¡Ay, Dios mío! El caso de Celso Gamboa sigue dando para días, ¿eh? Este viernes la jueza escuchó al fiscal general, Carlo Díaz, metiéndose en medio del juicio. Vamos, que apareció como agua de mayo en un momento bastante áspido para todos los involucrados. Mientras se debate una acusación de 2019 que parece sacada de un cajón olvidado, llegó la autorización de enviar al exmagistrado a Estados Unidos, donde lo esperan con los brazos abiertos por esos temas de las drogas.
Y claro, la jugada es cómo sacar a Gamboa de Costa Rica rápido, porque los papeles legales aquí todavía tienen su buen ritmo. Podrían pasarle meses hasta que todo esté listo para su viaje unilateral. Eso puso a Díaz a buscarle la paja a la gallina, digamos, opciones para agilizar el asunto. Pero ojo, advirtió el fiscal, todo depende de la buena onda de nuestro amigo Celso; él tiene la llave, mis queridos lectores.
Parece que tenemos varios frentes abiertos. Además de este juicio que está arrastrando, hay otro pendiente y una audiencia preliminar que apenas está comenzando. De eso dependerá si vamos a tener que enfrentar otro juicio. Algunos estarían pensando, “¿y no podemos aplicar el criterio de oportunidad?”. Pues sí, existe esa opción, pero ya le dieron el golpe certero: las acusaciones ya estaban hechas, así que esa puerta se cerró con llave.
Entonces, ¿qué nos queda? Según Díaz, existen caminos alternativos. Por ejemplo, medidas alternativas o incluso que Gamboa acepte los cargos. Imagínense, eso permitiría cortar de raíz todo el juicio y dar por finalizados los trámites. ¡Pero atención!, para que esto funcione, necesita ponerle ganas y aceptar ese panorama. Hasta ahora, según el fiscal, no ha demostrado estar totalmente cerrado a la idea.
Otra posibilidad es la extradición temporal. Esto implica terminar primero los juicios aquí en Costa Rica, pero antes de empezar a pagar cualquier condena, lo mandan a Estados Unidos. Ahí enfrentaría las acusaciones y sentencias allá, y luego, una vez cumplido todo, volvería aquí para resolver lo que le quede por acá. Un poco complicado, ¿verdad? Parece una telenovela judicial, diay!
Ahora viene la pregunta del millón: ¿podría conseguir algún beneficio especial Gamboa si decide colaborar con las autoridades estadounidenses? Díaz fue claro: todo depende de lo que puedan acordar con la DEA, que es el brazo armado de Estados Unidos en este proceso. Insiste que hay rutas establecidas dentro de la justicia gringa, así que no esperemos milagros. Él no le dará facilidades simplemente porque así lo quiera el exmagistrado.
La verdad, la movida es interesante. Uno se pregunta qué estará pensando realmente Gamboa. ¿Será que busca evitar una pena mayor en Estados Unidos? ¿O quizás trata de hacer un trato para aliviar su situación aquí? Lo cierto es que el panorama es turbio y lleno de incertidumbre, pero con mucho sabor a drama tico. Este señor nos tiene entretenidos, aunque a muchos les parezca una pérdida de tiempo y recursos públicos.
Después de tanto debate y tanteo, la gran interrogante que queda es: ¿Cree usted que Celso Gamboa debería aprovechar estas oportunidades de negociación para acelerar su extradición, o prefiere seguir peleando cada batalla legal en Costa Rica, arriesgándose a prolongar el proceso indefinidamente? ¡Comparta su opinión en los comentarios y digámonos qué piensa sobre este nuevo capítulo del caso Gamboa!
Y claro, la jugada es cómo sacar a Gamboa de Costa Rica rápido, porque los papeles legales aquí todavía tienen su buen ritmo. Podrían pasarle meses hasta que todo esté listo para su viaje unilateral. Eso puso a Díaz a buscarle la paja a la gallina, digamos, opciones para agilizar el asunto. Pero ojo, advirtió el fiscal, todo depende de la buena onda de nuestro amigo Celso; él tiene la llave, mis queridos lectores.
Parece que tenemos varios frentes abiertos. Además de este juicio que está arrastrando, hay otro pendiente y una audiencia preliminar que apenas está comenzando. De eso dependerá si vamos a tener que enfrentar otro juicio. Algunos estarían pensando, “¿y no podemos aplicar el criterio de oportunidad?”. Pues sí, existe esa opción, pero ya le dieron el golpe certero: las acusaciones ya estaban hechas, así que esa puerta se cerró con llave.
Entonces, ¿qué nos queda? Según Díaz, existen caminos alternativos. Por ejemplo, medidas alternativas o incluso que Gamboa acepte los cargos. Imagínense, eso permitiría cortar de raíz todo el juicio y dar por finalizados los trámites. ¡Pero atención!, para que esto funcione, necesita ponerle ganas y aceptar ese panorama. Hasta ahora, según el fiscal, no ha demostrado estar totalmente cerrado a la idea.
Otra posibilidad es la extradición temporal. Esto implica terminar primero los juicios aquí en Costa Rica, pero antes de empezar a pagar cualquier condena, lo mandan a Estados Unidos. Ahí enfrentaría las acusaciones y sentencias allá, y luego, una vez cumplido todo, volvería aquí para resolver lo que le quede por acá. Un poco complicado, ¿verdad? Parece una telenovela judicial, diay!
Ahora viene la pregunta del millón: ¿podría conseguir algún beneficio especial Gamboa si decide colaborar con las autoridades estadounidenses? Díaz fue claro: todo depende de lo que puedan acordar con la DEA, que es el brazo armado de Estados Unidos en este proceso. Insiste que hay rutas establecidas dentro de la justicia gringa, así que no esperemos milagros. Él no le dará facilidades simplemente porque así lo quiera el exmagistrado.
La verdad, la movida es interesante. Uno se pregunta qué estará pensando realmente Gamboa. ¿Será que busca evitar una pena mayor en Estados Unidos? ¿O quizás trata de hacer un trato para aliviar su situación aquí? Lo cierto es que el panorama es turbio y lleno de incertidumbre, pero con mucho sabor a drama tico. Este señor nos tiene entretenidos, aunque a muchos les parezca una pérdida de tiempo y recursos públicos.
Después de tanto debate y tanteo, la gran interrogante que queda es: ¿Cree usted que Celso Gamboa debería aprovechar estas oportunidades de negociación para acelerar su extradición, o prefiere seguir peleando cada batalla legal en Costa Rica, arriesgándose a prolongar el proceso indefinidamente? ¡Comparta su opinión en los comentarios y digámonos qué piensa sobre este nuevo capítulo del caso Gamboa!