Maes, no todo fue desfiles y faroles en Cartago este 14 de setiembre. Mientras todo el mundo andaba en el corre corre de las celebraciones patrias, el alcalde de la provincia, Mario Redondo, decidió que era el momento perfecto para parársele en la raya al presidente Rodrigo Chaves. Aprovechando que lo tenía de frente en la sesión solemne, Redondo sacó una lista –casi que como las del súper– y empezó a cantarle, una por una, las cinco grandes deudas que este gobierno tiene con los cartagos. Y diay, la cosa se puso seria, porque no eran precisamente chunches pequeños.
Para empezar, Redondo arrancó con la vara del AyA. Resulta que hay un pleito casado porque Acueductos le quiere meter un cobro millonario a las munis de Cartago y Paraíso por la conducción de agua. Es una historia larga que viene de un convenio viejísimo que se venció, y aunque ahora hay una ley que le permitiría al AyA perdonar esa deuda, parece que la institución tenía ganas de pasar la factura de igual forma. Redondo fue claro: esa bronca hay que solucionarla ya, porque los cartagos no están para regalar plata por un despiche administrativo que no provocaron.
Después, el alcalde tocó la fibra más sensible de cualquiera que viva o pase por Cartago: las presas. ¡El infame proyecto Taras-La Lima! Redondo lo describió como "interminable", y la verdad, se quedó corto. Esa obra se ha vuelto una novela de nunca acabar, un monumento a la lentitud que nos tiene a todos pegados en el mismo punto por horas. Ahora dicen que estará lista para "principios del 2026", una fecha tan específica como "algún día de estos". Y para rematar el combo del caos vial, mencionó la ampliación de la Florencio del Castillo. Aunque Chaves soltó por ahí que ya se aprobó una propuesta privada, la gente ya no cree hasta que vea las máquinas trabajando. Con justa razón, pasar por ahí todos los días es un recordatorio de que la paciencia tiene un límite.
Pero si hay un tema que de verdad duele es el del nuevo hospital. ¡Qué torta se han jalado con eso! Años de atrasos por dudas sobre el terreno, pleitos, una empresa constructora que se fue del país por el "clima de incertidumbre" y ahora, aunque la Contraloría ya le dio el visto bueno al nuevo contrato, todavía falta que la Caja dé la orden de inicio. Mientras tanto, el hospital actual está hasta el cuello y los Ebáis no dan abasto. Redondo fue enfático: se necesita que la construcción arranque sin más excusas y que, en el interín, le metan mano a las instalaciones viejas para que la gente reciba una atención digna. Francamente, jugar con la salud de la gente de esta manera es inaceptable.
Para cerrar con broche de oro, el alcalde le recordó a Chaves que Cartago es tierra de agricultores. Un montón de productores, como los cebolleros, se han quejado hasta el cansancio del abandono del gobierno, sintiendo que se le dan más beneficios al que importa que al que se faja en el campo tico. "Sus luchas son nuestras luchas", dijo Redondo, en un claro mensaje de que el brete de la gente que nos da de comer tiene que ser una prioridad. Al final, la lista de Redondo no fue solo un reclamo; fue un grito de una provincia que se siente en el olvido y que exige las obras y el apoyo que por años le han prometido.
Ahora la pregunta del millón queda en el aire, maes. ¿Creen que este "recordatorio" de Redondo sirva para algo o fue pura hablada para la foto del 14 de setiembre? ¿Cuál de todas estas deudas les parece a ustedes la más urgente de pagar? ¡Los leo en los comentarios!
Para empezar, Redondo arrancó con la vara del AyA. Resulta que hay un pleito casado porque Acueductos le quiere meter un cobro millonario a las munis de Cartago y Paraíso por la conducción de agua. Es una historia larga que viene de un convenio viejísimo que se venció, y aunque ahora hay una ley que le permitiría al AyA perdonar esa deuda, parece que la institución tenía ganas de pasar la factura de igual forma. Redondo fue claro: esa bronca hay que solucionarla ya, porque los cartagos no están para regalar plata por un despiche administrativo que no provocaron.
Después, el alcalde tocó la fibra más sensible de cualquiera que viva o pase por Cartago: las presas. ¡El infame proyecto Taras-La Lima! Redondo lo describió como "interminable", y la verdad, se quedó corto. Esa obra se ha vuelto una novela de nunca acabar, un monumento a la lentitud que nos tiene a todos pegados en el mismo punto por horas. Ahora dicen que estará lista para "principios del 2026", una fecha tan específica como "algún día de estos". Y para rematar el combo del caos vial, mencionó la ampliación de la Florencio del Castillo. Aunque Chaves soltó por ahí que ya se aprobó una propuesta privada, la gente ya no cree hasta que vea las máquinas trabajando. Con justa razón, pasar por ahí todos los días es un recordatorio de que la paciencia tiene un límite.
Pero si hay un tema que de verdad duele es el del nuevo hospital. ¡Qué torta se han jalado con eso! Años de atrasos por dudas sobre el terreno, pleitos, una empresa constructora que se fue del país por el "clima de incertidumbre" y ahora, aunque la Contraloría ya le dio el visto bueno al nuevo contrato, todavía falta que la Caja dé la orden de inicio. Mientras tanto, el hospital actual está hasta el cuello y los Ebáis no dan abasto. Redondo fue enfático: se necesita que la construcción arranque sin más excusas y que, en el interín, le metan mano a las instalaciones viejas para que la gente reciba una atención digna. Francamente, jugar con la salud de la gente de esta manera es inaceptable.
Para cerrar con broche de oro, el alcalde le recordó a Chaves que Cartago es tierra de agricultores. Un montón de productores, como los cebolleros, se han quejado hasta el cansancio del abandono del gobierno, sintiendo que se le dan más beneficios al que importa que al que se faja en el campo tico. "Sus luchas son nuestras luchas", dijo Redondo, en un claro mensaje de que el brete de la gente que nos da de comer tiene que ser una prioridad. Al final, la lista de Redondo no fue solo un reclamo; fue un grito de una provincia que se siente en el olvido y que exige las obras y el apoyo que por años le han prometido.
Ahora la pregunta del millón queda en el aire, maes. ¿Creen que este "recordatorio" de Redondo sirva para algo o fue pura hablada para la foto del 14 de setiembre? ¿Cuál de todas estas deudas les parece a ustedes la más urgente de pagar? ¡Los leo en los comentarios!
