Maes, agarren silla y sírvanse un cafecito porque el enredo con las famosas jornadas 4x3 en la Asamblea Legislativa está mejor que cualquier novela. Cuando uno piensa que la vara ya va a caminar, sale un nuevo giro en el guion que nos deja a todos con cara de "¿y ahora qué?". El último capítulo de este drama político tiene a Liberación Nacional con el ceño fruncido, viendo con recelo una propuesta del PUSC que, en papel, busca desatorar el Plenario, pero que en la práctica podría mandar todo el brete hecho hasta ahora directo al basurero.
La movida de la Unidad suena, a primera vista, como una solución salomónica: saquemos este chunche del Plenario, donde claramente está pegado, y mandémoslo a una Comisión Especial para que lo cocinen más rápido. ¿El problema? El diablo, como siempre, está en los detalles. Para hacer eso, tendrían que archivar el proyecto actual (el expediente 24.290, para los más nerds) y presentar uno completamente nuevo. Y aquí es donde Óscar Izquierdo, el jefe de fracción del PLN, pegó el grito en el cielo. Para él, y siendo honestos, para cualquiera que le haya puesto atención a este circo, eso significa empezar de cero. ¡Un borrón y cuenta nueva que ignora meses de discusiones, negociaciones y mociones!
Imagínense el despiche. Es como estar construyendo una casa, ya tener las paredes levantadas y que llegue el arquitecto a decir: "Saben qué, mejor botemos todo y empecemos de nuevo en otro lote". Izquierdo, que no tiene un pelo de tonto, ya le planteó a su gente dos contrapropuestas. No soltó toda la sopa sobre qué son, pero dejó clarísimo el punto principal: cualquier solución tiene que ser sobre la base del proyecto que ya existe. Para Liberación, la idea de tirar a la basura el texto actual y confiar en uno nuevo que, según Pilar Cisneros, ya están redactando por otro lado, es simplemente inaceptable. Es un salto de fe que no están dispuestos a dar.
Y no están solos en su escepticismo. El Frente Amplio, desde la otra acera ideológica, también levantó la mano y dijo: "Un momento, ¿cómo vamos a votar a favor de matar un proyecto para darle vida a otro que ni siquiera hemos visto?". Es de lógica pura. Mientras tanto, el combo oficialista, el PUSC, Nueva República y el Liberal Progresista están montados en el bus de la comisión "ultrarrápida". Necesitan 38 votos para que la moción pase, y por ahora, los números no les dan. Todo esto se da justo después de que el PLN lograra meter una moción clave: que los empleados puedan votar si quieren o no acogerse a las jornadas de 12 horas. Esa jugada les dio un respiro de 8 días hábiles (unas dos semanas) mientras el texto va a consultas obligatorias. Tiempo valiosísimo para negociar y evitar lo que ellos ven como un error garrafal.
Al final del día, la Asamblea está entrampada en un dilema clásico: ¿buscamos un atajo que promete velocidad pero que podría llevarnos a un precipicio, o nos aguantamos el camino largo y tortuoso que, aunque lento, es el que ya conocemos? La propuesta de la comisión especial se vende como una salida de emergencia para el tranque legislativo, pero para sus detractores, huele más a una trampa para aprobar un proyecto a la medida de algunos, perdiendo en el proceso garantías y avances importantes.
Diay, maes, ahora les toca a ustedes. ¿Ustedes qué piensan de toda esta trama? ¿Creen que la propuesta del PUSC de "resetear" todo es una genialidad para salir del hueco, o es jalarse una torta monumental que solo va a atrasar más la vara?
La movida de la Unidad suena, a primera vista, como una solución salomónica: saquemos este chunche del Plenario, donde claramente está pegado, y mandémoslo a una Comisión Especial para que lo cocinen más rápido. ¿El problema? El diablo, como siempre, está en los detalles. Para hacer eso, tendrían que archivar el proyecto actual (el expediente 24.290, para los más nerds) y presentar uno completamente nuevo. Y aquí es donde Óscar Izquierdo, el jefe de fracción del PLN, pegó el grito en el cielo. Para él, y siendo honestos, para cualquiera que le haya puesto atención a este circo, eso significa empezar de cero. ¡Un borrón y cuenta nueva que ignora meses de discusiones, negociaciones y mociones!
Imagínense el despiche. Es como estar construyendo una casa, ya tener las paredes levantadas y que llegue el arquitecto a decir: "Saben qué, mejor botemos todo y empecemos de nuevo en otro lote". Izquierdo, que no tiene un pelo de tonto, ya le planteó a su gente dos contrapropuestas. No soltó toda la sopa sobre qué son, pero dejó clarísimo el punto principal: cualquier solución tiene que ser sobre la base del proyecto que ya existe. Para Liberación, la idea de tirar a la basura el texto actual y confiar en uno nuevo que, según Pilar Cisneros, ya están redactando por otro lado, es simplemente inaceptable. Es un salto de fe que no están dispuestos a dar.
Y no están solos en su escepticismo. El Frente Amplio, desde la otra acera ideológica, también levantó la mano y dijo: "Un momento, ¿cómo vamos a votar a favor de matar un proyecto para darle vida a otro que ni siquiera hemos visto?". Es de lógica pura. Mientras tanto, el combo oficialista, el PUSC, Nueva República y el Liberal Progresista están montados en el bus de la comisión "ultrarrápida". Necesitan 38 votos para que la moción pase, y por ahora, los números no les dan. Todo esto se da justo después de que el PLN lograra meter una moción clave: que los empleados puedan votar si quieren o no acogerse a las jornadas de 12 horas. Esa jugada les dio un respiro de 8 días hábiles (unas dos semanas) mientras el texto va a consultas obligatorias. Tiempo valiosísimo para negociar y evitar lo que ellos ven como un error garrafal.
Al final del día, la Asamblea está entrampada en un dilema clásico: ¿buscamos un atajo que promete velocidad pero que podría llevarnos a un precipicio, o nos aguantamos el camino largo y tortuoso que, aunque lento, es el que ya conocemos? La propuesta de la comisión especial se vende como una salida de emergencia para el tranque legislativo, pero para sus detractores, huele más a una trampa para aprobar un proyecto a la medida de algunos, perdiendo en el proceso garantías y avances importantes.
Diay, maes, ahora les toca a ustedes. ¿Ustedes qué piensan de toda esta trama? ¿Creen que la propuesta del PUSC de "resetear" todo es una genialidad para salir del hueco, o es jalarse una torta monumental que solo va a atrasar más la vara?