Imagínate tener que cargar agua en baldías todos los días, o preocuparte si el agua que le das a tus hijos es segura. Pues eso era la realidad de La Palma, en Santa Rosa de Tilarán, hasta hace poquito. Pero ¡qué chiva!, esa vara llegó a su fin con la inauguración oficial del nuevo acueducto que les dio a 45 familias el derecho básico a tener agua potable. ¡Un alivio tremendo!
Durante décadas, los vecinos vivieron con la carencia de este servicio tan elemental. Hablaban de tiempos donde tenían que caminar distancias considerables buscando agua limpia, y otras veces simplemente conformándose con lo que podían conseguir, aunque supusiera un riesgo para la salud. Era una situación que, bueno, te ponía un nudo en la garganta verla, especialmente teniendo en cuenta que estamos en pleno siglo XXI.
Pero la historia tiene un giro positivo porque este sueño se hizo realidad gracias al esfuerzo conjunto de varias partes. La Municipalidad de Tilarán, el AyA, la ASADA de Sabalito, el Ministerio de Salud y hasta una empresa privada, CMI Energía, se pusieron las pilas para hacer posible este proyecto. Se necesitó un brete de coordinació, años de insistencia y muchas reuniones, pero al final valió la pena.
El acueducto, que comenzó a construirse en el 2021 y continuó durante el 2022, involucró una inversión considerable y requirió un trabajo duro de todas las instituciones. No fue fácil sortear los obstáculos burocráticos y financieros, pero la determinación de los vecinos y la visión de los líderes comunitarios mantuvieron viva la esperanza.
Gabriela Corrales, representante de CMI Energía, nos contó que se dieron cuenta de la problemática desde el principio. “Cuando nos enteramos de que La Palma era una de las comunidades sin agua potable, pusimos manos a la obra. Pensábamos sobre todo en los niños, porque la falta de agua pone en riesgo su salud y hasta el futuro de la escuela”, afirmó Corrales, mostrando el compromiso social de la empresa.
Katherine Alfaro, la alcaldesa de Tilarán, destacó que la inauguración de este acueducto es un hito histórico para el cantón. “Esto marca un antes y un después en el acceso al agua para nuestros ciudadanos. Representa un paso importante hacia el desarrollo integral de las familias de La Palma y demuestra que cuando trabajamos juntos podemos lograr cosas grandes”, declaró la edil visiblemente emocionada.
Los vecinos de La Palma no pueden dejar de agradecer este logro. Recordaron con nostalgia los días de penurias, las largas caminatas con baldes llenos de agua y las preocupaciones por la salud de sus seres queridos. Ahora, disfrutan de la tranquilidad de saber que tienen acceso a un agua segura y confiable, algo que muchos damos por sentado, pero que para ellos ha sido una verdadera batalla ganada. ¡Una vara bien rica, diay!
Este nuevo acueducto representa un cambio radical en la calidad de vida de La Palma, abriendo puertas a nuevas oportunidades y contribuyendo al bienestar general de la comunidad. Pero dime, ¿crees que iniciativas como esta deberían ser prioritarias en el gobierno, invirtiendo recursos para llevar servicios básicos a las zonas más alejadas y vulnerables del país?
Durante décadas, los vecinos vivieron con la carencia de este servicio tan elemental. Hablaban de tiempos donde tenían que caminar distancias considerables buscando agua limpia, y otras veces simplemente conformándose con lo que podían conseguir, aunque supusiera un riesgo para la salud. Era una situación que, bueno, te ponía un nudo en la garganta verla, especialmente teniendo en cuenta que estamos en pleno siglo XXI.
Pero la historia tiene un giro positivo porque este sueño se hizo realidad gracias al esfuerzo conjunto de varias partes. La Municipalidad de Tilarán, el AyA, la ASADA de Sabalito, el Ministerio de Salud y hasta una empresa privada, CMI Energía, se pusieron las pilas para hacer posible este proyecto. Se necesitó un brete de coordinació, años de insistencia y muchas reuniones, pero al final valió la pena.
El acueducto, que comenzó a construirse en el 2021 y continuó durante el 2022, involucró una inversión considerable y requirió un trabajo duro de todas las instituciones. No fue fácil sortear los obstáculos burocráticos y financieros, pero la determinación de los vecinos y la visión de los líderes comunitarios mantuvieron viva la esperanza.
Gabriela Corrales, representante de CMI Energía, nos contó que se dieron cuenta de la problemática desde el principio. “Cuando nos enteramos de que La Palma era una de las comunidades sin agua potable, pusimos manos a la obra. Pensábamos sobre todo en los niños, porque la falta de agua pone en riesgo su salud y hasta el futuro de la escuela”, afirmó Corrales, mostrando el compromiso social de la empresa.
Katherine Alfaro, la alcaldesa de Tilarán, destacó que la inauguración de este acueducto es un hito histórico para el cantón. “Esto marca un antes y un después en el acceso al agua para nuestros ciudadanos. Representa un paso importante hacia el desarrollo integral de las familias de La Palma y demuestra que cuando trabajamos juntos podemos lograr cosas grandes”, declaró la edil visiblemente emocionada.
Los vecinos de La Palma no pueden dejar de agradecer este logro. Recordaron con nostalgia los días de penurias, las largas caminatas con baldes llenos de agua y las preocupaciones por la salud de sus seres queridos. Ahora, disfrutan de la tranquilidad de saber que tienen acceso a un agua segura y confiable, algo que muchos damos por sentado, pero que para ellos ha sido una verdadera batalla ganada. ¡Una vara bien rica, diay!
Este nuevo acueducto representa un cambio radical en la calidad de vida de La Palma, abriendo puertas a nuevas oportunidades y contribuyendo al bienestar general de la comunidad. Pero dime, ¿crees que iniciativas como esta deberían ser prioritarias en el gobierno, invirtiendo recursos para llevar servicios básicos a las zonas más alejadas y vulnerables del país?