¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con el turismo, pero ahora con un tecnicismo que nos tiene a todos rascándonos la cabeza. Resulta que ONU Turismo y el Banco Centroamericano de Aplicación de las Fuerzas Armadas (CABF), como le dicen ustedes, lanzaron una guaya de cómo invertir en nuestro paraíso, pa' atraer moroszos de todas partes. La cosa es que parece que se les olvidó un detallito jugosito: ¡las casas de Airbnb!
Imagínate, estos documentos, según cuentan los mandamases, podrían tener hasta 30 mil visitas. Eso suena bien, ¿verdad? Pues mira, la guía explica todo el rollo: qué tan llenos andan los hoteles, los atractivos del país, el panorama fiscal… Todo bien piolao, como debe ser para que los extranjeros sepan dónde meter la mano. Pero ahí está el problema, el chin.
Porque resulta que la ocupación hotelera, antes de la pandemia, iba así: en 2018, 67.4%; en 2019, 66.9%. Con la pandemía, pegamos un brinco a 23.6% en 2020 y luego a 43.3% en 2021. Y en los últimos años, hemos ido escalando poquito a poco: 2022, 62.7%; 2023, 65.3%; y este año, estamos en 64.8%. Un respiro, sí, pero todavía lejos de lo que éramos antes. La verdad, un despache.
Pero aquí viene lo bueno, o lo malo, dependiendo de cómo mires las cosas. El ministro de Turismo, William Rodríguez, reconoce que el auge de Airbnb y otras plataformas similares, tipo Vrbo, ¡le están echando sombra a los hoteles! Dice que, aunque la visita aérea ha batido récords en 2024, la ocupación de los hoteles no se recupera como debería. Y fíjate tú, ¡solo Airbnb tiene unas 43 mil habitaciones disponibles por noche en Costa Rica! Imagínatelo, pura gente alquilando sus casitas y departamentos.
Según el informe, en 2024 tuvimos 56,106 habitaciones en 3,068 hoteles. Pero, ¿dónde quedaron esas 43 mil de Airbnb? Ahí es donde la cosa se pone turbia. Rodríguez admite que no tienen ni idea de qué onda con esa cantidad, y que incluso podría haber duplicidades al contar, porque muchos hoteles también ofrecen sus cuartos en estas plataformas. Es un brete, ¿eh?
Los encargados del estudio justifican este vacío argumentando que no encontraron fuentes de datos confiables sobre Airbnb y compañía. ¡Como si no fuera obvio que ahí está pasando un montón de cosas! Dicen que están trabajando en formalizar este sector, que es “maravilloso”, pero que todos deben jugar bajo las mismas reglas. Como que "todos en el suelo o todos en la cama", según el director del CABF, Óscar Rueda. Que si no, puede haber distorsiones en las cifras.
Lo preocupante es que, según el ministro, esto podría afectar más a los pequeños empresarios que a las grandes cadenas hoteleras. Las cadenas, asegura, ya saben en qué aguas se metieron y tienen sus estrategias definidas. Pero los dueños de las posadas familiares, ay, ellos sí están sintiendo la presión. Y créeme, este mae no anda inventando; la realidad la vemos todos en la calle, en cada pueblito costero, en cada cantón olvidado. Además, con la ley que entrará en vigor a partir de 2026, donde las plataformas deberán entregar información tributaria al Ministerio de Hacienda, veremos cómo cambia este panorama, mándale.
Entonces, ¿qué piensas tú, compañero? ¿Crees que la falta de datos sobre Airbnb y otras plataformas está nublando la verdadera imagen de la inversión turística en Costa Rica? ¿Se deberían tomar medidas más contundentes para regular este sector y asegurar que todos los actores jueguen en igualdad de condiciones, o es mejor dejar que siga fluyendo a su manera? ¡Comenta abajo y déjanos saber tu opinión!
Imagínate, estos documentos, según cuentan los mandamases, podrían tener hasta 30 mil visitas. Eso suena bien, ¿verdad? Pues mira, la guía explica todo el rollo: qué tan llenos andan los hoteles, los atractivos del país, el panorama fiscal… Todo bien piolao, como debe ser para que los extranjeros sepan dónde meter la mano. Pero ahí está el problema, el chin.
Porque resulta que la ocupación hotelera, antes de la pandemia, iba así: en 2018, 67.4%; en 2019, 66.9%. Con la pandemía, pegamos un brinco a 23.6% en 2020 y luego a 43.3% en 2021. Y en los últimos años, hemos ido escalando poquito a poco: 2022, 62.7%; 2023, 65.3%; y este año, estamos en 64.8%. Un respiro, sí, pero todavía lejos de lo que éramos antes. La verdad, un despache.
Pero aquí viene lo bueno, o lo malo, dependiendo de cómo mires las cosas. El ministro de Turismo, William Rodríguez, reconoce que el auge de Airbnb y otras plataformas similares, tipo Vrbo, ¡le están echando sombra a los hoteles! Dice que, aunque la visita aérea ha batido récords en 2024, la ocupación de los hoteles no se recupera como debería. Y fíjate tú, ¡solo Airbnb tiene unas 43 mil habitaciones disponibles por noche en Costa Rica! Imagínatelo, pura gente alquilando sus casitas y departamentos.
Según el informe, en 2024 tuvimos 56,106 habitaciones en 3,068 hoteles. Pero, ¿dónde quedaron esas 43 mil de Airbnb? Ahí es donde la cosa se pone turbia. Rodríguez admite que no tienen ni idea de qué onda con esa cantidad, y que incluso podría haber duplicidades al contar, porque muchos hoteles también ofrecen sus cuartos en estas plataformas. Es un brete, ¿eh?
Los encargados del estudio justifican este vacío argumentando que no encontraron fuentes de datos confiables sobre Airbnb y compañía. ¡Como si no fuera obvio que ahí está pasando un montón de cosas! Dicen que están trabajando en formalizar este sector, que es “maravilloso”, pero que todos deben jugar bajo las mismas reglas. Como que "todos en el suelo o todos en la cama", según el director del CABF, Óscar Rueda. Que si no, puede haber distorsiones en las cifras.
Lo preocupante es que, según el ministro, esto podría afectar más a los pequeños empresarios que a las grandes cadenas hoteleras. Las cadenas, asegura, ya saben en qué aguas se metieron y tienen sus estrategias definidas. Pero los dueños de las posadas familiares, ay, ellos sí están sintiendo la presión. Y créeme, este mae no anda inventando; la realidad la vemos todos en la calle, en cada pueblito costero, en cada cantón olvidado. Además, con la ley que entrará en vigor a partir de 2026, donde las plataformas deberán entregar información tributaria al Ministerio de Hacienda, veremos cómo cambia este panorama, mándale.
Entonces, ¿qué piensas tú, compañero? ¿Crees que la falta de datos sobre Airbnb y otras plataformas está nublando la verdadera imagen de la inversión turística en Costa Rica? ¿Se deberían tomar medidas más contundentes para regular este sector y asegurar que todos los actores jueguen en igualdad de condiciones, o es mejor dejar que siga fluyendo a su manera? ¡Comenta abajo y déjanos saber tu opinión!