Cómo es que nadie había traído ésta nota? Un taxista y su hermano, ambos jugando de matoncitos intentaron agredir a unos maes que iban en un Sentra, al final terminaron destrozando el auto de la gente a la que estaban agrediendo y la policía se los llevó cuando vió que uno de ellos andaba un puñal.
Qué rico que a éste par de desperdicios de la sociedad les rompieran el hocico en la cárcel por jugar de intrépidos.
Taxista y hermano sembraron pánico y caos en San José
Dos hermanos de apellidos Sánchez Loría destrozaron un auto en una bronca contra dos hombres apellidados Monge y Castillo, ayer en el centro de San José.
A las 4:25 p. m., el conductor del Nissan Sentra, placa 588114, Mínor Eliécer Monge Cordero, iba discutiendo a gritos con el chofer del taxi 6323, Randall Sánchez Loría, de lo cual fueron testigos periodistas de La Nación.
Gestos obscenos e improperios de todo tipo anticipaban un mal desenlace.
Al llegar frente al parque España, Randall Sánchez le atravesó el taxi al Nissan, se bajó del vehículo y encaró a Monge.
Del taxi también salió su hermano, Johnathan, quien enfrentar al acompañante de Monge, Óscar Castillo.
Tras un fuerte intercambio de palabras, los hermanos Sánchez hicieron fuerza con las piernas sobre las puertas del Nissan para que sus ocupantes no pudieran salir del carro, mientras golpeaban con sus puños, una y otra vez, los rostros de Monge y Castillo, que hacían lo posible por defenderse.
“¡Ahora sí!, ¿quién se va a meter el dedo?, gritaba el taxista Randall Sánchez.
Las llamadas al 911 no sirvieron de mucho, pues más de diez minutos tuvieron los hermanos Sánchez para destrozar el auto de Monge en plena vía pública.
A pesar de eso, el jefe de la delegación policial del distrito de El Carmen, Marco Barrera, dijo que la reacción de los policías había sido rápida, y que en esa zona había una pareja de ellos vigilando.
Sin embargo, ese tiempo fue suficiente para que los hermanos Sánchez destrozaran el Nissan con patadas, puñetazos y puñaladas, golpearan a sus ocupantes y ocasionaran un caos vial frente al edificio de la Escuela Metálica.
Desde el Nissan, Castillo hizo lo propio por defenderse y logró pegarle un izquierdazo a Johnathan Sánchez.
Al ver golpeado a su hermano, Randall se fue al taxi y sacó una especie de puñal, que parecía machete, con una hoja de al menos veinte centímetros de largo. Amenazó a los ocupantes del Nissan, donde también iban dos mujeres en las que antes no habíamos reparado.
En el taxi también viajaba una joven, que aplaudía a los hermanos Sánchez mientras estos llevaban las de ganar en el pleito.
Randall Sánchez se acercó con el puñal en la mano y, riéndose, hizo dos amagos a Monge para asustarlo. Luego, una a una, hizo estallar las llantas del Nissan, mientras su hermano, Johnathan, la emprendía a patadas con el carro ante la vista de cuantos estaban allí.
Cuando al fin apareció la Fuerza Pública, Randall Sánchez escondió el puñal bajo uno de los asientos del taxi. La muchacha que estaba dentro del vehículo se escabulló con cara de asustada y salió corriendo. El puñal desapareció justo después de que la joven se bajó del taxi.
Al final, la Policía se llevó a los hermanos Sánchez y a la muchacha que llevaban en el taxi, y los puso a las órdenes del Juzgado de Flagrancia del segundo circuito judicial de San José. Un hombre no identificado se llevó el taxi, y una grúa, el Nissan negro donde viajaban Monge y Castillo.
Qué rico que a éste par de desperdicios de la sociedad les rompieran el hocico en la cárcel por jugar de intrépidos.
Taxista y hermano sembraron pánico y caos en San José
Dos hermanos de apellidos Sánchez Loría destrozaron un auto en una bronca contra dos hombres apellidados Monge y Castillo, ayer en el centro de San José.
A las 4:25 p. m., el conductor del Nissan Sentra, placa 588114, Mínor Eliécer Monge Cordero, iba discutiendo a gritos con el chofer del taxi 6323, Randall Sánchez Loría, de lo cual fueron testigos periodistas de La Nación.
Gestos obscenos e improperios de todo tipo anticipaban un mal desenlace.
Al llegar frente al parque España, Randall Sánchez le atravesó el taxi al Nissan, se bajó del vehículo y encaró a Monge.
Del taxi también salió su hermano, Johnathan, quien enfrentar al acompañante de Monge, Óscar Castillo.
Tras un fuerte intercambio de palabras, los hermanos Sánchez hicieron fuerza con las piernas sobre las puertas del Nissan para que sus ocupantes no pudieran salir del carro, mientras golpeaban con sus puños, una y otra vez, los rostros de Monge y Castillo, que hacían lo posible por defenderse.
“¡Ahora sí!, ¿quién se va a meter el dedo?, gritaba el taxista Randall Sánchez.
Las llamadas al 911 no sirvieron de mucho, pues más de diez minutos tuvieron los hermanos Sánchez para destrozar el auto de Monge en plena vía pública.
A pesar de eso, el jefe de la delegación policial del distrito de El Carmen, Marco Barrera, dijo que la reacción de los policías había sido rápida, y que en esa zona había una pareja de ellos vigilando.
Sin embargo, ese tiempo fue suficiente para que los hermanos Sánchez destrozaran el Nissan con patadas, puñetazos y puñaladas, golpearan a sus ocupantes y ocasionaran un caos vial frente al edificio de la Escuela Metálica.
Desde el Nissan, Castillo hizo lo propio por defenderse y logró pegarle un izquierdazo a Johnathan Sánchez.
Al ver golpeado a su hermano, Randall se fue al taxi y sacó una especie de puñal, que parecía machete, con una hoja de al menos veinte centímetros de largo. Amenazó a los ocupantes del Nissan, donde también iban dos mujeres en las que antes no habíamos reparado.
En el taxi también viajaba una joven, que aplaudía a los hermanos Sánchez mientras estos llevaban las de ganar en el pleito.
Randall Sánchez se acercó con el puñal en la mano y, riéndose, hizo dos amagos a Monge para asustarlo. Luego, una a una, hizo estallar las llantas del Nissan, mientras su hermano, Johnathan, la emprendía a patadas con el carro ante la vista de cuantos estaban allí.
Cuando al fin apareció la Fuerza Pública, Randall Sánchez escondió el puñal bajo uno de los asientos del taxi. La muchacha que estaba dentro del vehículo se escabulló con cara de asustada y salió corriendo. El puñal desapareció justo después de que la joven se bajó del taxi.
Al final, la Policía se llevó a los hermanos Sánchez y a la muchacha que llevaban en el taxi, y los puso a las órdenes del Juzgado de Flagrancia del segundo circuito judicial de San José. Un hombre no identificado se llevó el taxi, y una grúa, el Nissan negro donde viajaban Monge y Castillo.