¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que el mae que agarraron el lunes pasado en Alajuela, sospechoso de estar robando contenedores como si fueran chuches, tenía montada una verdadera fábrica de marihuana en su casa. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), después de perseguirlo por temas de robo, se topó con un brete que nadie esperaba.
Según nos cuentan desde la Fiscalía, el tipo, identificado como Guevara, de unos 27 añitos, ya estaba en la mira de las autoridades por participar en varios asaltos a contenedores en el área. Lo agarraron en El Roble, como fajándose el machete pensando que ya había escapado. Pero ahí le cayó encima la poli, y luego fue cuando decidieron revisar su vivienda en Cañada. ¡Imagínate el susto!
Cuando entraron a la casa, parece que salió un olorcito peculiar, diay... Ya saben, el típico aroma de la hierba. Y vaya que sí encontraron harta cosita. Hablamos de marihuana en capullos, picaditas, empacada al vacío, en pasta… ¡una chimenea! Además, tenían 43 plantitas creciendo felices, como si estuvieran en un jardín botánico clandestino. Y para rematar, también hallaron otras sustancias ilícitas como metanfetaminas, ketamina, dosis de crack, ¡y hasta un arsenal!
Entre las cosas decomisadas, apareció un arma de fuego calibre 9 milímetros, municiones calibre .40, joyas brillantes, un teléfono celular que resulta estaba reportado como robado, ¡un chaleco antibalas!, fertilizantes para las plantitas y aires acondicionados para mantenerlas frescas. ¡Pura nave espacial! Y claro, también habían cantidades considerables de dinero: 10 millones de colones en billetes frescos y 500 dólares en efectivo. ¡Parece que el negocio iba muy bien!
Pero eso no es todo, pues también capturaron a cinco cómplices afuera de la casa. Tres varones –Amaya, Delgado y Leitón– y dos muchachas –López y Seas– todos ellos entre 18 y 31 años. Se les trasladó al Ministerio Público, donde tendrán que resolver su papeleta legal. Por su parte, Guevara ya está engripao en la cárcel, perdiendo sus privilegios por unos tres meses, tiempo suficiente para pensar en qué hizo.
Este caso ha sacudido a toda la comunidad de Alajuela, porque nadie imaginaba que tan cerca de sus casas estuviera operando semejante operación. Algunos vecinos comentan que el tipo siempre parecía tranquilo, que nunca causó problemas. Otros dicen que andaba “con pinta” de tener dinero fácil. ¡Pero ahora la verdad salió a la luz!
Las autoridades aseguran que están investigando a fondo quiénes estaban involucrados en esta red de narcotráfico y cuál era el destino final de la marihuana. Dicen que podría haber conexiones con otros grupos criminales y que podrían estar operando a mayor escala. ¡Esto promete, chunche!
En fin, una historia que da para mucho análisis y reflexión. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que este descubrimiento pone en evidencia fallas en los controles de seguridad portuaria o es simplemente la consecuencia de individuos buscando oportunidades para lucrar a costa de los demás?
Según nos cuentan desde la Fiscalía, el tipo, identificado como Guevara, de unos 27 añitos, ya estaba en la mira de las autoridades por participar en varios asaltos a contenedores en el área. Lo agarraron en El Roble, como fajándose el machete pensando que ya había escapado. Pero ahí le cayó encima la poli, y luego fue cuando decidieron revisar su vivienda en Cañada. ¡Imagínate el susto!
Cuando entraron a la casa, parece que salió un olorcito peculiar, diay... Ya saben, el típico aroma de la hierba. Y vaya que sí encontraron harta cosita. Hablamos de marihuana en capullos, picaditas, empacada al vacío, en pasta… ¡una chimenea! Además, tenían 43 plantitas creciendo felices, como si estuvieran en un jardín botánico clandestino. Y para rematar, también hallaron otras sustancias ilícitas como metanfetaminas, ketamina, dosis de crack, ¡y hasta un arsenal!
Entre las cosas decomisadas, apareció un arma de fuego calibre 9 milímetros, municiones calibre .40, joyas brillantes, un teléfono celular que resulta estaba reportado como robado, ¡un chaleco antibalas!, fertilizantes para las plantitas y aires acondicionados para mantenerlas frescas. ¡Pura nave espacial! Y claro, también habían cantidades considerables de dinero: 10 millones de colones en billetes frescos y 500 dólares en efectivo. ¡Parece que el negocio iba muy bien!
Pero eso no es todo, pues también capturaron a cinco cómplices afuera de la casa. Tres varones –Amaya, Delgado y Leitón– y dos muchachas –López y Seas– todos ellos entre 18 y 31 años. Se les trasladó al Ministerio Público, donde tendrán que resolver su papeleta legal. Por su parte, Guevara ya está engripao en la cárcel, perdiendo sus privilegios por unos tres meses, tiempo suficiente para pensar en qué hizo.
Este caso ha sacudido a toda la comunidad de Alajuela, porque nadie imaginaba que tan cerca de sus casas estuviera operando semejante operación. Algunos vecinos comentan que el tipo siempre parecía tranquilo, que nunca causó problemas. Otros dicen que andaba “con pinta” de tener dinero fácil. ¡Pero ahora la verdad salió a la luz!
Las autoridades aseguran que están investigando a fondo quiénes estaban involucrados en esta red de narcotráfico y cuál era el destino final de la marihuana. Dicen que podría haber conexiones con otros grupos criminales y que podrían estar operando a mayor escala. ¡Esto promete, chunche!
En fin, una historia que da para mucho análisis y reflexión. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que este descubrimiento pone en evidencia fallas en los controles de seguridad portuaria o es simplemente la consecuencia de individuos buscando oportunidades para lucrar a costa de los demás?