¡Ay, Dios mío, qué torta! Parece que tenemos nuevos malos en el ruedo digital. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) salió con la lupa y atrapó a una banda dedicada a vacilar a los quiteños con mensajes de texto fraudulentos. Tres personas, incluyendo un gringo, ahora tienen que explicarle al juez cómo andaban haciendo sus fechorías.
La jugada era así: enviaban mensajitos tiernos diciéndote que tenías 'supuestos' puntos y beneficios esperando en tu banco o comercio favorito. ¡Un buen pretexto pa’ enganarte!, ¿verdad? Pero ojo, que esto no es juego limpio. Una vez que le das click al enlace, te meten directo a un sitio web falsísimo donde te piden toda tu información personal y esos códigos de verificación que tanto nos dicen que no demos por ahí.
Y ahí empieza la chincha. Con toda tu data en sus manos, estos estafarines entraban a tus cuentas bancarias y tarjetas, haciéndose pasar por ti mismo para gastar tu plata a diestra y siniestra. ¡Imagínate la bronca! Según el OIJ, ya van unas 30 denuncias tramitándose y el daño económico supera los ¢60 millones. ¡Una verdadera pena!
Las autoridades llevan tiempo tras la pista de estos personajes, desde principios de año. Al parecer, no eran precisamente novatos en este brete; tenían bien aprendido el truco pa’ meterse en la onda de la gente y sacarles la vuelta al bolsillo. El modus operandi era tan sofisticado que muchos caían redonditos en la trampa.
Esta mañana, los agentes del OIJ hicieron toques en Palmares y Heredia, lugares donde encontraron una buena variedad de ‘chunches’. Electrodomésticos de última generación, ¡hasta una casita prefabricada! Todo eso, producto de las ganancias ilícitas de estos estafarines. ¡Menuda vida fácil estaban llevando! Definitivamente, se fueron al traste con sus planes.
El OIJ ha advertido reiteradamente a la población sobre estos fraudes electrónicos. Siempre recalcan que ningún banco o comercio legítimo pide información personal o códigos de verificación a través de mensajes de texto. Así que, si recibes alguno de estos mensajes, ¡ni lo pienses! Mejor bórralo y avísale a alguien que esté más enterado. No seas ‘carga’ y cuídate de caer en estas trampas.
Ahora, el futuro de estos sujetos está entre manos del Ministerio Público. Se enfrentan a cargos serios y podrían pasar varios años tras las rejas si son declarados culpables. Esperemos que sirva de ejemplo para otros que estén pensando en dedicarse a estos negocios turbios. ¡Aquí en Costa Rica no estamos pa’ bromear con la seguridad económica de la gente!
Con todo este panorama, me queda preguntándome: ¿Cómo podemos educar mejor a nuestros adultos mayores, quienes suelen ser los más vulnerables a este tipo de estafas, para que sepan identificar y evitar estos mensajes engañosos? ¿Será necesario implementar campañas educativas más agresivas o quizás establecer controles más estrictos en las plataformas de mensajería?
La jugada era así: enviaban mensajitos tiernos diciéndote que tenías 'supuestos' puntos y beneficios esperando en tu banco o comercio favorito. ¡Un buen pretexto pa’ enganarte!, ¿verdad? Pero ojo, que esto no es juego limpio. Una vez que le das click al enlace, te meten directo a un sitio web falsísimo donde te piden toda tu información personal y esos códigos de verificación que tanto nos dicen que no demos por ahí.
Y ahí empieza la chincha. Con toda tu data en sus manos, estos estafarines entraban a tus cuentas bancarias y tarjetas, haciéndose pasar por ti mismo para gastar tu plata a diestra y siniestra. ¡Imagínate la bronca! Según el OIJ, ya van unas 30 denuncias tramitándose y el daño económico supera los ¢60 millones. ¡Una verdadera pena!
Las autoridades llevan tiempo tras la pista de estos personajes, desde principios de año. Al parecer, no eran precisamente novatos en este brete; tenían bien aprendido el truco pa’ meterse en la onda de la gente y sacarles la vuelta al bolsillo. El modus operandi era tan sofisticado que muchos caían redonditos en la trampa.
Esta mañana, los agentes del OIJ hicieron toques en Palmares y Heredia, lugares donde encontraron una buena variedad de ‘chunches’. Electrodomésticos de última generación, ¡hasta una casita prefabricada! Todo eso, producto de las ganancias ilícitas de estos estafarines. ¡Menuda vida fácil estaban llevando! Definitivamente, se fueron al traste con sus planes.
El OIJ ha advertido reiteradamente a la población sobre estos fraudes electrónicos. Siempre recalcan que ningún banco o comercio legítimo pide información personal o códigos de verificación a través de mensajes de texto. Así que, si recibes alguno de estos mensajes, ¡ni lo pienses! Mejor bórralo y avísale a alguien que esté más enterado. No seas ‘carga’ y cuídate de caer en estas trampas.
Ahora, el futuro de estos sujetos está entre manos del Ministerio Público. Se enfrentan a cargos serios y podrían pasar varios años tras las rejas si son declarados culpables. Esperemos que sirva de ejemplo para otros que estén pensando en dedicarse a estos negocios turbios. ¡Aquí en Costa Rica no estamos pa’ bromear con la seguridad económica de la gente!
Con todo este panorama, me queda preguntándome: ¿Cómo podemos educar mejor a nuestros adultos mayores, quienes suelen ser los más vulnerables a este tipo de estafas, para que sepan identificar y evitar estos mensajes engañosos? ¿Será necesario implementar campañas educativas más agresivas o quizás establecer controles más estrictos en las plataformas de mensajería?
