¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que íbamos a ver la Avenida Central de nuevo como en los tiempos de la abuela. Después de años de estar pa' abajo, con vendedores ambulantes agolpándose y un ambiente… bueno, digamos que no muy “tuani”, parece que le estamos dando un buen respingo al corazón de San José. La alianza entre la Muni y Pro San José Destino Mundial no es solo un borrón y cuenta nueva, es el comienzo de algo que puede cambiarle la vida a muchos.
La verdad es que la Avenida Central siempre ha sido un lugar especial. Mi abuelo tenía su oficina allá, casi esquina de la farmacia Alejo Zuloaga. Recuerdo ir con él a comer a La Española – ¡los casados estaban a otro nivel! – y luego echarnos unas empanaditas de cerdo en Eureka. Eran tiempos mejores, había movimiento, cultura, ganas de salir a caminar y disfrutar la ciudad. Pero con el tiempo, la cosa se fue emparejando, y parecía que la Avenida Central se olvidaba de nosotros, los capitalinos.
Ahora, con este proyecto llamado “Avenida Central Limpia”, hay una esperanza renovada. No es simplemente quitar la mugre y los desechos – aunque eso también es importante, claro está – sino darle seguridad a los visitantes y recuperar ese espíritu comercial y cultural que tanto extrañábamos. El alcalde Mirando lo expresó muy bien: quieren traer de vuelta a la gente, hacer que la Avenida Central vuelva a ser un espacio vibrante, donde podamos encontrarnos, comprar, comer rico y disfrutar de la música y el arte.
Y mira que esto no es un brete fácil. Limpiar la Avenida Central es como sacar tantito de maleza de un jardín abandonado hace mucho tiempo. Hay que trabajar duro, ponerle empeño y coordinar esfuerzos. Pero viendo cómo los comerciantes han recibido la iniciativa, con una actitud positiva y dispuesta a colaborar, me da mucha alegría. Eso sí demuestra que todavía hay fe en el futuro de San José.
Muchos dirán que es solo maquillaje, que estas cosas pasan y se olvidan, pero yo creo que es diferente esta vez. Se siente un compromiso genuino, una voluntad real de rescatar nuestro patrimonio. Además, ya saben cómo somos nosotros los ticos: cuando nos ponemos las pilas, ¡no hay quien nos pare!
Lo que realmente me emociona es pensar en las nuevas oportunidades que esto podría generar para nuestros emprendedores locales. Con una Avenida Central limpia, segura y atractiva, los pequeños negocios podrían florecer de nuevo, atrayendo a turistas nacionales y extranjeros. Imagínate: tiendas de artesanías, galerías de arte, restaurantes con comida típica, cafés acogedores... ¡Un verdadero paraíso para los sentidos!
Claro, no todo va a ser color de rosa. Seguramente habrá obstáculos, críticas y opiniones divididas. Algunos dirán que se están gastando dinero en vano, que hay otras prioridades más urgentes. Pero yo creo que invertir en nuestra capital es invertir en el futuro de Costa Rica. Porque si San José no funciona, ¿qué vamos a hacer?
En fin, esta iniciativa me tiene lleno de esperanzas. Veremos qué tal les sale a los muchachos, porque ¡qué torta sería que esto terminara siendo otro fiasco! Ahora, dime tú, ¿crees que el proyecto Avenida Central Limpia tendrá éxito y logrará devolverle el brillo a nuestro centro histórico, o será otra promesa incumplida?
La verdad es que la Avenida Central siempre ha sido un lugar especial. Mi abuelo tenía su oficina allá, casi esquina de la farmacia Alejo Zuloaga. Recuerdo ir con él a comer a La Española – ¡los casados estaban a otro nivel! – y luego echarnos unas empanaditas de cerdo en Eureka. Eran tiempos mejores, había movimiento, cultura, ganas de salir a caminar y disfrutar la ciudad. Pero con el tiempo, la cosa se fue emparejando, y parecía que la Avenida Central se olvidaba de nosotros, los capitalinos.
Ahora, con este proyecto llamado “Avenida Central Limpia”, hay una esperanza renovada. No es simplemente quitar la mugre y los desechos – aunque eso también es importante, claro está – sino darle seguridad a los visitantes y recuperar ese espíritu comercial y cultural que tanto extrañábamos. El alcalde Mirando lo expresó muy bien: quieren traer de vuelta a la gente, hacer que la Avenida Central vuelva a ser un espacio vibrante, donde podamos encontrarnos, comprar, comer rico y disfrutar de la música y el arte.
Y mira que esto no es un brete fácil. Limpiar la Avenida Central es como sacar tantito de maleza de un jardín abandonado hace mucho tiempo. Hay que trabajar duro, ponerle empeño y coordinar esfuerzos. Pero viendo cómo los comerciantes han recibido la iniciativa, con una actitud positiva y dispuesta a colaborar, me da mucha alegría. Eso sí demuestra que todavía hay fe en el futuro de San José.
Muchos dirán que es solo maquillaje, que estas cosas pasan y se olvidan, pero yo creo que es diferente esta vez. Se siente un compromiso genuino, una voluntad real de rescatar nuestro patrimonio. Además, ya saben cómo somos nosotros los ticos: cuando nos ponemos las pilas, ¡no hay quien nos pare!
Lo que realmente me emociona es pensar en las nuevas oportunidades que esto podría generar para nuestros emprendedores locales. Con una Avenida Central limpia, segura y atractiva, los pequeños negocios podrían florecer de nuevo, atrayendo a turistas nacionales y extranjeros. Imagínate: tiendas de artesanías, galerías de arte, restaurantes con comida típica, cafés acogedores... ¡Un verdadero paraíso para los sentidos!
Claro, no todo va a ser color de rosa. Seguramente habrá obstáculos, críticas y opiniones divididas. Algunos dirán que se están gastando dinero en vano, que hay otras prioridades más urgentes. Pero yo creo que invertir en nuestra capital es invertir en el futuro de Costa Rica. Porque si San José no funciona, ¿qué vamos a hacer?
En fin, esta iniciativa me tiene lleno de esperanzas. Veremos qué tal les sale a los muchachos, porque ¡qué torta sería que esto terminara siendo otro fiasco! Ahora, dime tú, ¿crees que el proyecto Avenida Central Limpia tendrá éxito y logrará devolverle el brillo a nuestro centro histórico, o será otra promesa incumplida?
