¡Ay, Dios mío! Resulta que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, esos gringos siempre avisando, nos acaba de confirmar que se formó la tormenta tropical Gabrielle en el Atlántico. Ya van siete tormentas con nombre esta temporada, y parece que estamos apenas calentando motores. El tema es que, por fortuna, por el momento, ni huelo a que nos vaya a tocar cambiarle las llantas al carro por culpa de esto.
Según la NOAA – porque así le dicen a esos tipos –, Gabrielle está dando vuelta con vientos de 72 kilómetros por hora y algunas rachas más fuertes, moviéndose pa’l norte-noroeste a unos 35 kilómetros por hora. Tiene una presión mínima central de 1006 milibares, que básicamente significa que sí, es una tormenta tropical de verdad. Pa’ ponerlos en ambiente, también andan echándole ojo a otro disturbio en el Atlántico oriental, cerca de África, pero eso todavía está bastante lejos y no pinta tan bravo… todavía. Que nos tengan piedad, diay.
Lo bueno de todo esto es que el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ya salió a tranquilizarnos, y con toda razón. Dicen que la onda tropical número 32, que anda junta con Gabrielle, no nos va a afectar en absoluto por la trayectoria que tienen pensada. Eso sí, recalcan que la onda tiene alta probabilidad de convertirse en ciclón tropical en los próximos días, así que hay que estar pendientes, aunque no creo que tengamos que empezar a comprar pilas y galletas ahorita mismo.
Y hablando de temporadas de huracanes, recordemos que oficialmente arrancaron el primero de junio, pero el verdadero temblor lo sentimos entre agosto y octubre. Eladio Solano, del IMN, explica que el Pacífico tiene un patrón como un “sombrero” ancho y bajo, mientras que el Atlántico es como un “sombrero puntiagudo”. Lo que quiere decir es que el Atlántico concentra la mayoría de los fenómenos en poco tiempo, así que hay que tener bien abiertos los ojos. Pa' que se acuerden, si ven alguna nube rara, ¡llamen al IMN!
Ahora, vamos por números. Según las proyecciones del IMN, esta temporada puede ser un poquito más movida de lo normal, con entre 14 y 16 sistemas con nombre, entre 7 y 8 tormentas tropicales, 4 a 5 huracanes de categoría uno o dos, y hasta 3 huracanes mayores, es decir, de categoría tres, cuatro o cinco. Ya hemos visto pasar a Andrea, Barry y Chantal, así que aún faltan varios por llegar, pero esperemos que se mantengan alejados de nuestras costas. Imagínense la torta si alguno de esos viene directo pa’ acá.
Para que se hagan una idea, en el 2020 vivimos una temporada histórica, con 30 ciclones con nombre, 16 tormentas tropicales, 7 huracanes menores y 7 huracanes mayores. En cambio, una temporada normal (entre 1991 y 2020) solía presentar 14 sistemas nombrados, 7 tormentas tropicales, 4 huracanes menores y 3 huracanes mayores. ¡Imagínense la diferencia! Afortunadamente, no todos los años son iguales, y esperamos que este año no sea de esos años recordatorios.
Pablo Solano, otro meteorólogo del IMN, nos recuerda que setiembre, octubre y noviembre son los meses más críticos. Aunque la mayoría de estos sistemas se forman en medio del océano, sus efectos indirectos pueden causar lluvias torrenciales, oleajes peligrosos y marejadas. Por eso, es fundamental mantenerse informados y seguir las recomendaciones de las autoridades. ¡No nos hagamos los dormidos, pura precaución! Estos fenómenos son impredecibles, dicen; hay que esperar a ver cómo evoluciona cada perturbación antes de poder predecir dónde golpeará exactamente.
Así que, a pesar de que Gabrielle no representa una amenaza inmediata para Costa Rica, es importante que sigamos vigilantes y preparados. ¿Ustedes qué medidas toman normalmente ante la llegada de una tormenta tropical? ¿Prefieren abastecerse con comida y agua, asegurar sus casas o simplemente rezarle a San Isidro Labrador?
Según la NOAA – porque así le dicen a esos tipos –, Gabrielle está dando vuelta con vientos de 72 kilómetros por hora y algunas rachas más fuertes, moviéndose pa’l norte-noroeste a unos 35 kilómetros por hora. Tiene una presión mínima central de 1006 milibares, que básicamente significa que sí, es una tormenta tropical de verdad. Pa’ ponerlos en ambiente, también andan echándole ojo a otro disturbio en el Atlántico oriental, cerca de África, pero eso todavía está bastante lejos y no pinta tan bravo… todavía. Que nos tengan piedad, diay.
Lo bueno de todo esto es que el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ya salió a tranquilizarnos, y con toda razón. Dicen que la onda tropical número 32, que anda junta con Gabrielle, no nos va a afectar en absoluto por la trayectoria que tienen pensada. Eso sí, recalcan que la onda tiene alta probabilidad de convertirse en ciclón tropical en los próximos días, así que hay que estar pendientes, aunque no creo que tengamos que empezar a comprar pilas y galletas ahorita mismo.
Y hablando de temporadas de huracanes, recordemos que oficialmente arrancaron el primero de junio, pero el verdadero temblor lo sentimos entre agosto y octubre. Eladio Solano, del IMN, explica que el Pacífico tiene un patrón como un “sombrero” ancho y bajo, mientras que el Atlántico es como un “sombrero puntiagudo”. Lo que quiere decir es que el Atlántico concentra la mayoría de los fenómenos en poco tiempo, así que hay que tener bien abiertos los ojos. Pa' que se acuerden, si ven alguna nube rara, ¡llamen al IMN!
Ahora, vamos por números. Según las proyecciones del IMN, esta temporada puede ser un poquito más movida de lo normal, con entre 14 y 16 sistemas con nombre, entre 7 y 8 tormentas tropicales, 4 a 5 huracanes de categoría uno o dos, y hasta 3 huracanes mayores, es decir, de categoría tres, cuatro o cinco. Ya hemos visto pasar a Andrea, Barry y Chantal, así que aún faltan varios por llegar, pero esperemos que se mantengan alejados de nuestras costas. Imagínense la torta si alguno de esos viene directo pa’ acá.
Para que se hagan una idea, en el 2020 vivimos una temporada histórica, con 30 ciclones con nombre, 16 tormentas tropicales, 7 huracanes menores y 7 huracanes mayores. En cambio, una temporada normal (entre 1991 y 2020) solía presentar 14 sistemas nombrados, 7 tormentas tropicales, 4 huracanes menores y 3 huracanes mayores. ¡Imagínense la diferencia! Afortunadamente, no todos los años son iguales, y esperamos que este año no sea de esos años recordatorios.
Pablo Solano, otro meteorólogo del IMN, nos recuerda que setiembre, octubre y noviembre son los meses más críticos. Aunque la mayoría de estos sistemas se forman en medio del océano, sus efectos indirectos pueden causar lluvias torrenciales, oleajes peligrosos y marejadas. Por eso, es fundamental mantenerse informados y seguir las recomendaciones de las autoridades. ¡No nos hagamos los dormidos, pura precaución! Estos fenómenos son impredecibles, dicen; hay que esperar a ver cómo evoluciona cada perturbación antes de poder predecir dónde golpeará exactamente.
Así que, a pesar de que Gabrielle no representa una amenaza inmediata para Costa Rica, es importante que sigamos vigilantes y preparados. ¿Ustedes qué medidas toman normalmente ante la llegada de una tormenta tropical? ¿Prefieren abastecerse con comida y agua, asegurar sus casas o simplemente rezarle a San Isidro Labrador?
