Maes, pongan atención que esta vara está buena, sobre todo para la gente que anda metida en el mundo de la construcción, la inge y la arquitectura. Resulta que la gente de Cementos Progreso, que ya tienen como 125 años de existir, se mandó con una iniciativa bien tuanis que aterriza por primera vez en Costa Rica: el “Premio a la Excelencia”. La idea es simple pero potente: encontrar y reconocer los proyectos de construcción más rajados del país. Y cuando digo rajados, no me refiero solo a que el edificio sea gigante, sino a que de verdad tenga coco, diseño y un impacto positivo.
Esto no es un concurso de a ver quién hace la torre más alta y ya. La jugada, según nos contaron, es premiar las obras que combinan de todo un poco. Hablamos de calidad que uno dice “¡qué nivel!”, un diseño que no sea el típico chunche cuadrado, innovación que uno se queda viéndola y piensa “¿cómo se les ocurrió eso?”, y sobre todo, que sea sostenible y le aporte algo a la comunidad. Según Andrés Bolaños, el mero mero de Cementos Progreso aquí en el país, la idea es reconocer el esfuerzo completo, desde el que diseña hasta el que pone el último bloque, para crear proyectos que de verdad valgan la pena y sean amigables con el ambiente. ¡Qué chiva que se fijen en eso!
Ahora, vamos a los detalles, porque de fijo ya más de uno está pensando si el proyecto en el que bretea califica. Ojo a los requisitos: las obras tienen que haber usado productos de Cementos Progreso en, por lo menos, un 80% del total. Es la letra pequeña, pero tiene lógica viniendo de ellos. Además, tienen que ser proyectos terminados entre setiembre de 2022 y el puro final de 2025. Así que si usted está a punto de terminar una obra que es una carga, todavía está a tiempo. Las inscripciones son en línea y hay chance hasta el 25 de noviembre. No se duerman en los laureles porque el tiempo vuela.
Y póngale cuidado a esto, que es la parte que más me gusta: la vara no se queda solo en Costa Rica. Primero se hace una premiación local para sacar a los ganadores de aquí. Pero después, esos ganadores se van a una final regional a medirse con los más cargas de otros países. La gran final será en Ciudad de Guatemala en mayo de 2026. O sea, no es solo un reconocimiento en casa, es la oportunidad de ir a representar el talento tico y demostrar que aquí también se construyen cosas de primer nivel. Una vitrina increíble para cualquier estudio de arquitectura o desarrolladora.
La verdad es que es una excelente oportunidad para que se reconozca el brete bien hecho. A veces uno pasa por la calle, ve un edificio todo tuanis y no tiene ni idea de todo el trabajo y el ingenio que hay detrás. Este premio le pone nombre y apellido a esos esfuerzos. Es un empujón para que más gente se anime a construir de forma diferente, pensando no solo en el cemento y las varillas, sino en el impacto que dejan. Así que ya saben, si conocen a alguien en el gremio, pásenle el santo. Oportunidades así no aparecen todos los días.
Ahora les tiro la bola a ustedes, maes: ¿Conocen algún edificio o proyecto nuevo en el país que ustedes digan “esto se merece un premio”? Tiren nombres, a ver si le atinamos al que se va a llevar el gane.
Esto no es un concurso de a ver quién hace la torre más alta y ya. La jugada, según nos contaron, es premiar las obras que combinan de todo un poco. Hablamos de calidad que uno dice “¡qué nivel!”, un diseño que no sea el típico chunche cuadrado, innovación que uno se queda viéndola y piensa “¿cómo se les ocurrió eso?”, y sobre todo, que sea sostenible y le aporte algo a la comunidad. Según Andrés Bolaños, el mero mero de Cementos Progreso aquí en el país, la idea es reconocer el esfuerzo completo, desde el que diseña hasta el que pone el último bloque, para crear proyectos que de verdad valgan la pena y sean amigables con el ambiente. ¡Qué chiva que se fijen en eso!
Ahora, vamos a los detalles, porque de fijo ya más de uno está pensando si el proyecto en el que bretea califica. Ojo a los requisitos: las obras tienen que haber usado productos de Cementos Progreso en, por lo menos, un 80% del total. Es la letra pequeña, pero tiene lógica viniendo de ellos. Además, tienen que ser proyectos terminados entre setiembre de 2022 y el puro final de 2025. Así que si usted está a punto de terminar una obra que es una carga, todavía está a tiempo. Las inscripciones son en línea y hay chance hasta el 25 de noviembre. No se duerman en los laureles porque el tiempo vuela.
Y póngale cuidado a esto, que es la parte que más me gusta: la vara no se queda solo en Costa Rica. Primero se hace una premiación local para sacar a los ganadores de aquí. Pero después, esos ganadores se van a una final regional a medirse con los más cargas de otros países. La gran final será en Ciudad de Guatemala en mayo de 2026. O sea, no es solo un reconocimiento en casa, es la oportunidad de ir a representar el talento tico y demostrar que aquí también se construyen cosas de primer nivel. Una vitrina increíble para cualquier estudio de arquitectura o desarrolladora.
La verdad es que es una excelente oportunidad para que se reconozca el brete bien hecho. A veces uno pasa por la calle, ve un edificio todo tuanis y no tiene ni idea de todo el trabajo y el ingenio que hay detrás. Este premio le pone nombre y apellido a esos esfuerzos. Es un empujón para que más gente se anime a construir de forma diferente, pensando no solo en el cemento y las varillas, sino en el impacto que dejan. Así que ya saben, si conocen a alguien en el gremio, pásenle el santo. Oportunidades así no aparecen todos los días.
Ahora les tiro la bola a ustedes, maes: ¿Conocen algún edificio o proyecto nuevo en el país que ustedes digan “esto se merece un premio”? Tiren nombres, a ver si le atinamos al que se va a llevar el gane.