Ay, Dios mío, la paciencia da mucha risa, ¿verdad, compas? Resulta que ese hueco gigante que apareció en Guadalupe, justo ahí frente a las casitas, sigue siendo un problema. La Municipalidad prometió hacerlo como nuevo en una semana, pero ya pasó el doble de ese tiempo y seguimos viendo el mismo agujero, lleno de agua después de cada aguacero. ¡Qué torta!
La movida es que este hueco no apareció así nomás. Según le explicó el ingeniero municipal, Mario Rojas, todo se remonta a una obra mal hecha hace unos cuantos años. Una verdadera chapuza, pa’ ponerlo en criollo. Parece que alguien no midió bien las cosillas y ahora estamos pagando la pena todos los vecinos. El caso es que, claro, la cosa empeoró con las últimas lluvias y ahora tenemos un charquito peligroso.
Para que se hagan una idea, el hueco es tan grande que, según cuentan algunos vecinos, apareció porque una losa de ladrillos simplemente se vino abajo cuando un carro pasaba por encima. Imagínate el susto de la gente al ver el vacío debajo… Un pozo negro esperando tragarse algún vehículo desprevenido. ¡Menudo brete!
Fernando Borrás, el dueño de las residencias vecinas al hueco, nos comentó que afortunadamente las casas no se han visto afectadas directamente, pero sí los inquilinos. Estos últimos se vieron obligados a buscarle otro parqueadero a sus carros porque el lugar estaba intransitable. “Por suerte no está afectando los apartamentos en sí,” dijo Borrás, visiblemente preocupado por la incomodidad que están pasando sus arrendatarios.
Y hablando de incomodidad, Sergio Sibaja, uno de los inquilinos afectados, no se anda con rodeos. Desde que apareció el hueco, ha tenido que aguantar el ruido constante de la maquinaria pesada, los escombros por todas partes y el ir y venir de los obreros. Lo peor es que, según él, los trabajadores llegan a laburar pocas horas al día. “Han venido varias veces, pero han trabajado unas cuatro horas diarias. Pensábamos que podían echarle más ganas,” se quejó Sibaja, quien vive justo enfrente del área de reparación.
Lo que más molesta a los vecinos es que, a pesar de las promesas de la Municipalidad, el trabajo avanza lento. Se supone que los obreros deberían estar trabajando a toda marcha, pero parece que les falta motivación. Ahora, la Municipalidad dice que espera terminar las obras a finales de mes, pero ya nadie cree mucho esas promesas. Todo esto, por supuesto, tiene un costo considerable: ¡más de 10 millones de colones! Una suma importante que podría haberse usado en otras cosas, ¿no creen?
La verdad, la situación pinta fea. La Municipalidad metió la mano en el bolsillo, pero la ejecución del trabajo deja mucho que desear. Se necesita más eficiencia, más compromiso y, sobre todo, más transparencia. Porque, díganlo ustedes, este hueco ya se convirtió en un símbolo de la burocracia y la falta de planificación. Un verdadero dolor de cabeza para los vecinos de Guadalupe, quienes sienten que sus reclamos no son escuchados. ¡Qué sal!
Ahora, quiero saber qué piensan ustedes: ¿Cómo debería actuar la Municipalidad para solucionar este problema definitivamente y recuperar la confianza de los vecinos? ¿Sería más efectivo contratar personal externo para acelerar los trabajos o exigir mayor responsabilidad a los funcionarios actuales? Compartan sus ideas y experiencias en el foro; ¡la voz del pueblo siempre cuenta!
La movida es que este hueco no apareció así nomás. Según le explicó el ingeniero municipal, Mario Rojas, todo se remonta a una obra mal hecha hace unos cuantos años. Una verdadera chapuza, pa’ ponerlo en criollo. Parece que alguien no midió bien las cosillas y ahora estamos pagando la pena todos los vecinos. El caso es que, claro, la cosa empeoró con las últimas lluvias y ahora tenemos un charquito peligroso.
Para que se hagan una idea, el hueco es tan grande que, según cuentan algunos vecinos, apareció porque una losa de ladrillos simplemente se vino abajo cuando un carro pasaba por encima. Imagínate el susto de la gente al ver el vacío debajo… Un pozo negro esperando tragarse algún vehículo desprevenido. ¡Menudo brete!
Fernando Borrás, el dueño de las residencias vecinas al hueco, nos comentó que afortunadamente las casas no se han visto afectadas directamente, pero sí los inquilinos. Estos últimos se vieron obligados a buscarle otro parqueadero a sus carros porque el lugar estaba intransitable. “Por suerte no está afectando los apartamentos en sí,” dijo Borrás, visiblemente preocupado por la incomodidad que están pasando sus arrendatarios.
Y hablando de incomodidad, Sergio Sibaja, uno de los inquilinos afectados, no se anda con rodeos. Desde que apareció el hueco, ha tenido que aguantar el ruido constante de la maquinaria pesada, los escombros por todas partes y el ir y venir de los obreros. Lo peor es que, según él, los trabajadores llegan a laburar pocas horas al día. “Han venido varias veces, pero han trabajado unas cuatro horas diarias. Pensábamos que podían echarle más ganas,” se quejó Sibaja, quien vive justo enfrente del área de reparación.
Lo que más molesta a los vecinos es que, a pesar de las promesas de la Municipalidad, el trabajo avanza lento. Se supone que los obreros deberían estar trabajando a toda marcha, pero parece que les falta motivación. Ahora, la Municipalidad dice que espera terminar las obras a finales de mes, pero ya nadie cree mucho esas promesas. Todo esto, por supuesto, tiene un costo considerable: ¡más de 10 millones de colones! Una suma importante que podría haberse usado en otras cosas, ¿no creen?
La verdad, la situación pinta fea. La Municipalidad metió la mano en el bolsillo, pero la ejecución del trabajo deja mucho que desear. Se necesita más eficiencia, más compromiso y, sobre todo, más transparencia. Porque, díganlo ustedes, este hueco ya se convirtió en un símbolo de la burocracia y la falta de planificación. Un verdadero dolor de cabeza para los vecinos de Guadalupe, quienes sienten que sus reclamos no son escuchados. ¡Qué sal!
Ahora, quiero saber qué piensan ustedes: ¿Cómo debería actuar la Municipalidad para solucionar este problema definitivamente y recuperar la confianza de los vecinos? ¿Sería más efectivo contratar personal externo para acelerar los trabajos o exigir mayor responsabilidad a los funcionarios actuales? Compartan sus ideas y experiencias en el foro; ¡la voz del pueblo siempre cuenta!