Si usted sentía que este domingo el clima estaba como para no quitarse la pijama y maratonear alguna serie, diay, no estaba para nada equivocado. La vara es que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) nos acaba de poner a todos en Alerta Amarilla. Así como lo leen, a todo el territorio nacional. Y no es para menos, porque el baldazo de agua que está cayendo no parece tener ganas de parar. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ya tiró la advertencia: la inestabilidad atmosférica es la culpable y nos va a tener con el paraguas en la mano toda la semana. Así que si tenía planes de lavar ropa o de irse de paseo, mejor vaya pensando en un plan B, porque parece que cualquier plan al aire libre se fue al traste.
Pero bueno, ¿qué es el despiche que está causando este aguacero sin fin? Según los que saben, es un combo bastante salado. Por un lado, tenemos a la famosa Zona de Convergencia Intertropical parqueada justo encima nuestro, como ese compa que no entiende indirectas para irse de la fiesta. A eso súmele una vaguada en la atmósfera y las altas temperaturas de las mañanas que preparan el escenario perfecto para la tormenta. Y para rematar la torta, el IMN avisa que para este lunes ya nos cae la onda tropical número 30. En resumen: una receta para el desastre que promete más y más agua. No es vara de juegos, mae, la combinación de estos fenómenos es lo que tiene a las autoridades con el pelo de punta.
Y es que la cosa ya se está poniendo fea en varias partes del país. El sábado fue un caos total, especialmente en la Zona Norte. La gente de los comités de emergencia no paró en todo el día, atendiendo 60 incidentes. La Fortuna de San Carlos, Guatuso y Upala se llevaron la peor parte, con los sistemas de alcantarillado completamente saturados y las calles hechas un río. ¡Qué torta! Pero no fueron los únicos; también hubo reportes de problemas en cantones tan variados como Moravia, donde hasta fotos de deslizamientos circularon, y en Alajuela, Tibás, Desamparados y San Ramón. Prácticamente un recordatorio de que cuando la naturaleza se enoja, nos afecta a todos por igual.
El principal llamado de la CNE es a no jugársela de valiente. El problema más grave en este momento es la saturación de los suelos. Piénselo así: la tierra es como una esponja que ya no puede absorber ni una gota más. Cualquier aguacero fuerte, por más corto que sea, puede provocar una inundación repentina o, peor aún, un deslizamiento. La institución, junto con todos los comités locales, va a estar en monitoreo constante, porque esta semana se perfila como un verdadero reto. El brete de esta gente es titánico, pero de nada sirve si la población no pone de su parte y se mantiene alerta y alejada de las zonas de alto riesgo, como las orillas de los ríos que ya sabemos cómo se ponen.
Para que se haga una idea de lo que nos espera, el IMN ya soltó los números y no son nada alentadores. Se anticipan aguaceros fuertes y tormenta eléctrica, sobre todo en las tardes y primeras horas de la noche. En el Valle Central podríamos ver acumulados de hasta 75 mm, mientras que en la Zona Norte la cosa se pone más intensa, con máximos de hasta 100 mm. El Pacífico y el Caribe no se quedan atrás, con pronósticos que también superan los 70 mm en algunas zonas. En buen tico: nos esperan unos baldazos de época. Así que a revisar canoas, asegurar techos y, sobre todo, a cuidarse mucho.
La situación está complicada, maes. ¿Cómo lo están viviendo por sus barrios? ¿Ya tuvieron algún susto o por ahora todo tranquilo? Cuenten en los comentarios y mantengámonos informados entre todos.
Pero bueno, ¿qué es el despiche que está causando este aguacero sin fin? Según los que saben, es un combo bastante salado. Por un lado, tenemos a la famosa Zona de Convergencia Intertropical parqueada justo encima nuestro, como ese compa que no entiende indirectas para irse de la fiesta. A eso súmele una vaguada en la atmósfera y las altas temperaturas de las mañanas que preparan el escenario perfecto para la tormenta. Y para rematar la torta, el IMN avisa que para este lunes ya nos cae la onda tropical número 30. En resumen: una receta para el desastre que promete más y más agua. No es vara de juegos, mae, la combinación de estos fenómenos es lo que tiene a las autoridades con el pelo de punta.
Y es que la cosa ya se está poniendo fea en varias partes del país. El sábado fue un caos total, especialmente en la Zona Norte. La gente de los comités de emergencia no paró en todo el día, atendiendo 60 incidentes. La Fortuna de San Carlos, Guatuso y Upala se llevaron la peor parte, con los sistemas de alcantarillado completamente saturados y las calles hechas un río. ¡Qué torta! Pero no fueron los únicos; también hubo reportes de problemas en cantones tan variados como Moravia, donde hasta fotos de deslizamientos circularon, y en Alajuela, Tibás, Desamparados y San Ramón. Prácticamente un recordatorio de que cuando la naturaleza se enoja, nos afecta a todos por igual.
El principal llamado de la CNE es a no jugársela de valiente. El problema más grave en este momento es la saturación de los suelos. Piénselo así: la tierra es como una esponja que ya no puede absorber ni una gota más. Cualquier aguacero fuerte, por más corto que sea, puede provocar una inundación repentina o, peor aún, un deslizamiento. La institución, junto con todos los comités locales, va a estar en monitoreo constante, porque esta semana se perfila como un verdadero reto. El brete de esta gente es titánico, pero de nada sirve si la población no pone de su parte y se mantiene alerta y alejada de las zonas de alto riesgo, como las orillas de los ríos que ya sabemos cómo se ponen.
Para que se haga una idea de lo que nos espera, el IMN ya soltó los números y no son nada alentadores. Se anticipan aguaceros fuertes y tormenta eléctrica, sobre todo en las tardes y primeras horas de la noche. En el Valle Central podríamos ver acumulados de hasta 75 mm, mientras que en la Zona Norte la cosa se pone más intensa, con máximos de hasta 100 mm. El Pacífico y el Caribe no se quedan atrás, con pronósticos que también superan los 70 mm en algunas zonas. En buen tico: nos esperan unos baldazos de época. Así que a revisar canoas, asegurar techos y, sobre todo, a cuidarse mucho.
La situación está complicada, maes. ¿Cómo lo están viviendo por sus barrios? ¿Ya tuvieron algún susto o por ahora todo tranquilo? Cuenten en los comentarios y mantengámonos informados entre todos.
