¡Ay, Dios mío! Se armó un cachivache tremendo en el Partido Liberación Nacional. La vicepresidenta nacional de juventud, María Paula Montano, tiró la toalla – renunció a todo, a su puesto y a sus fueras verdiblancas. Este movimiento sacudió al PLN desde arriba hasta abajo, dejando a muchos preguntándose qué pasó realmente detrás de escena. Parece que la cosa andaba más turbia de lo que aparentaba, ¡y la jefa no se quedó callada!
La carta de renuncia, firmada este miércoles, es directa y sin rodeos. Montano no le guarda resquicio a Álvaro Ramos, el candidato presidencial del PLN, acusándolo de carecer de liderazgo. Según ella, a pesar de haberle dado su apoyo durante la precampaña, con el tiempo se dio cuenta de que Ramos no tiene la “capacidad de inspirar el trabajo colectivo” que Costa Rica necesita desesperadamente. ¡Un buen golpe bajo, pa’ ponerlo en criollo!
Pero esto no es la mitad de la historia, amigos. Todo pasa apenas cuatro días después de que la Asamblea Nacional del PLN eligiera a los candidatos a diputados. Imagínense la tensión en el Centro de Convenciones en Heredia el sábado pasado; ¡parecía una telenovela! Ahí, entre otros temas candentes, se definieron las listas liberacionistas y se destaparon algunas disensiones internas que parecían estar dormidas.
Una de esas historias que dejaron a todos con la boca abierta fue la de Nicole Mesén, una luchadora incansable por los derechos de las personas con discapacidad. Ella aspiraba al segundo lugar en San José, pero parece que tuvo que dar un paso atrás para cederle el espacio a Daniella Coll. La jugada política dejó sabor amargo, porque parece que las decisiones no siempre se toman pensando en quienes realmente necesitan una voz en la Asamblea.
Y ni hablar de la pelea por el segundo lugar en Alajuela, donde el regidor Eder Hernández le ganó por contundente diferencia al exregidor Pablo Villalobos. La línea del candidato apoyaba a Villalobos, pero el pueblo (en este caso, los asambleístas) decidió lo contrario. Después de la votación, Alonso Castillo, delegado afín a Villalobos, soltó la bomba: Hernández tiene una deuda de siete millones de colones con la CCSS. ¡Imagínense el escándalo!
Para complicar aún más las cosas, Luis Carlos Rivas, cercano a Carlos Cantillo, reclamó que la designación de los aspirantes de Guanacaste había sido manejada por los legisladores verdiblancos actuales. Por supuesto, Miguel Guillén, el secretario general del PLN, salió a negar estas acusaciones, tratando de calmar las aguas. Pero la verdad es que, en medio de tanta polémica, el PLN parecía irse al traste, con internas y acusaciones cruzadas. Inclusive el exalcalde Cantillo, buscando la candidatura, terminó perdiendo frente al cooperativista Ronald Campos. ¡Qué vara!
Las implicaciones de todo esto son claras: el PLN va llegando a las elecciones presidenciales dividido y con muchas heridas abiertas. La renuncia de Montano es una señal de alarma que debería hacer reflexionar a los dirigentes del partido. Un partido fracturado difícilmente puede ofrecer soluciones sólidas al país. Además, este tipo de situaciones generan desconfianza en la ciudadanía y alimentan el cinismo político, que ya es bastante extendido por estos lados. La credibilidad del PLN está en juego, y las próximas semanas serán cruciales para ver si logran sanar sus diferencias y presentar un proyecto convincente a los costarricenses.
Con tanto revuelo interno y acusaciones volando, ¿creen ustedes que la crisis en el PLN afectará significativamente las posibilidades electorales del partido? ¿O será que estas tensiones se resolverán a tiempo y no tendrán un impacto duradero en el resultado final de las elecciones?
La carta de renuncia, firmada este miércoles, es directa y sin rodeos. Montano no le guarda resquicio a Álvaro Ramos, el candidato presidencial del PLN, acusándolo de carecer de liderazgo. Según ella, a pesar de haberle dado su apoyo durante la precampaña, con el tiempo se dio cuenta de que Ramos no tiene la “capacidad de inspirar el trabajo colectivo” que Costa Rica necesita desesperadamente. ¡Un buen golpe bajo, pa’ ponerlo en criollo!
Pero esto no es la mitad de la historia, amigos. Todo pasa apenas cuatro días después de que la Asamblea Nacional del PLN eligiera a los candidatos a diputados. Imagínense la tensión en el Centro de Convenciones en Heredia el sábado pasado; ¡parecía una telenovela! Ahí, entre otros temas candentes, se definieron las listas liberacionistas y se destaparon algunas disensiones internas que parecían estar dormidas.
Una de esas historias que dejaron a todos con la boca abierta fue la de Nicole Mesén, una luchadora incansable por los derechos de las personas con discapacidad. Ella aspiraba al segundo lugar en San José, pero parece que tuvo que dar un paso atrás para cederle el espacio a Daniella Coll. La jugada política dejó sabor amargo, porque parece que las decisiones no siempre se toman pensando en quienes realmente necesitan una voz en la Asamblea.
Y ni hablar de la pelea por el segundo lugar en Alajuela, donde el regidor Eder Hernández le ganó por contundente diferencia al exregidor Pablo Villalobos. La línea del candidato apoyaba a Villalobos, pero el pueblo (en este caso, los asambleístas) decidió lo contrario. Después de la votación, Alonso Castillo, delegado afín a Villalobos, soltó la bomba: Hernández tiene una deuda de siete millones de colones con la CCSS. ¡Imagínense el escándalo!
Para complicar aún más las cosas, Luis Carlos Rivas, cercano a Carlos Cantillo, reclamó que la designación de los aspirantes de Guanacaste había sido manejada por los legisladores verdiblancos actuales. Por supuesto, Miguel Guillén, el secretario general del PLN, salió a negar estas acusaciones, tratando de calmar las aguas. Pero la verdad es que, en medio de tanta polémica, el PLN parecía irse al traste, con internas y acusaciones cruzadas. Inclusive el exalcalde Cantillo, buscando la candidatura, terminó perdiendo frente al cooperativista Ronald Campos. ¡Qué vara!
Las implicaciones de todo esto son claras: el PLN va llegando a las elecciones presidenciales dividido y con muchas heridas abiertas. La renuncia de Montano es una señal de alarma que debería hacer reflexionar a los dirigentes del partido. Un partido fracturado difícilmente puede ofrecer soluciones sólidas al país. Además, este tipo de situaciones generan desconfianza en la ciudadanía y alimentan el cinismo político, que ya es bastante extendido por estos lados. La credibilidad del PLN está en juego, y las próximas semanas serán cruciales para ver si logran sanar sus diferencias y presentar un proyecto convincente a los costarricenses.
Con tanto revuelo interno y acusaciones volando, ¿creen ustedes que la crisis en el PLN afectará significativamente las posibilidades electorales del partido? ¿O será que estas tensiones se resolverán a tiempo y no tendrán un impacto duradero en el resultado final de las elecciones?