¡Ay, papá! Aquí estamos, pendientes de lo de Don Rodri y el tema del fuero. Ya saben, la bronca de la acusación por la plata de Choreco y cómo la Asamblea Legislativa decide si lo dejan caer o lo protegen. Esto se ha puesto más complicado que encontrar estacionamiento en Escazú un sábado.
Para refrescarle la memoria a los que andan distraídos, resulta que Don Rodrigo está señalado de meterle mano a unas contrataciones en Casa Presidencial. Se dice que influyó para que Christian Bulgarelli, un tipo que trabajaba por allá, moviera unos billetes regraditos a Federico Cruz Saravanja, alias Choreco. Ese Choreco era consejero presidencial y, aparentemente, amigo íntimo del Presidente. Una vara bien turbia, diay.
Ahora, el rollo es así: el fiscal Carlo Díaz, que es el que lleva las riendas del Ministerio Público, tuvo que presentar la denuncia penal directamente porque la ley lo obliga. Como es un caso de Altos Poderes, la Asamblea Legislativa tiene que decidir si levantan o no ese famoso “fuero de improcedibilidad”. Este fuero es como un escudo que protege a ciertas personas importantes de ser llevadas a juicio mientras están en sus cargos, pero no los saca de la mira de las investigaciones, ¿me entienden?
Si la Asamblea da luz verde, es decir, si juntan 38 votos a favor de quitarle el fuero, la cosa cambia radicalmente. Un magistrado de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia toma las riendas del caso. Él se encarga de investigar a fondo, notificar a Don Rodri para que contrate abogado y luego le toca rendir declaración. Después de eso, se abre espacio para presentar pruebas y, eventualmente, ir a juicio. ¡Un brete!
Lo interesante de todo esto es que, según explica el jurista Marvin Carvajal, el proceso se movería tal cual si fuera cualquier ciudadano común y corriente. La Sala Tercera seguiría conociendo el caso y, aunque no vaya a pasar nada súper rápido, las cosas podrían avanzar sin mayores problemas. Pero, ¡ojo!, Carvajal advierte que la Asamblea podría incluso mandar a suspender a Don Rodri del cargo, como medida cautelar. ¡Imagínate el escándalo!
Pero si la Asamblea decide no levantarle el fuero, la cosa se pone más rara. No quiere decir que Don Rodri quede libre de sospechas, sino que el proceso queda congelado hasta que termine su período, el 8 de mayo de 2026. Entonces, el caso pasa a manos de una fiscalía normal y ahí sí lo tratan como a cualquier otro ciudadano. En otras palabras, la causa no se cae, simplemente se pospone. Un verdadero chinchorro legal, ¡qué sal!
Joseph Rivera, otro abogado penalista, nos aclara que, incluso si no alcanzan los 38 votos, el proceso no se archiva. Simplemente se mantiene en espera. Y agrega que no implica que Don Rodri esté inocente, ni mucho menos. Más bien, significa que tendremos que esperar para ver qué pasa después de las elecciones de 2026. Todo esto, recordando que el artículo 121 de la Constitución le da a la Asamblea la potestad de decidir sobre estas acusaciones. ¡Qué carga!
Y ahora, la pregunta del millón: ¿creen ustedes que la Asamblea Legislativa levantará el fuero a Don Rodri, o preferirán mantenerlo congelado hasta que termine su administración? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios – ¡vamos a debatir con ganas!
Para refrescarle la memoria a los que andan distraídos, resulta que Don Rodrigo está señalado de meterle mano a unas contrataciones en Casa Presidencial. Se dice que influyó para que Christian Bulgarelli, un tipo que trabajaba por allá, moviera unos billetes regraditos a Federico Cruz Saravanja, alias Choreco. Ese Choreco era consejero presidencial y, aparentemente, amigo íntimo del Presidente. Una vara bien turbia, diay.
Ahora, el rollo es así: el fiscal Carlo Díaz, que es el que lleva las riendas del Ministerio Público, tuvo que presentar la denuncia penal directamente porque la ley lo obliga. Como es un caso de Altos Poderes, la Asamblea Legislativa tiene que decidir si levantan o no ese famoso “fuero de improcedibilidad”. Este fuero es como un escudo que protege a ciertas personas importantes de ser llevadas a juicio mientras están en sus cargos, pero no los saca de la mira de las investigaciones, ¿me entienden?
Si la Asamblea da luz verde, es decir, si juntan 38 votos a favor de quitarle el fuero, la cosa cambia radicalmente. Un magistrado de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia toma las riendas del caso. Él se encarga de investigar a fondo, notificar a Don Rodri para que contrate abogado y luego le toca rendir declaración. Después de eso, se abre espacio para presentar pruebas y, eventualmente, ir a juicio. ¡Un brete!
Lo interesante de todo esto es que, según explica el jurista Marvin Carvajal, el proceso se movería tal cual si fuera cualquier ciudadano común y corriente. La Sala Tercera seguiría conociendo el caso y, aunque no vaya a pasar nada súper rápido, las cosas podrían avanzar sin mayores problemas. Pero, ¡ojo!, Carvajal advierte que la Asamblea podría incluso mandar a suspender a Don Rodri del cargo, como medida cautelar. ¡Imagínate el escándalo!
Pero si la Asamblea decide no levantarle el fuero, la cosa se pone más rara. No quiere decir que Don Rodri quede libre de sospechas, sino que el proceso queda congelado hasta que termine su período, el 8 de mayo de 2026. Entonces, el caso pasa a manos de una fiscalía normal y ahí sí lo tratan como a cualquier otro ciudadano. En otras palabras, la causa no se cae, simplemente se pospone. Un verdadero chinchorro legal, ¡qué sal!
Joseph Rivera, otro abogado penalista, nos aclara que, incluso si no alcanzan los 38 votos, el proceso no se archiva. Simplemente se mantiene en espera. Y agrega que no implica que Don Rodri esté inocente, ni mucho menos. Más bien, significa que tendremos que esperar para ver qué pasa después de las elecciones de 2026. Todo esto, recordando que el artículo 121 de la Constitución le da a la Asamblea la potestad de decidir sobre estas acusaciones. ¡Qué carga!
Y ahora, la pregunta del millón: ¿creen ustedes que la Asamblea Legislativa levantará el fuero a Don Rodri, o preferirán mantenerlo congelado hasta que termine su administración? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios – ¡vamos a debatir con ganas!