¡Ay, Dios mío! El caso de Celso Gamboa sigue dando vuelta y vuelta, ¿eh? Resulta que el exministro, después de toda la novela de la extradición a Estados Unidos, ahora va y le mete una demanda a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Dicen que ahí andan pasando cosas raras dentro del CAI La Reforma, ¡una torta!, y él quiere que el mundo entero lo sepa.
Michael Castillo, uno de los abogados defensores, soltó la bomba ayer: la Corte IDH ya le pidió al Ministerio de Justicia unos informes urgentes sobre las quejas de Gamboa. Él dice que le están tratando feo allá adentro, desde malas condiciones en la celda hasta restricciones para poder hablar con sus abogados. ¡Imagínate la bronca! Parece que el pobre hombre anda buscando desesperadamente cualquier salida a este brete judicial que lo tiene metido.
Y ni qué decir de las veces que ha intentado librarse de esto antes. Ya había presentado recursos de amparo y habeas corpus ante la Sala Constitucional, argumentando lo mismo: que lo estaban encajando allá dentro. Además, está involucrado en otra denuncia penal donde asegura que algunos funcionarios penitenciarios se le han ido al lote, cometiendo abusos de autoridad. ¡Esto parece un circo!
Como les cuento, la jugada legal de Gamboa es compleja, porque busca frenar esa extradición que tanto desea Estados Unidos. Recordemos que lo atraparon el 23 de junio pasado, después de que el Tribunal Penal diera luz verde a la orden de aprehensión. Lo ofrecieron la posibilidad de entregarse voluntariamente para irse a Estados Unidos y aclarar su situación, pero claro, él se agarró la toalla. No quería hacerle fácil las cosas a los gringos, ¿verdad?
Ahora, encima de todo eso, Gamboa dice que lo están torturando, que le niegan la visita de sus familiares y amigos, y que lo obligan a hacer ayunos prolongados. ¡Menudo fastidio! Pero ojo, que antes, cuando tenía la oportunidad de colaborar con la justicia estadounidense, prefirió guardar silencio. Ahí sí, no estaba tan preocupado por sus derechos... vaya contradección, ¿no creen?
Pero la cosa no termina ahí, mis panas. Apenas unas horas después de que lo cacharon, la DEA lo puso en la mira como presunto cabecilla regional del Cártel del Golfo de México, operando en varios países de Centroamérica y Sudamérica. También lo vinculan con el Cártel de Sinaloa y el Clan del Golfo, moviendo toneladas de droga hacia Estados Unidos. ¡Un currículum bastante turbio, la verdad!
Y es que, aunque ahora se hace la víctima y dice que quiere aclarar su nombre, Gamboa siempre ha sido una figura rodeada de polémica. Desde sus tiempos como magistrado, siempre hubo rumores de negocios turbios y conexiones peligrosas. Ahora, con estas acusaciones de narcotráfico, la cosa pinta aún peor. Es como si estuviera atrapado en una telaraña de la que difícilmente podrá escapar. ¡Qué pena viva!
En fin, este caso sigue generando mucha controversia y preguntas. Con todas estas defensas, denuncias y complicaciones legales, ¿creen ustedes que Celso Gamboa realmente está siendo víctima de persecución política o simplemente está buscando cualquier pretexto para evitar enfrentar cargos graves en Estados Unidos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Michael Castillo, uno de los abogados defensores, soltó la bomba ayer: la Corte IDH ya le pidió al Ministerio de Justicia unos informes urgentes sobre las quejas de Gamboa. Él dice que le están tratando feo allá adentro, desde malas condiciones en la celda hasta restricciones para poder hablar con sus abogados. ¡Imagínate la bronca! Parece que el pobre hombre anda buscando desesperadamente cualquier salida a este brete judicial que lo tiene metido.
Y ni qué decir de las veces que ha intentado librarse de esto antes. Ya había presentado recursos de amparo y habeas corpus ante la Sala Constitucional, argumentando lo mismo: que lo estaban encajando allá dentro. Además, está involucrado en otra denuncia penal donde asegura que algunos funcionarios penitenciarios se le han ido al lote, cometiendo abusos de autoridad. ¡Esto parece un circo!
Como les cuento, la jugada legal de Gamboa es compleja, porque busca frenar esa extradición que tanto desea Estados Unidos. Recordemos que lo atraparon el 23 de junio pasado, después de que el Tribunal Penal diera luz verde a la orden de aprehensión. Lo ofrecieron la posibilidad de entregarse voluntariamente para irse a Estados Unidos y aclarar su situación, pero claro, él se agarró la toalla. No quería hacerle fácil las cosas a los gringos, ¿verdad?
Ahora, encima de todo eso, Gamboa dice que lo están torturando, que le niegan la visita de sus familiares y amigos, y que lo obligan a hacer ayunos prolongados. ¡Menudo fastidio! Pero ojo, que antes, cuando tenía la oportunidad de colaborar con la justicia estadounidense, prefirió guardar silencio. Ahí sí, no estaba tan preocupado por sus derechos... vaya contradección, ¿no creen?
Pero la cosa no termina ahí, mis panas. Apenas unas horas después de que lo cacharon, la DEA lo puso en la mira como presunto cabecilla regional del Cártel del Golfo de México, operando en varios países de Centroamérica y Sudamérica. También lo vinculan con el Cártel de Sinaloa y el Clan del Golfo, moviendo toneladas de droga hacia Estados Unidos. ¡Un currículum bastante turbio, la verdad!
Y es que, aunque ahora se hace la víctima y dice que quiere aclarar su nombre, Gamboa siempre ha sido una figura rodeada de polémica. Desde sus tiempos como magistrado, siempre hubo rumores de negocios turbios y conexiones peligrosas. Ahora, con estas acusaciones de narcotráfico, la cosa pinta aún peor. Es como si estuviera atrapado en una telaraña de la que difícilmente podrá escapar. ¡Qué pena viva!
En fin, este caso sigue generando mucha controversia y preguntas. Con todas estas defensas, denuncias y complicaciones legales, ¿creen ustedes que Celso Gamboa realmente está siendo víctima de persecución política o simplemente está buscando cualquier pretexto para evitar enfrentar cargos graves en Estados Unidos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!