¡Ay, Dios mío! Se armó un buen brete en el Liceo Regional de Flores. Una amenaza de tiroteo tuvo a toda la comunidad escolar en vilo, y vaya que se le puso serio el asunto. Resulta que encontraron un grafiti bastante feo en los baños, amenazando con un balazo, y eso sí que puso a todos nerviosos, diay.
Según nos cuentan, el Ministerio de Educación Pública (MEP), la directora Milka Yataco, y hasta la mismísima Fuerza Pública entraron en acción rapidito. Activaron el protocolo, denunciaron a los judiciales (OIJ), avisaron a todo el mundo... ¡Se movieron más rápido que chancho con Greñas!
Pero bueno, ahí viene el detalle. Cuando fui a verificar personalmente al colegio, ¿qué vi yo? Pues, casi nada. Solo unos policías municipales dando vueltas por allá, un carro haciendo unas rondas, ¡y eso era todo! Ni rastro de la Fuerza Pública, muchachos. Uno esperaría ver más presencia policial con semejante alerta, pero parece que esto anda medio relajado.
Milka Yataco, la directora, nos explicó que la alerta surgió del dichoso grafiti, donde ponían que iban a haber disparos. "Obvio, apenas nos enteramos, activamos el protocolo", me dijo, con cara de preocupación. Agregó que iban a tener apoyo de la policía municipal, pero pues... ya vieron cómo andaba la cosa.
Al día siguiente, organizaron una charlota con todo el personal sobre qué hacer en caso de emergencias. Imagínate, explicarle a un profesor cómo esconderse debajo del escritorio si alguien empieza a disparar. ¡Qué vara! Pero hay que estar preparados, mándale saludos.
Y pa' rematar, pusieron unos detectores de metales en la entrada del colegio. Revisan a cada estudiante, uno por uno, para asegurarse de que no traigan nada peligroso. Según dicen, es temporal, hasta que se calme todo. Pero bueno, con lo que pasa en otros países, no es broma, ¿verdad?
Hasta ahora, nadie sabe quién escribió el grafiti. El OIJ está investigando, buscando pistas, pero pues, esos cosas tardan. Lo importante es que la directora enfatizó que prefiere lidiar con las molestias de los controles que lamentar alguna tragedia. Totalmente de acuerdo, aunque meterse con el detector de metales por la mañana no es precisamente lo más divertido del mundo, ¿eh?
Así que, mira tú, ¡una alerta de tiroteo en pleno Liceo de Flores! Menos mal que no pasó a mayores, pero la verdad es que te pone los pelos de punta. Con todo este panorama, ¿ustedes creen que es justificable implementar medidas tan estrictas como los detectores de metales en las escuelas, o sería mejor enfocarse en abordar las causas profundas de la violencia juvenil?
Según nos cuentan, el Ministerio de Educación Pública (MEP), la directora Milka Yataco, y hasta la mismísima Fuerza Pública entraron en acción rapidito. Activaron el protocolo, denunciaron a los judiciales (OIJ), avisaron a todo el mundo... ¡Se movieron más rápido que chancho con Greñas!
Pero bueno, ahí viene el detalle. Cuando fui a verificar personalmente al colegio, ¿qué vi yo? Pues, casi nada. Solo unos policías municipales dando vueltas por allá, un carro haciendo unas rondas, ¡y eso era todo! Ni rastro de la Fuerza Pública, muchachos. Uno esperaría ver más presencia policial con semejante alerta, pero parece que esto anda medio relajado.
Milka Yataco, la directora, nos explicó que la alerta surgió del dichoso grafiti, donde ponían que iban a haber disparos. "Obvio, apenas nos enteramos, activamos el protocolo", me dijo, con cara de preocupación. Agregó que iban a tener apoyo de la policía municipal, pero pues... ya vieron cómo andaba la cosa.
Al día siguiente, organizaron una charlota con todo el personal sobre qué hacer en caso de emergencias. Imagínate, explicarle a un profesor cómo esconderse debajo del escritorio si alguien empieza a disparar. ¡Qué vara! Pero hay que estar preparados, mándale saludos.
Y pa' rematar, pusieron unos detectores de metales en la entrada del colegio. Revisan a cada estudiante, uno por uno, para asegurarse de que no traigan nada peligroso. Según dicen, es temporal, hasta que se calme todo. Pero bueno, con lo que pasa en otros países, no es broma, ¿verdad?
Hasta ahora, nadie sabe quién escribió el grafiti. El OIJ está investigando, buscando pistas, pero pues, esos cosas tardan. Lo importante es que la directora enfatizó que prefiere lidiar con las molestias de los controles que lamentar alguna tragedia. Totalmente de acuerdo, aunque meterse con el detector de metales por la mañana no es precisamente lo más divertido del mundo, ¿eh?
Así que, mira tú, ¡una alerta de tiroteo en pleno Liceo de Flores! Menos mal que no pasó a mayores, pero la verdad es que te pone los pelos de punta. Con todo este panorama, ¿ustedes creen que es justificable implementar medidas tan estrictas como los detectores de metales en las escuelas, o sería mejor enfocarse en abordar las causas profundas de la violencia juvenil?