¡Ay, mi gente! Parece que el asunto de la red 5G en Costa Rica va tomando forma, aunque con más rodeos que un taxi en hora pico. La Contraloría General, después de darle mil vueltas al asunto, le dio luz verde al ICE para que siga adelante con la licitación. Una tercera tanda de objeciones ya, ¡qué torta! Pero bueno, al final, parece que Huawei no logró frenar el brete.
Para ponerlos al día, la onda es que Huawei presentó un recurso alegando que había algunas cositas turbias en el pliego de condiciones, cosas de transportes, favoritismos de marcas y hasta multas. Dijeron que el juego estaba amañado, vamos. Pero la Contraloría, después de analizarlo bien, decidió que no había fundamentos sólidos. Lo importante es que la Contraloría se retira de la mesa, así que ahora la pelota está completamente en la cancha del ICE.
Si nos ponemos a pensar, esto es un hito grandote para el país. La 5G promete velocidades de internet ultrarrápidas, que es lo que necesitamos para poder ver Netflix sin que se trabe y para que las empresas puedan hacer cosas más eficientes. Piensen en telemedicina, carros autónomos, ciudades inteligentes… ¡una chimba de posibilidades! Aunque también hay algunos preocupados por temas de seguridad y privacidad, pues claro, siempre hay un lado oscuro en cada avance tecnológico.
El ICE, ahora sí, tendrá que ponerse las pilas y acelerar el proceso licitatorio. Ya no hay excusas ni margen para meter la pata. Hay que llamar a todos los interesados, revisar las propuestas y seleccionar a la empresa que pueda construir la infraestructura necesaria para llevar la 5G a todos los rincones del país. Que no se anden con gandaras, que este es un tema que nos compete a todos.
Ahora bien, esto me lleva a preguntarme si realmente estamos preparados para toda esta tecnología. ¿Tenemos la infraestructura adecuada? ¿Las personas saben cómo aprovecharla? ¿Estamos dispuestos a pagar por ella? Porque no quiero que al final la 5G se convierta en otro lujo para unos pocos mientras la mayoría sigue luchando por tener una señal decente en sus celulares. ¡Eso sería qué sal!
Además, no podemos olvidarnos de la competencia. Huawei quedó fuera de la contienda, pero seguramente otras empresas estarán ansiosas por quedarse con el contrato. Va a haber que estar ojo avizor para evitar cualquier tipo de corrupción o colusión. En Costa Rica sabemos muy bien cómo andamos con esos temas, diay… Esperemos que esta vez sí podamos hacer las cosas bien y sin rodeos.
Pero volviendo al tema principal, es indudable que la llegada de la 5G representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico y social del país. Si se hace bien, podríamos cerrar brechas digitales, mejorar la educación, fortalecer la salud pública y crear nuevos empleos. ¡Un futuro cargado de potencialidades! Siempre y cuando no se vayan al traste las cosas por malas decisiones o falta de planificación.
Así que, mi gente, díganme: ¿Creen que Costa Rica está lista para recibir la 5G? ¿Cuáles son sus mayores expectativas y preocupaciones sobre esta nueva tecnología? ¿Les preocupa que se vaya el dinero en otro brete o creen que este es el momento de dar un salto cualitativo en nuestra conectividad?
Para ponerlos al día, la onda es que Huawei presentó un recurso alegando que había algunas cositas turbias en el pliego de condiciones, cosas de transportes, favoritismos de marcas y hasta multas. Dijeron que el juego estaba amañado, vamos. Pero la Contraloría, después de analizarlo bien, decidió que no había fundamentos sólidos. Lo importante es que la Contraloría se retira de la mesa, así que ahora la pelota está completamente en la cancha del ICE.
Si nos ponemos a pensar, esto es un hito grandote para el país. La 5G promete velocidades de internet ultrarrápidas, que es lo que necesitamos para poder ver Netflix sin que se trabe y para que las empresas puedan hacer cosas más eficientes. Piensen en telemedicina, carros autónomos, ciudades inteligentes… ¡una chimba de posibilidades! Aunque también hay algunos preocupados por temas de seguridad y privacidad, pues claro, siempre hay un lado oscuro en cada avance tecnológico.
El ICE, ahora sí, tendrá que ponerse las pilas y acelerar el proceso licitatorio. Ya no hay excusas ni margen para meter la pata. Hay que llamar a todos los interesados, revisar las propuestas y seleccionar a la empresa que pueda construir la infraestructura necesaria para llevar la 5G a todos los rincones del país. Que no se anden con gandaras, que este es un tema que nos compete a todos.
Ahora bien, esto me lleva a preguntarme si realmente estamos preparados para toda esta tecnología. ¿Tenemos la infraestructura adecuada? ¿Las personas saben cómo aprovecharla? ¿Estamos dispuestos a pagar por ella? Porque no quiero que al final la 5G se convierta en otro lujo para unos pocos mientras la mayoría sigue luchando por tener una señal decente en sus celulares. ¡Eso sería qué sal!
Además, no podemos olvidarnos de la competencia. Huawei quedó fuera de la contienda, pero seguramente otras empresas estarán ansiosas por quedarse con el contrato. Va a haber que estar ojo avizor para evitar cualquier tipo de corrupción o colusión. En Costa Rica sabemos muy bien cómo andamos con esos temas, diay… Esperemos que esta vez sí podamos hacer las cosas bien y sin rodeos.
Pero volviendo al tema principal, es indudable que la llegada de la 5G representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico y social del país. Si se hace bien, podríamos cerrar brechas digitales, mejorar la educación, fortalecer la salud pública y crear nuevos empleos. ¡Un futuro cargado de potencialidades! Siempre y cuando no se vayan al traste las cosas por malas decisiones o falta de planificación.
Así que, mi gente, díganme: ¿Creen que Costa Rica está lista para recibir la 5G? ¿Cuáles son sus mayores expectativas y preocupaciones sobre esta nueva tecnología? ¿Les preocupa que se vaya el dinero en otro brete o creen que este es el momento de dar un salto cualitativo en nuestra conectividad?