¡Ay, Dios mío, qué fiaca nos ha caído! La CNE sigue echándole ojo a la situación porque estos aguacerazos no dan tregua. Entre jueves y viernes pasado, el país entero recibió un buen chapuzón, dejando varios cantones con problemas gorda.
Resulta que entre anegamientos de casitas, ríos que se pasaron de la raya y deslizamientos aquí y allá, la cosa se puso fea. Ya saben, esas lluvias torrenciales que te dejan pensando si vas a poder salir de casa el día siguiente. La alerta naranja se mantiene vigente, así que hay que estar bien atentos a las indicaciones de las autoridades.
Los más afectados, como era de esperarse, fueron Guanacaste, Puntarenas y Pérez Zeledón. En Nicoya, algunas familias tuvieron que abandonar sus hogares en Mansión y San Antonio. Pero bueno, el comité municipal rápido les dio mano con lo básico y ahora están haciendo inventario para ver cuánto daño causó todo esto a las construcciones.
Pero ni hablar, el río San Pedro y el Pejibaye decidieron darse un baño extra grande, inundando cinco casas en la comunidad de San Pedro, en Pérez Zeledón. ¡Imagínate el susto!, pero gracias a Dios nadie resultó herido. Otras comunidades como Santa Cruz, Corredores, Golfito, Buenos Aires y Osa también sufrieron los embates de los desbordes, afectando caminos y algunos senderos que usamos para movernos por el cantón.
Y claro, los comités cantonales se han puesto a laburar como burros para limpiar las calles y abrir los caminos, tratando de que podamos ir y venir sin mayores problemas. Uno se da cuenta del valor de tener gente dispuesta a echarse unas manos cuando la necesidad aprieta, diay.
Ahora, lo positivo: muchas familias que estuvieron en albergues pudieron regresar a sus casas. Unas 445 personas, después de pasar unos días refugiaditas en las escuelas de Riojalandia y Barranca, en Puntarenas, volvieron a su hogar. No es poca cosa, eso demuestra que poco a poco vamos recuperando la normalidad, aunque todavía queda mucho por hacer.
También hay un grupo de 14 personas que siguen en un centro temporal en Paraíso de Santa Cruz, esperando a que evalúen sus viviendas. Además, hubo un deslizamiento en La Carpio que obligó a habilitar otro albergue, donde están recibiendo apoyo 31 personas. Ahí los técnicos están estudiando el terreno para asegurarse de que sea seguro volver a construir.
El IMN nos recuerda que las lluvias van a seguir durante todo el fin de semana, gracias a una vaguada y la Zona de Convergencia Intertropical. Así que, ¡aguafiestas!, pero hay que tomarlo con calma y cuidarnos. La CNE insiste en no cruzar ríos crecidos, revisar los desagües y reportar cualquier problema al 9-1-1. ¿Ustedes creen que el gobierno debería invertir más en infraestructura para prevenir estas situaciones o simplemente asumimos que estos fenómenos vendrán a visitarnos con frecuencia?
Resulta que entre anegamientos de casitas, ríos que se pasaron de la raya y deslizamientos aquí y allá, la cosa se puso fea. Ya saben, esas lluvias torrenciales que te dejan pensando si vas a poder salir de casa el día siguiente. La alerta naranja se mantiene vigente, así que hay que estar bien atentos a las indicaciones de las autoridades.
Los más afectados, como era de esperarse, fueron Guanacaste, Puntarenas y Pérez Zeledón. En Nicoya, algunas familias tuvieron que abandonar sus hogares en Mansión y San Antonio. Pero bueno, el comité municipal rápido les dio mano con lo básico y ahora están haciendo inventario para ver cuánto daño causó todo esto a las construcciones.
Pero ni hablar, el río San Pedro y el Pejibaye decidieron darse un baño extra grande, inundando cinco casas en la comunidad de San Pedro, en Pérez Zeledón. ¡Imagínate el susto!, pero gracias a Dios nadie resultó herido. Otras comunidades como Santa Cruz, Corredores, Golfito, Buenos Aires y Osa también sufrieron los embates de los desbordes, afectando caminos y algunos senderos que usamos para movernos por el cantón.
Y claro, los comités cantonales se han puesto a laburar como burros para limpiar las calles y abrir los caminos, tratando de que podamos ir y venir sin mayores problemas. Uno se da cuenta del valor de tener gente dispuesta a echarse unas manos cuando la necesidad aprieta, diay.
Ahora, lo positivo: muchas familias que estuvieron en albergues pudieron regresar a sus casas. Unas 445 personas, después de pasar unos días refugiaditas en las escuelas de Riojalandia y Barranca, en Puntarenas, volvieron a su hogar. No es poca cosa, eso demuestra que poco a poco vamos recuperando la normalidad, aunque todavía queda mucho por hacer.
También hay un grupo de 14 personas que siguen en un centro temporal en Paraíso de Santa Cruz, esperando a que evalúen sus viviendas. Además, hubo un deslizamiento en La Carpio que obligó a habilitar otro albergue, donde están recibiendo apoyo 31 personas. Ahí los técnicos están estudiando el terreno para asegurarse de que sea seguro volver a construir.
El IMN nos recuerda que las lluvias van a seguir durante todo el fin de semana, gracias a una vaguada y la Zona de Convergencia Intertropical. Así que, ¡aguafiestas!, pero hay que tomarlo con calma y cuidarnos. La CNE insiste en no cruzar ríos crecidos, revisar los desagües y reportar cualquier problema al 9-1-1. ¿Ustedes creen que el gobierno debería invertir más en infraestructura para prevenir estas situaciones o simplemente asumimos que estos fenómenos vendrán a visitarnos con frecuencia?