Ay, Dios mío, qué torta nos tocó vivir este lunes. Las lluvias, que ni les cuento, dejaron varados a varios vecinos en la Zona Norte, dejando un reguero de problemas que hasta el pobre negrito está sudando frío. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE), anda chambeando a toda máquina tratando de ponerle un brete a esto, pero la cosa está pegajosa.
Según la CNE, estamos hablando de 26 incidentes relacionados con inundaciones, especialmente en cantones como San Carlos, Zarcero, Upala y San Ramón – esos lugares donde el agua se porta medio rebelde. Lo peor de todo es que el río La Esperanza en La Tigra, se salió de quicio, literalmente, anegando casas y caminos. Imagínate tener que salir de tu casa en balsa… ¡uff!
Y ni hablar de La Tigra, que encima cayó un árbol y un poste de luz. Menos mal que llegaron los bomberos y cuadrillas a echarle pata arriba a la situación, porque sino estaríamos todos a oscuras y sin internet, ¡qué tragedia! Además, el sistema de alcantarillado en Zarcero se fue al traste, generando un verdadero batiburrillo en las calles del centro del cantón. Y para rematar, ahí tenemos un deslizamiento en la ruta que va pa’ Zapote... eso sí que es bronca, porque ahí toca esperar a que limpien el camino.
Lo que preocupa es que seguimos con alerta amarilla por todo el país, gracias a estas condiciones climáticas que andan bien turbias. El IMN (Instituto Meteorológico Nacional) nos advierte que todavía vamos a sentir aguaceros fuertes con tormentas eléctricas, especialmente en el Pacífico Central y Sur, la Península de Nicoya, el Valle del Tempisque y esas montañas del Caribe que siempre tienen sus sorpresas. Vamos, que aún no hemos zafado del chaparrón, diay.
Las lluvias de este lunes ya acumularon cantidades considerables en algunas zonas. Mira tú, en La Palmera (Zona Norte) llovió casi 62 milímetros, en ITCR San Carlos, casi 50; y en Altamira, Coto Brus, ¡más de 33! Eso demuestra que el suelo ya está bien empapado, listo para cualquier deslizamiento o inundación repentina. Y ojo, porque también mencionaron que en áreas urbanas podríamos tener problemas con el alcantarillado si llueve mucho más.
El IMN, con toda la razón del mundo, ha pedido mantener la calma y tomar precauciones. Dicen que debemos estar atentos a cualquier indicio de deslizamiento o inundación, y evitar movernos innecesariamente por zonas peligrosas. Mejor quedarse tranquilo en casa, viendo telenovelas y comiendo gallito con chicharrón... aunque bueno, con estas lluvias, quizás ni eso sea posible, jeje.
Pero miren, más allá de los datos técnicos y las advertencias oficiales, lo que realmente me preocupa es cómo afecta esto a nuestros vecinos, a los campesinos que pierden sus cosechas, a las familias que ven sus casas dañadas, y a todos aquellos que simplemente quieren pasar un día tranquilo sin tener que lidiar con tanta agua y barro. Esto nos recuerda lo frágil que es nuestra relación con la naturaleza y lo importante que es cuidarla para evitar estos desastres.
Ahora dime, mi gente, considerando la creciente frecuencia de estos fenómenos climáticos extremos, ¿crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para prepararnos y proteger nuestras comunidades? ¿Estamos invirtiendo lo necesario en sistemas de drenaje, prevención de deslizamientos, y educación pública sobre riesgos naturales? ¡Dale, cuéntame tu opinión en el foro!
Según la CNE, estamos hablando de 26 incidentes relacionados con inundaciones, especialmente en cantones como San Carlos, Zarcero, Upala y San Ramón – esos lugares donde el agua se porta medio rebelde. Lo peor de todo es que el río La Esperanza en La Tigra, se salió de quicio, literalmente, anegando casas y caminos. Imagínate tener que salir de tu casa en balsa… ¡uff!
Y ni hablar de La Tigra, que encima cayó un árbol y un poste de luz. Menos mal que llegaron los bomberos y cuadrillas a echarle pata arriba a la situación, porque sino estaríamos todos a oscuras y sin internet, ¡qué tragedia! Además, el sistema de alcantarillado en Zarcero se fue al traste, generando un verdadero batiburrillo en las calles del centro del cantón. Y para rematar, ahí tenemos un deslizamiento en la ruta que va pa’ Zapote... eso sí que es bronca, porque ahí toca esperar a que limpien el camino.
Lo que preocupa es que seguimos con alerta amarilla por todo el país, gracias a estas condiciones climáticas que andan bien turbias. El IMN (Instituto Meteorológico Nacional) nos advierte que todavía vamos a sentir aguaceros fuertes con tormentas eléctricas, especialmente en el Pacífico Central y Sur, la Península de Nicoya, el Valle del Tempisque y esas montañas del Caribe que siempre tienen sus sorpresas. Vamos, que aún no hemos zafado del chaparrón, diay.
Las lluvias de este lunes ya acumularon cantidades considerables en algunas zonas. Mira tú, en La Palmera (Zona Norte) llovió casi 62 milímetros, en ITCR San Carlos, casi 50; y en Altamira, Coto Brus, ¡más de 33! Eso demuestra que el suelo ya está bien empapado, listo para cualquier deslizamiento o inundación repentina. Y ojo, porque también mencionaron que en áreas urbanas podríamos tener problemas con el alcantarillado si llueve mucho más.
El IMN, con toda la razón del mundo, ha pedido mantener la calma y tomar precauciones. Dicen que debemos estar atentos a cualquier indicio de deslizamiento o inundación, y evitar movernos innecesariamente por zonas peligrosas. Mejor quedarse tranquilo en casa, viendo telenovelas y comiendo gallito con chicharrón... aunque bueno, con estas lluvias, quizás ni eso sea posible, jeje.
Pero miren, más allá de los datos técnicos y las advertencias oficiales, lo que realmente me preocupa es cómo afecta esto a nuestros vecinos, a los campesinos que pierden sus cosechas, a las familias que ven sus casas dañadas, y a todos aquellos que simplemente quieren pasar un día tranquilo sin tener que lidiar con tanta agua y barro. Esto nos recuerda lo frágil que es nuestra relación con la naturaleza y lo importante que es cuidarla para evitar estos desastres.
Ahora dime, mi gente, considerando la creciente frecuencia de estos fenómenos climáticos extremos, ¿crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para prepararnos y proteger nuestras comunidades? ¿Estamos invirtiendo lo necesario en sistemas de drenaje, prevención de deslizamientos, y educación pública sobre riesgos naturales? ¡Dale, cuéntame tu opinión en el foro!