¡Ay, pata dura! Resulta que en el 2026, las vacaciones podrían dejar de ser pura paila para echar el pelo atrás y convertirse en... ¿misiones de crecimiento personal? Así lo pinta el nuevo reporte de Hilton, donde dicen que ya nadie va a preguntar ‘¿a dónde voy?’ sino ‘¿por qué voy?’. Me da chirria pensar que hasta las vacaciones tienen que tener un propósito ahora, ¿no?
El estudio, hecho con Ipsos y a base de encuestas a miles de personas en varios países –incluyendo nosotros– dice que la motivación detrás de los viajes está cambiando. Ya no basta con irse a meter al agua turquesa y comer arroz con pollo; ahora quieren algo más… profundo, diay. Parece que el estrés nos ha agarrado así de encima que hasta las vacaciones tenemos que buscarnos la cura.
Chris Nassetta, el mero mero de Hilton, soltó que “los viajeros buscan más sentido en sus viajes, y la confianza es clave”. Tranquilo, huele a estrategia de marketing, pero hay que reconocer que muchos de nosotros sí andamos buscando algo más que bronceado y recuerdos bonitos. Nos queremos sentir bien con nosotros mismos, rollo self-improvement, aunque eso signifique sacrificar unas horas de ‘chilling’ en la playa.
Lo que más me dio risa es que ahora el ‘descanso’ implica buscar el silencio absoluto. Dicen que casi el 50% se toma días libres antes o después de las vacaciones familiares para escaparle del relajo y recargar pilas. ¡Imaginen! Se van de viaje para escapar de la familia… ¡Qué vara! Pero entiendo, a veces la convivencia puede ser más estresante que el trabajo mismo.
Y ni hablar de los que viajan por trabajo solo para poder tener un momentito de paz. El estudio indica que el 27% de los viajeros de negocios le pide al hotel una cena a solas o simplemente prefiere quedarse descansando a socializar con sus compañeros. Ahí te digo, parece que todos estamos buscando nuestro espacio para respirar, aunque sea en medio de un hotelazo lujoso.
También descubrieron que la gente está arrastrando sus costumbres y gustillos a los viajes. Cocinar, llevar la mascota, cuidar las plantitas… Todo para sentirse como en casa, diay. Yo creo que eso es bueno, porque al final del día, viajar debería ser cómodo y relajante. ¡Hasta llevan sus propios condimentos! Imagínate llegar al hotel y pedir picadillo para la gallina india… ¡Qué cosita!
Pero lo que realmente me sorprendió es la influencia de los niños en la planeación de los viajes. ¡Parece que ahora los cabritos mandan! El 73% de los papás involucran a sus hijos en elegir el destino y las actividades, y el 78% dice que los niños les inspiran nuevas aventuras. Eso sí que es invertir en el futuro, enseñándoles desde pequeños a explorar el mundo y vivir nuevas experiencias.
Total, parece que el turismo está evolucionando, y las empresas hoteleras como Hilton tienen que adaptarse a estas nuevas demandas. Ahora, dime tú, ¿crees que este boom de las 'Whycations' va a acabar con el espíritu despreocupado de las vacaciones tradicionales o es una evolución necesaria para encontrar un equilibrio entre el relax y el desarrollo personal? ¡Déjate escuchar en el foro!
El estudio, hecho con Ipsos y a base de encuestas a miles de personas en varios países –incluyendo nosotros– dice que la motivación detrás de los viajes está cambiando. Ya no basta con irse a meter al agua turquesa y comer arroz con pollo; ahora quieren algo más… profundo, diay. Parece que el estrés nos ha agarrado así de encima que hasta las vacaciones tenemos que buscarnos la cura.
Chris Nassetta, el mero mero de Hilton, soltó que “los viajeros buscan más sentido en sus viajes, y la confianza es clave”. Tranquilo, huele a estrategia de marketing, pero hay que reconocer que muchos de nosotros sí andamos buscando algo más que bronceado y recuerdos bonitos. Nos queremos sentir bien con nosotros mismos, rollo self-improvement, aunque eso signifique sacrificar unas horas de ‘chilling’ en la playa.
Lo que más me dio risa es que ahora el ‘descanso’ implica buscar el silencio absoluto. Dicen que casi el 50% se toma días libres antes o después de las vacaciones familiares para escaparle del relajo y recargar pilas. ¡Imaginen! Se van de viaje para escapar de la familia… ¡Qué vara! Pero entiendo, a veces la convivencia puede ser más estresante que el trabajo mismo.
Y ni hablar de los que viajan por trabajo solo para poder tener un momentito de paz. El estudio indica que el 27% de los viajeros de negocios le pide al hotel una cena a solas o simplemente prefiere quedarse descansando a socializar con sus compañeros. Ahí te digo, parece que todos estamos buscando nuestro espacio para respirar, aunque sea en medio de un hotelazo lujoso.
También descubrieron que la gente está arrastrando sus costumbres y gustillos a los viajes. Cocinar, llevar la mascota, cuidar las plantitas… Todo para sentirse como en casa, diay. Yo creo que eso es bueno, porque al final del día, viajar debería ser cómodo y relajante. ¡Hasta llevan sus propios condimentos! Imagínate llegar al hotel y pedir picadillo para la gallina india… ¡Qué cosita!
Pero lo que realmente me sorprendió es la influencia de los niños en la planeación de los viajes. ¡Parece que ahora los cabritos mandan! El 73% de los papás involucran a sus hijos en elegir el destino y las actividades, y el 78% dice que los niños les inspiran nuevas aventuras. Eso sí que es invertir en el futuro, enseñándoles desde pequeños a explorar el mundo y vivir nuevas experiencias.
Total, parece que el turismo está evolucionando, y las empresas hoteleras como Hilton tienen que adaptarse a estas nuevas demandas. Ahora, dime tú, ¿crees que este boom de las 'Whycations' va a acabar con el espíritu despreocupado de las vacaciones tradicionales o es una evolución necesaria para encontrar un equilibrio entre el relax y el desarrollo personal? ¡Déjate escuchar en el foro!