Maes, ¿se han puesto a ver su cédula últimamente? Yo sí, y la verdad es que la mía ya acusa el paso del tiempo. Esa foto de primer ingreso a la U ya pide cacao y el plástico ha visto mejores días. Pues bueno, parece que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) nos escuchó, porque anunciaron que ya casi sale del horno el nuevo diseño de la cédula de identidad. Y déjenme decirles que la vara viene ¡qué chiva! No es solo un cambiecito de look, es una modernización en toda regla para ponernos al día con el resto del planeta en temas de seguridad y protección de datos.
Lo primero y más sonado es lo que le quitaron. Prepárense para el cambio de chip: la nueva cédula ya no va a traer los nombres de su tata ni de su mamá, y tampoco va a chismear su domicilio electoral. ¿La razón? Pura y simple seguridad. Y la verdad, tiene todo el sentido del mundo. En esta época, donde la privacidad es un lujo, ¿para qué anda medio mundo viendo datos tan personales? Con esto, nos alineamos a estándares internacionales y se la ponemos más difícil a los maes que quieren hacer fraudes o jalarse alguna torta con nuestra información. Un movimiento inteligente por parte del TSE para proteger lo que importa.
Pero lo que de verdad me voló la cabeza son las mejoras tecnológicas. ¡Qué carga ese montón de tecnología que le metieron! Para empezar, el material es policarbonato grabado con láser a color, lo que significa que va a aguantar mucho más trote que la actual. Además, trae una segunda foto fantasma para que sea casi imposible de falsificar. Olvidémonos de ese código de barras que parece sacado de una caja de supermercado; ahora la cédula trae una Zona de Lectura Mecánica (MRZ), sí, como la de los pasaportes. Por si fuera poco, le metieron microtexto que solo se ve con lupa, tinta que brilla con luz ultravioleta y hasta las siglas “TSE” en braille para la inclusión. ¡Qué nivel de detalle! Con este chunche, pasar por migración o verificar la identidad en un banco va a ser mucho más ágil y seguro.
Ahora, antes de que salgan en carrera a hacer fila, respiren. El TSE fue clarísimo en que la cédula que tenemos ahorita sigue siendo válida mientras no esté vencida. No hay que botar el brete para ir a cambiarla de emergencia. El cambio será gradual, conforme la gente vaya renovando. Y como si no fuera suficiente, se mandaron con otra jugada maestra: a partir del 9 de setiembre, podremos solicitar la Identidad Digital Costarricense (IDC). ¡Así como suena, la cédula en el celular! Va a costar unos ₡2.600 y tendrá una vigencia de cuatro años. Imaginen la comodidad de identificarse con el teléfono usando el PIN, la huella o la cara. Más seguro que cuenta de banco suizo.
Eso sí, ojo al dato importante: para las elecciones nacionales del 2026, nada de sacar el cel en la junta receptora de votos. El TSE aclaró que para ir a las urnas se ocupa el plástico, sí o sí, ya sea el viejo o el nuevo. La cédula digital es una herramienta increíble para el día a día, pero para ejercer el voto, la tradición manda y se necesita el chunche físico. Es una medida lógica, considerando que la tecnología digital estará apenas gateando para esas fechas. En resumen, el futuro llegó, pero para votar, seguimos a la antigua, ¡y está bien que así sea!
Y ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Qué les parece toda esta vara? ¿Les cuadra que le quiten los nombres de los tatas y la dirección por seguridad? ¿O se van a mandar de una por la cédula digital apenas salga en setiembre? ¡Los leo, maes!
Lo primero y más sonado es lo que le quitaron. Prepárense para el cambio de chip: la nueva cédula ya no va a traer los nombres de su tata ni de su mamá, y tampoco va a chismear su domicilio electoral. ¿La razón? Pura y simple seguridad. Y la verdad, tiene todo el sentido del mundo. En esta época, donde la privacidad es un lujo, ¿para qué anda medio mundo viendo datos tan personales? Con esto, nos alineamos a estándares internacionales y se la ponemos más difícil a los maes que quieren hacer fraudes o jalarse alguna torta con nuestra información. Un movimiento inteligente por parte del TSE para proteger lo que importa.
Pero lo que de verdad me voló la cabeza son las mejoras tecnológicas. ¡Qué carga ese montón de tecnología que le metieron! Para empezar, el material es policarbonato grabado con láser a color, lo que significa que va a aguantar mucho más trote que la actual. Además, trae una segunda foto fantasma para que sea casi imposible de falsificar. Olvidémonos de ese código de barras que parece sacado de una caja de supermercado; ahora la cédula trae una Zona de Lectura Mecánica (MRZ), sí, como la de los pasaportes. Por si fuera poco, le metieron microtexto que solo se ve con lupa, tinta que brilla con luz ultravioleta y hasta las siglas “TSE” en braille para la inclusión. ¡Qué nivel de detalle! Con este chunche, pasar por migración o verificar la identidad en un banco va a ser mucho más ágil y seguro.
Ahora, antes de que salgan en carrera a hacer fila, respiren. El TSE fue clarísimo en que la cédula que tenemos ahorita sigue siendo válida mientras no esté vencida. No hay que botar el brete para ir a cambiarla de emergencia. El cambio será gradual, conforme la gente vaya renovando. Y como si no fuera suficiente, se mandaron con otra jugada maestra: a partir del 9 de setiembre, podremos solicitar la Identidad Digital Costarricense (IDC). ¡Así como suena, la cédula en el celular! Va a costar unos ₡2.600 y tendrá una vigencia de cuatro años. Imaginen la comodidad de identificarse con el teléfono usando el PIN, la huella o la cara. Más seguro que cuenta de banco suizo.
Eso sí, ojo al dato importante: para las elecciones nacionales del 2026, nada de sacar el cel en la junta receptora de votos. El TSE aclaró que para ir a las urnas se ocupa el plástico, sí o sí, ya sea el viejo o el nuevo. La cédula digital es una herramienta increíble para el día a día, pero para ejercer el voto, la tradición manda y se necesita el chunche físico. Es una medida lógica, considerando que la tecnología digital estará apenas gateando para esas fechas. En resumen, el futuro llegó, pero para votar, seguimos a la antigua, ¡y está bien que así sea!
Y ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Qué les parece toda esta vara? ¿Les cuadra que le quiten los nombres de los tatas y la dirección por seguridad? ¿O se van a mandar de una por la cédula digital apenas salga en setiembre? ¡Los leo, maes!