No soy experto en el tema, pero aquí mi aporte:
Primero, creo que el sexo y todo lo que tiene que ver con la sexualidad debe entenderse como algo integral. Uno de los principales errores a la hora de abordar este tema, es asumir que todo se limita a lo físico, y a lo genital-coital. Esa asunción deja por fuera todos los aspectos emocionales, mentales y hasta sociales que inciden en la vivencia de la sexualidad. Lamentablemente, nuestra sociedad ha creado esa falsa idea de que lo físico es lo único. Basta ver un típico anuncio de cerveza o cigarros o casi cualquier otro producto para comprobarlo.
exactamente un estado sin intervencion de ningun tipo de religion, una mentalidad sin tabu, y a todas las mamas no creer que sus hijos nunca van a tener sexo!!
Aquí difiero. Y por una razón muy sencilla: como creyente, estoy convencido que una correcta interpretación de la Biblia nos puede aportar mucho más de lo que imaginamos. También creo que la forma "desde la religión" de explicar este tema siempre ha sido con base en una muy pobre interpretación de la Biblia, que ha resultado en muchas frases que empiezan con "no", o que contienen la palabra "malo". Por eso, la mayor parte de la gente asume que ante Dios, el sexo es algo malo, que necesita ser limitado o controlado. Todo lo contrario, Dios inventó el sexo, y lo hizo para el disfrute pleno. Anterior a cualquier "no" o "malo", hay un ENORME "sí" y "bueno", que son los que enmarcan y dan sentido correcto a los "no". Hay que entender primero el "sí" para que el "no" no se convierta en una camisa de fuerza, pero eso casi nadie lo hace.
exactamente un estado sin intervencion de ningun tipo de religion, una mentalidad sin tabu, y a todas las mamas no creer que sus hijos nunca van a tener sexo!!
Aquí coincido, y le agrego que creo que esa mentalidad si tabúes se desprende fácilmente de lo que anoté en los puntos anteriores. Si primero afirmamos la sexualidad, y la entendemos en todas sus dimensiones, sin dejarnos llevar por la publicidad o por la mentalidad prevaleciente, podremos construir una forma más sana y libre de ver la sexualidad.
Y ese "construir" se da en medio del diálogo, primero en el hogar, y luego en la escuela/colegio, o cualquier otro espacio que permita el sano intercambio de ideas. Hoy día hay acceso casi ilimitado a información sobre cualquier tema, incluido el sexo. El detalle está en qué hacer con esa información, y cómo enseñarle a los niños y adolescentes a manejarla. La idea no es sólo que sepan cómo se llaman las partes del cuerpo o cómo funcionan, sino que aprendan a valorarse y a valorar a los demás, a ser responsables, a cuidarse, y a que disfruten la sexualidad al máximo, según el momento de vida en que están.