¡Ay, Dios mío! Resulta que la Organización Mundial del Comercio (OMC) soltó unas previsiones que no son precisamente para echarle confeti. Parece que el comercio mundial va a bajar el acelerador, especialmente el próximo año. Hablan de un crecimiento del 0,5% en 2026… ¡Eso sí que es frenazo! Después de ver cómo el 2024 se mantuvo a flote con un 2,8%, esto da para pensar si estamos preparados para este cambio de ritmo.
Según la OMC, la cosa empezó bien este año. Un buen empujón en la primera mitad, con importaciones fuertes desde Norteamérica y un boom en la onda de semiconductores e inteligencia artificial, le dieron aire. Pero ahora, parece que los aranceles y otras movidas internacionales están empezando a hacer mella. Dicen que incluso el sector de servicios, que hasta ahora parecía inmune, podría sentir la bajada porque el transporte y el turismo no van como deberían. ¡Qué lata!
Lo que más preocupa es que las exportaciones norteamericanas se espera que den un golpe importante. En 2025 bajan un 3,1% y luego otro 1% en 2026. Y Suramérica ni hablar, después de un leve repunte este año, se perfilan para caer. Aquí en Costa Rica, eso significa que tenemos que ponerle turbo a buscar nuevos mercados y diversificar nuestra economía, porque depender de unos pocos clientes nunca es bueno. Ya saben, no debemos irnos al traste esperando que las cosas sigan igual.
Pero ojo, no todo está perdido. Asia sigue siendo una locomotora, con un crecimiento interesante, y algunos países africanos también parecen tener potencial. Lo que necesitamos es encontrar la forma de conectarnos con esas oportunidades, invertir en infraestructura y educación, y crear un ambiente favorable para los negocios. No es fácil, brete complicado, pero no imposible. Tenemos que salir del modo gandul y ponernos las pilas.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, lo dijo claro: “No hay lugar para la complacencia”. Tiene toda la razón. Este es un momento para replantearnos cómo hacemos las cosas, buscar nuevos modelos de comercio y fortalecer las relaciones con nuestros socios comerciales. Y eso implica, para nosotros los ticos, analizar qué tan expuestos estamos a estas fluctuaciones globales y qué medidas podemos tomar para protegernos y aprovechar las oportunidades que surjan.
Para nosotros en Costa Rica, la situación es particularmente delicada considerando que dependemos mucho de las exportaciones. Por ejemplo, el sector turístico, vital para nuestra economía, puede verse afectado si el comercio internacional se desacelera y la gente reduce sus gastos en viajes. Tenemos que buscar alternativas, apostar por la innovación, impulsar el emprendimiento y promover el consumo interno. Necesitamos encontrar esa vara que nos permita navegar en aguas turbulentas.
Además, no olvidemos que el panorama político internacional tampoco ayuda. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la guerra en Ucrania y otras crisis geopolíticas generan incertidumbre y dificultan la toma de decisiones. Todo esto impacta directamente en la economía global y, por supuesto, en la nuestra. Hay que estar pendientes y adaptar nuestras estrategias constantemente, porque la vara cambia día a día.
Así que, ¿qué opinan mis queridos compañeros del Foro? Con este panorama económico global que pinta medio salado, ¿cuáles creen que son las mejores estrategias para que Costa Rica siga creciendo y manteniendo su calidad de vida? ¿Deberíamos enfocarnos más en el turismo sostenible, diversificar nuestras exportaciones o apostar por la tecnología y la innovación? ¡Déjenme sus ideas!
Según la OMC, la cosa empezó bien este año. Un buen empujón en la primera mitad, con importaciones fuertes desde Norteamérica y un boom en la onda de semiconductores e inteligencia artificial, le dieron aire. Pero ahora, parece que los aranceles y otras movidas internacionales están empezando a hacer mella. Dicen que incluso el sector de servicios, que hasta ahora parecía inmune, podría sentir la bajada porque el transporte y el turismo no van como deberían. ¡Qué lata!
Lo que más preocupa es que las exportaciones norteamericanas se espera que den un golpe importante. En 2025 bajan un 3,1% y luego otro 1% en 2026. Y Suramérica ni hablar, después de un leve repunte este año, se perfilan para caer. Aquí en Costa Rica, eso significa que tenemos que ponerle turbo a buscar nuevos mercados y diversificar nuestra economía, porque depender de unos pocos clientes nunca es bueno. Ya saben, no debemos irnos al traste esperando que las cosas sigan igual.
Pero ojo, no todo está perdido. Asia sigue siendo una locomotora, con un crecimiento interesante, y algunos países africanos también parecen tener potencial. Lo que necesitamos es encontrar la forma de conectarnos con esas oportunidades, invertir en infraestructura y educación, y crear un ambiente favorable para los negocios. No es fácil, brete complicado, pero no imposible. Tenemos que salir del modo gandul y ponernos las pilas.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, lo dijo claro: “No hay lugar para la complacencia”. Tiene toda la razón. Este es un momento para replantearnos cómo hacemos las cosas, buscar nuevos modelos de comercio y fortalecer las relaciones con nuestros socios comerciales. Y eso implica, para nosotros los ticos, analizar qué tan expuestos estamos a estas fluctuaciones globales y qué medidas podemos tomar para protegernos y aprovechar las oportunidades que surjan.
Para nosotros en Costa Rica, la situación es particularmente delicada considerando que dependemos mucho de las exportaciones. Por ejemplo, el sector turístico, vital para nuestra economía, puede verse afectado si el comercio internacional se desacelera y la gente reduce sus gastos en viajes. Tenemos que buscar alternativas, apostar por la innovación, impulsar el emprendimiento y promover el consumo interno. Necesitamos encontrar esa vara que nos permita navegar en aguas turbulentas.
Además, no olvidemos que el panorama político internacional tampoco ayuda. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la guerra en Ucrania y otras crisis geopolíticas generan incertidumbre y dificultan la toma de decisiones. Todo esto impacta directamente en la economía global y, por supuesto, en la nuestra. Hay que estar pendientes y adaptar nuestras estrategias constantemente, porque la vara cambia día a día.
Así que, ¿qué opinan mis queridos compañeros del Foro? Con este panorama económico global que pinta medio salado, ¿cuáles creen que son las mejores estrategias para que Costa Rica siga creciendo y manteniendo su calidad de vida? ¿Deberíamos enfocarnos más en el turismo sostenible, diversificar nuestras exportaciones o apostar por la tecnología y la innovación? ¡Déjenme sus ideas!
