo nos curamos nosotros mismos. Además, si venden cosas vencidas, dañadas o falsas, ¡preparen las esposas! Dos a cuatro años de cárcel, diay...
Muchos analistas legales comentan que este tipo de leyes suelen tener consecuencias inesperadas. Por ejemplo, ¿qué pasa con los grupos de apoyo comunitario que intercambian medicamentos entre sus miembros? ¿Eso sería ilegal? ¿Y los abuelitos que comparten sus remedios naturales? Parece que estamos criminalizando la solidaridad y la ayuda mutua, y eso, mis queridos, no es precisamente el espíritu de un país como el nuestro.
Esta iniciativa ha abierto un debate interesante sobre hasta dónde llega el poder del Estado para regular nuestra salud y bienestar. Algunos argumentan que es necesario proteger a la población de estafadores, otros creen que es una invasión innecesaria a la libertad individual. Entonces, tú me dices, ¿deberían endurecer las penas para combatir la venta ilegal de medicamentos, o es preferible dejarlo como estaba, confiando en la responsabilidad individual y la buena voluntad de la gente? Déjanos tus opiniones en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas sobre esta vara!
La onda es que hasta ahora, si alguien agarraba y vendía esos tranquilizantes o vitaminas que le dieron gratis, se llevaba unas multitas, nada más. Pero parece que decidieron subirle el nivel al asunto y ahora van con penas de prisión. Dicen que es para evitar que la gente se lucre con la salud ajena, que es obvio que eso está feo, pero ¿meterle preso a doña Elena que quiere venderle un paracetamol a su vecino porque ella tiene montón? Eso ya huele a exageración, ¿verdad?
Los magistrados de la Corte Plena ya revisaron el papelito y dicen que no va a afectar mucho al Poder Judicial, pero ahí salió el magistrado Gerardo Rubén Alfaro diciendo que la policía tendrá que hacer investigación y que eso cuesta dinero, ¡y claro que cuesta! Porque ahora tendrán que investigar quién vende qué pastilla y dónde. Y pa' eso necesitan más maquina y más plata, ¡qué brete!
Pero la magistrada Patricia Solano, pues esa dice que sí va a complicar la cosa, porque ya estamos hartos de que la justicia vaya lenta. "Justicia que no es pronta, no es cumplida", dijo la señora, y con toda razón. Imagínate, ahora encima tienen que empezar a juzgar a la gente por vender remedios caseros; vamos a estar esperando años por una sentencia, ¡qué torta!
La idea es sancionar con penas de uno a tres años a los que vendan esos medicamentos personales. Y si es un papá o una mamá, ¡prepárense! Ahí la pena puede ir de cuatro a seis años. ¡Imagínate explicarle a tus hijos que estás preso por venderles unas pastillitas a sus amigos! Más vale haber usado ese tiempo para enseñarles a jugar dominó, ¿eh?
Y no es solo eso, también quieren meterle mano a los que venden aparatos médicos, como andamios o sillas de ruedas, o cualquier otra cosa que use un doctor. Como si la gente no tuviera problemas suficientes, ahora también quieren controlar cómo nos curamos nosotros mismos. Además, si venden cosas vencidas, dañadas o falsas, ¡preparen las esposas! Dos a cuatro años de cárcel, diay...
Muchos analistas legales comentan que este tipo de leyes suelen tener consecuencias inesperadas. Por ejemplo, ¿qué pasa con los grupos de apoyo comunitario que intercambian medicamentos entre sus miembros? ¿Eso sería ilegal? ¿Y los abuelitos que comparten sus remedios naturales? Parece que estamos criminalizando la solidaridad y la ayuda mutua, y eso, mis queridos, no es precisamente el espíritu de un país como el nuestro.
Esta iniciativa ha abierto un debate interesante sobre hasta dónde llega el poder del Estado para regular nuestra salud y bienestar. Algunos argumentan que es necesario proteger a la población de estafadores, otros creen que es una invasión innecesaria a la libertad individual. Entonces, tú me dices, ¿deberían endurecer las penas para combatir la venta ilegal de medicamentos, o es preferible dejarlo como estaba, confiando en la responsabilidad individual y la buena voluntad de la gente? Déjanos tus opiniones en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas sobre esta vara!