¡Ay, Dios mío! Qué bronca la que se armó ahora, raza. Un rollo tremendo entre el diputado Jorge Antonio Rojas y la Universidad Nacional (UNA). El wey, que ya lleva unos cuantos bríos, soltó unas verdades que le pegaron duro a medio país, así que ahora todos andan quejándose y buscando qué hacer.
Todo empezó con la discusión sobre quitarle la inmunidad al Presidente Chaves por esas denuncias de beligerancia que ya saben. Como siempre, un circo mediático, diay. Pero el diputado Rojas, en lugar de quedarse calladito, lanzó una bomba: básicamente, si no estás de acuerdo con el gobierno, ¡haz las maletas y vete!, según él. Una dijera así nomás, sin filtro, como decimos nosotros. ¡Qué cachivache!
Y ahí es donde la cosa se puso fea, porque el Consejo Universitario de la UNA, esos sí que no se quedan atrás cuando hay algo que criticar, sacaron un comunicado más largo que la autopista del Pacífico. Lo llamaron “contrarios a la tradición democrática, los derechos humanos y los principios constitucionales.” Pa’ que les quede bien claro, le dijeron que se retracte y pida perdón público, rápido. Imagínense la bronca que hubo en el consejo, seguro un brete de opiniones cruzadas. Uno piensa que a veces estos universitarios exageran, pero bueno, cada quién con su punto de vista, ¿no creen?
El documento, que le enviaron al jefe de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, dice textualmente que esas payasadas del diputado van contra nuestros valores más sagrados, como la cultura de paz, el Estado de Derecho y la libertad de opinión. Claramente, la U quiere recordarles a todos que acá podemos disentir, debatir y hasta gritarle al viento, pero sin estar pensando en echar a nadie del país. Porque, vamos, esto es Costa Rica, no algún lugar donde mandan a la gente al exilio, ¡qué salga del lote!
Lo que más me llama la atención es que el diputado, con toda la experiencia que tiene (ya va llegando a los 75), siga soltando estas cosas. Uno pensaría que ya debería saber cómo manejar estas situaciones con más tacto, pero parece que todavía le gusta meterse en el barro. ¿Será que le gusta la polémica, o qué onda? Da que pensar, diay. Este caso nos recuerda lo importante de defender nuestra democracia, sobre todo cuando alguien intenta ponerla en tela de juicio.
Pero bueno, aclaremos una cosita: la Constitución es clara, como anillo de bodas. El artículo 32 dice que ningún costarricense puede ser obligado a salir del país. Y además, tenemos la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que también protegen a los ciudadanos de este tipo de atropellos. Así que, señor Rojas, ¡léase la letra pequeña! Parece que necesita un repasito de civismo, chunche.
Ahora, entremos en materia de qué significa esto para el futuro. ¿Podríamos ver más declaraciones incendiarias como ésta? ¿Se intensificará la polarización política en el país? Hay quienes dicen que esto es solo la punta del iceberg, que vienen tiempos movidos. Personalmente, creo que la clave está en mantener la calma, el diálogo y, sobre todo, el respeto mutuo. Porque al final del día, todos queremos lo mejor para nuestro país, aunque tengamos diferentes formas de verlo.
Entonces, mi gente, díganme ustedes: ¿Cree usted que la petición de la UNA es justa, o el diputado Rojas tiene algún argumento válido? ¿Estamos abriendo un precedente peligroso al exigir lealtad incondicional al gobierno, o es necesario defender los principios democráticos a capa y espada? ¡Déjenme sus opiniones abajo en los comentarios, que quiero leer qué piensa el pueblo sobre esta vara!
Todo empezó con la discusión sobre quitarle la inmunidad al Presidente Chaves por esas denuncias de beligerancia que ya saben. Como siempre, un circo mediático, diay. Pero el diputado Rojas, en lugar de quedarse calladito, lanzó una bomba: básicamente, si no estás de acuerdo con el gobierno, ¡haz las maletas y vete!, según él. Una dijera así nomás, sin filtro, como decimos nosotros. ¡Qué cachivache!
Y ahí es donde la cosa se puso fea, porque el Consejo Universitario de la UNA, esos sí que no se quedan atrás cuando hay algo que criticar, sacaron un comunicado más largo que la autopista del Pacífico. Lo llamaron “contrarios a la tradición democrática, los derechos humanos y los principios constitucionales.” Pa’ que les quede bien claro, le dijeron que se retracte y pida perdón público, rápido. Imagínense la bronca que hubo en el consejo, seguro un brete de opiniones cruzadas. Uno piensa que a veces estos universitarios exageran, pero bueno, cada quién con su punto de vista, ¿no creen?
El documento, que le enviaron al jefe de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, dice textualmente que esas payasadas del diputado van contra nuestros valores más sagrados, como la cultura de paz, el Estado de Derecho y la libertad de opinión. Claramente, la U quiere recordarles a todos que acá podemos disentir, debatir y hasta gritarle al viento, pero sin estar pensando en echar a nadie del país. Porque, vamos, esto es Costa Rica, no algún lugar donde mandan a la gente al exilio, ¡qué salga del lote!
Lo que más me llama la atención es que el diputado, con toda la experiencia que tiene (ya va llegando a los 75), siga soltando estas cosas. Uno pensaría que ya debería saber cómo manejar estas situaciones con más tacto, pero parece que todavía le gusta meterse en el barro. ¿Será que le gusta la polémica, o qué onda? Da que pensar, diay. Este caso nos recuerda lo importante de defender nuestra democracia, sobre todo cuando alguien intenta ponerla en tela de juicio.
Pero bueno, aclaremos una cosita: la Constitución es clara, como anillo de bodas. El artículo 32 dice que ningún costarricense puede ser obligado a salir del país. Y además, tenemos la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que también protegen a los ciudadanos de este tipo de atropellos. Así que, señor Rojas, ¡léase la letra pequeña! Parece que necesita un repasito de civismo, chunche.
Ahora, entremos en materia de qué significa esto para el futuro. ¿Podríamos ver más declaraciones incendiarias como ésta? ¿Se intensificará la polarización política en el país? Hay quienes dicen que esto es solo la punta del iceberg, que vienen tiempos movidos. Personalmente, creo que la clave está en mantener la calma, el diálogo y, sobre todo, el respeto mutuo. Porque al final del día, todos queremos lo mejor para nuestro país, aunque tengamos diferentes formas de verlo.
Entonces, mi gente, díganme ustedes: ¿Cree usted que la petición de la UNA es justa, o el diputado Rojas tiene algún argumento válido? ¿Estamos abriendo un precedente peligroso al exigir lealtad incondicional al gobierno, o es necesario defender los principios democráticos a capa y espada? ¡Déjenme sus opiniones abajo en los comentarios, que quiero leer qué piensa el pueblo sobre esta vara!