¡Qué va! La Asamblea Legislativa le dio luz verde al proyecto para endurecer las penas contra el sicariato, pero parece que todavía nos queda brete pendiente. Después de batallas legales y discusiones intensas, la bancada de Nueva República vio cómo su idea original, que iba hasta los 50 años de pura bala, se bajaba a 40, gracias a algunos diputados que se pusieron regañadientes.
Todo este rollo empezó en noviembre pasado, cuando Nueva República metió el dedo en la llaga y propuso esta 'Ley contra el Sicariato', buscando darle una mordida más dura a estos tipos que se dedican a mandar gente al otro mundo a cambio de unos cuantos billetes verdes. La verdad, la necesidad era clarísima, viendo cómo las muertes por encargo se han ido multiplicando, dejando a familias enteras destrozadas y una sensación de inseguridad que nadie quiere vivir aquí en Costa Rica, mi tierra querida.
La diputada Gloria Navas, fiel a su estilo, fue la única que se levantó en contra, mostrando su desacuerdo con la medida. Algunos dicen que es por convicciones profundas, otros que por bronca política... ¡Quién sabe! En fin, aunque sea una minúscula parte de la población en contra, el resto de los 39 diputados decidieron que la seguridad nacional debía primar, o eso dicen.
Lo novedoso de esta ley, que aún debe pasar por segundo debate y la firma del Presidente, es que ahora el Código Penal tendrá dos artículos nuevos. Uno establece que si alguien mata a otra persona “en razón de la pertenencia o participación en una organización criminal, por promesa remuneratoria o encargo” recibirá una condena de 20 a 40 años de prisión. ¡Una buena cuota, diay! Eso sí, el diputado Fabricio Alvarado admitió que no es exactamente lo que ellos querían, pues insistían en esos 50 años, pero ‘ya es un avance’, según él.
Pero la cosa no termina ahí, chunches. El proyecto tampoco olvida a quienes andan ofreciendo este tipo de servicios, ¿caché? Porque ahora, si te atreves a ofrecer, solicitar o promocionar públicamente el asesinato de alguien a cambio de dinero, te vas directo a la cárcel entre 3 y 5 años. Esto es pa’ que se quiten las ganas de andar jugando a ser Don Vito Corleone, ¿me entienden?
Para ponerlos en perspectiva, hoy en día, el homicidio calificado se maneja con penas de hasta 35 años de prisión. Entonces, con esta nueva ley, al sicario le sumamos otros cinco años encima. No digo que sea la solución mágica a todos nuestros problemas de violencia, pero al menos es un intento serio de mostrarle a estos delincuentes que la justicia no se va a echar atrás ante sus fechorías.
Muchos analistas políticos y expertos en seguridad ya están dando vueltas alrededor de este asunto. Algunos creen que la ley es simbólica, pues difícilmente se probará la conexión directa entre el pagador y el asesino. Otros ven esto como una señal de que el gobierno está escuchando las demandas ciudadanas y tratando de hacer frente a la creciente ola de violencia. Ya saben, las opiniones están como las gallinas, cada quién la suya. Lo importante es seguir vigilando que esta ley se cumpla y que realmente tenga un impacto positivo en nuestras comunidades.
Y ahora, díganme ustedes, ¿creen que con esta ley se va a lograr frenar la ola de sicariato en Costa Rica, o simplemente estamos poniendo parches a un problema mucho más profundo? ¿Deberían haber aumentado la pena a 50 años, como pedía Nueva República, o es suficiente con 40? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡queremos saber qué piensan mis queridos compas!
Todo este rollo empezó en noviembre pasado, cuando Nueva República metió el dedo en la llaga y propuso esta 'Ley contra el Sicariato', buscando darle una mordida más dura a estos tipos que se dedican a mandar gente al otro mundo a cambio de unos cuantos billetes verdes. La verdad, la necesidad era clarísima, viendo cómo las muertes por encargo se han ido multiplicando, dejando a familias enteras destrozadas y una sensación de inseguridad que nadie quiere vivir aquí en Costa Rica, mi tierra querida.
La diputada Gloria Navas, fiel a su estilo, fue la única que se levantó en contra, mostrando su desacuerdo con la medida. Algunos dicen que es por convicciones profundas, otros que por bronca política... ¡Quién sabe! En fin, aunque sea una minúscula parte de la población en contra, el resto de los 39 diputados decidieron que la seguridad nacional debía primar, o eso dicen.
Lo novedoso de esta ley, que aún debe pasar por segundo debate y la firma del Presidente, es que ahora el Código Penal tendrá dos artículos nuevos. Uno establece que si alguien mata a otra persona “en razón de la pertenencia o participación en una organización criminal, por promesa remuneratoria o encargo” recibirá una condena de 20 a 40 años de prisión. ¡Una buena cuota, diay! Eso sí, el diputado Fabricio Alvarado admitió que no es exactamente lo que ellos querían, pues insistían en esos 50 años, pero ‘ya es un avance’, según él.
Pero la cosa no termina ahí, chunches. El proyecto tampoco olvida a quienes andan ofreciendo este tipo de servicios, ¿caché? Porque ahora, si te atreves a ofrecer, solicitar o promocionar públicamente el asesinato de alguien a cambio de dinero, te vas directo a la cárcel entre 3 y 5 años. Esto es pa’ que se quiten las ganas de andar jugando a ser Don Vito Corleone, ¿me entienden?
Para ponerlos en perspectiva, hoy en día, el homicidio calificado se maneja con penas de hasta 35 años de prisión. Entonces, con esta nueva ley, al sicario le sumamos otros cinco años encima. No digo que sea la solución mágica a todos nuestros problemas de violencia, pero al menos es un intento serio de mostrarle a estos delincuentes que la justicia no se va a echar atrás ante sus fechorías.
Muchos analistas políticos y expertos en seguridad ya están dando vueltas alrededor de este asunto. Algunos creen que la ley es simbólica, pues difícilmente se probará la conexión directa entre el pagador y el asesino. Otros ven esto como una señal de que el gobierno está escuchando las demandas ciudadanas y tratando de hacer frente a la creciente ola de violencia. Ya saben, las opiniones están como las gallinas, cada quién la suya. Lo importante es seguir vigilando que esta ley se cumpla y que realmente tenga un impacto positivo en nuestras comunidades.
Y ahora, díganme ustedes, ¿creen que con esta ley se va a lograr frenar la ola de sicariato en Costa Rica, o simplemente estamos poniendo parches a un problema mucho más profundo? ¿Deberían haber aumentado la pena a 50 años, como pedía Nueva República, o es suficiente con 40? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡queremos saber qué piensan mis queridos compas!
