Ojo Crítico - OPINIÓN - nacioncom
Bueno, ¿qué tal la idea de la "doble naturaleza" del concepto de autonomía universitaria?
¿Qué opinan(más objetivamente) quienes conocen un poquito de leyes?
Algunas cosas se me vienen a la cabeza, porque me parece que es claro el hecho de que la policía rara vez(no sé si esta fue la primera) se mete a estos recintos, y en ese sentido se percibe un "algo más" con respecto a lo que está escrito en las leyes.
En fin, me parece un comentario muy comedido de parte de don Rodolfo Cerdas.
Yo en mi caso, considero-a pesar de la actitud deleznable de los universitarios- que es bueno que la fuerza pública ande bien lejitos de la universidad, para poder mantener una pluralidad de voces en la sociedad como un todo, ya que a pesar de que la intolerancia es palpable en los recintos universitarios, las ideas que de ahí saltan al debate no tienen eco en los medios tradicionales, razón por la cual el abanico de tendencias se ve incrementado.
Si bien es cierto, las razones que esgrimen los estudiantes son ridículas, en cuanto al supuesto atropello de la "dictadura de los Arias", no me siento cómodo tampoco con la opinión de don Jorge Rojas de tener la prerrogativa de meterse a la Universidad cada vez que le dé la gana. Eso sienta un pésimo precedente.
Abro este tema para discutir esto con la cabeza un poco más fría y aprovechando que los trolles al parecer ya entraron a clases de nuevo.
La autonomía universitaria tiene dos fuentes: la política y la jurídica. Por eso mereció una norma constitucional específica, a diferencia de las otras autonomías. No es que estas sean más débiles, sino que la universitaria es diferente por origen, naturaleza, historia y función política e institucional.
La revolución por la autonomía arrancó en 1918 en Córdoba, Argentina, y se regó como grito de libertad y democracia, muro de contención y último reducto de resistencia contra el golpismo. Este culmina, no con la toma de cuarteles y casas de gobierno, sino cuando asalta y viola la autonomía universitaria. De Cuba a Buenos Aires, de México a Montevideo, autonomía no solo ha significado libertad de cátedra, sino ámbito de libertad, reducto de resistencia y centro político y moral de defensa contra el abuso de poder.
En Costa Rica, Rodrigo Facio, demócratas, apristas y socialistas, vieron la importancia política y democrática de la autonomía y, sin esperar demandas desde abajo, la concedieron desde arriba. Comprendieron que sin ella no habría verdadera universidad y faltaría un pilar central de la democracia. Por eso la especial redacción del artículo constitucional y la prudencia y mesura que exige abordar esta cuestión esencial –justo lo que ha brillado ahora por su ausencia–.
El OIJ, con sus méritos, está siendo rebasado por una mentalidad televisiva y mataperros tipo SWAT, derivando, poco a poco, hacia un centro con pretensiones de poder dentro del Poder. El Director, a quien mucho respeto, visitó al presidente de la Corte para comunicarle –no consultarle– que seguirá metiéndose en la U. cuando lo juzgue conveniente. Envalentonado, no más salir de ahí se reunió con los suyos para que le brindaran apoyo, en asamblea televisada entre vivas y aplausos, justo cuando dice, como ministro prepotente, que él se va cuando lo despidan o cuando le dé la gana. Una alianza de jefes policiales deliberó e hizo declaraciones públicas, que la Constitución prohibe a los cuerpos policiales. El OIJ repudió en público un fallo del Consejo de la Magistratura, porque no le aceptó su criterio para despedir a un compañero de quien sospechaba. O sea, se rebeló y criticó públicamente a sus superiores por no aceptarse su verdad.
Vamos mal ¿Dejar en estas manos la decisión de cuándo se entra y cuándo no a los predios universitarios? ¿Barones dentro del poder judicial con sus propios reductos de poder? ¿Subordinarles la autonomía universitaria? ¿No sería más fácil respetarla y coordinar, que denigrarla y dejarla a la arbitrariedad de quienes, para violarla, pueden alegar terrorismo, subversión, lucha antidrogas o irrespeto al orden público? Ojalá la Sala IV y los magistrados dejen de engordar ese tigre que, pretextando eficacia, quiere más y más poder.
Bueno, ¿qué tal la idea de la "doble naturaleza" del concepto de autonomía universitaria?
¿Qué opinan(más objetivamente) quienes conocen un poquito de leyes?
Algunas cosas se me vienen a la cabeza, porque me parece que es claro el hecho de que la policía rara vez(no sé si esta fue la primera) se mete a estos recintos, y en ese sentido se percibe un "algo más" con respecto a lo que está escrito en las leyes.
En fin, me parece un comentario muy comedido de parte de don Rodolfo Cerdas.
Yo en mi caso, considero-a pesar de la actitud deleznable de los universitarios- que es bueno que la fuerza pública ande bien lejitos de la universidad, para poder mantener una pluralidad de voces en la sociedad como un todo, ya que a pesar de que la intolerancia es palpable en los recintos universitarios, las ideas que de ahí saltan al debate no tienen eco en los medios tradicionales, razón por la cual el abanico de tendencias se ve incrementado.
Si bien es cierto, las razones que esgrimen los estudiantes son ridículas, en cuanto al supuesto atropello de la "dictadura de los Arias", no me siento cómodo tampoco con la opinión de don Jorge Rojas de tener la prerrogativa de meterse a la Universidad cada vez que le dé la gana. Eso sienta un pésimo precedente.
Abro este tema para discutir esto con la cabeza un poco más fría y aprovechando que los trolles al parecer ya entraron a clases de nuevo.