¡Ay, Dios mío! Resulta que Donaldo Trump, después de poquito tiempo fuera de la Casa Blanca, volvió a encender la fiereza en la Asamblea General de la ONU. Ya saben cómo es este mae, siempre buscando la atención, y esta vez no decepcionó. Lanzó críticas durísimas a la organización internacional, poniendo en tela de juicio su utilidad para resolver conflictos. Parece que todavía cree que él solito puede arreglar el mundo, ¿verdad?
Según Trump, la ONU no hizo absolutamente nada cuando él estaba resolviendo supuestas “guerras”. Enlista siete conflictos donde asegura haber logrado acuerdos, desde Kosovo y Serbia hasta Irán y Azerbaiyán. Claro, lo dice él, pero vamos, los que hemos visto su historial sabemos que a veces exagera un poco, o mucho, pa’ sonar bien. Y encima, se quejó de que nadie de la ONU le llamó para felicitarlo, como si estuviera esperando una medalla por ponerle parche a problemas que ya existían.
Pero la cosa no quedó ahí, chunche. El exmandatario, fiel a su estilo, empezó a burlarse de los problemas técnicos en la sede de la ONU, como si fuera el rey del buen gusto y la tecnología. Se puso a contar historias de escaleras mecánicas averiadas y teleprompters fallidos, generando risitas incómodas entre los diplomáticos. Luego, soltó que “todo el mundo” quería darle el Premio Nobel de la Paz, pero que eso no era lo importante. Pa’ ver cómo se lava las manos, diay.
Esto nos recuerda, claro, la constante tensión que ha tenido Trump con las organizaciones internacionales desde que asumió la presidencia. Siempre dispuesto a desafiar el orden establecido y a promover una visión unilateral de la política exterior estadounidense. En fin, otro capítulo más en la telenovela Trump versus el mundo. Un brete, porque siempre genera controversia, y ahora que está afuera de la administración, parece que se siente aún más libre para decir lo que se le venga a la mente.
Desde mi punto de vista, esto no es más que pura campaña de marketing personal. Trump sabe que cada declaración suya genera titulares y mantiene su nombre en boca de todos. Y aunque parezca mentira, todavía tiene muchos seguidores que creen todo lo que dice, incluso cuando es obvio que está inventando o exagerando. Es triste, pero así es la política mundial, y nosotros, los ticos, tenemos que aprender a navegar en este mar turbulento sin dejar que nos arrastre la corriente.
Muchos analistas políticos han señalado que el discurso de Trump fue una muestra más de su rencor hacia la ONU y su rechazo al multilateralismo. Argumentan que su postura debilita la capacidad de cooperación internacional y dificulta la solución de los problemas globales. Pero, honestamente, ¿esperábamos otra cosa de este mae? Su esencia es la confrontación y la polarización. Y eso, queridos lectores, probablemente continuará siendo así por mucho tiempo.
Ahora bien, volviendo a la realidad nuestra, aquí en Costa Rica, estamos acostumbrados a ver este tipo de circo mediático desde lejos. Aunque a veces nos afecte indirectamente, gracias a Dios no somos centro de las miradas internacionales en estos momentos. Nos enfocamos en nuestros propios problemas, que también son bastante urgentes: la inflación, el desempleo, la seguridad… ¡Uf!, qué vara!
En fin, Trump sigue siendo Trump, causando polémica allá afuera mientras nosotros acá seguimos tratando de mantener la calma y buscar soluciones para nuestro propio país. Pero dime, ¿ustedes qué piensan? ¿Creen que las críticas de Trump a la ONU tienen algún fundamento o son simplemente una forma de llamar la atención? Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué les causa más impacto de este tanto con la ONU.
Según Trump, la ONU no hizo absolutamente nada cuando él estaba resolviendo supuestas “guerras”. Enlista siete conflictos donde asegura haber logrado acuerdos, desde Kosovo y Serbia hasta Irán y Azerbaiyán. Claro, lo dice él, pero vamos, los que hemos visto su historial sabemos que a veces exagera un poco, o mucho, pa’ sonar bien. Y encima, se quejó de que nadie de la ONU le llamó para felicitarlo, como si estuviera esperando una medalla por ponerle parche a problemas que ya existían.
Pero la cosa no quedó ahí, chunche. El exmandatario, fiel a su estilo, empezó a burlarse de los problemas técnicos en la sede de la ONU, como si fuera el rey del buen gusto y la tecnología. Se puso a contar historias de escaleras mecánicas averiadas y teleprompters fallidos, generando risitas incómodas entre los diplomáticos. Luego, soltó que “todo el mundo” quería darle el Premio Nobel de la Paz, pero que eso no era lo importante. Pa’ ver cómo se lava las manos, diay.
Esto nos recuerda, claro, la constante tensión que ha tenido Trump con las organizaciones internacionales desde que asumió la presidencia. Siempre dispuesto a desafiar el orden establecido y a promover una visión unilateral de la política exterior estadounidense. En fin, otro capítulo más en la telenovela Trump versus el mundo. Un brete, porque siempre genera controversia, y ahora que está afuera de la administración, parece que se siente aún más libre para decir lo que se le venga a la mente.
Desde mi punto de vista, esto no es más que pura campaña de marketing personal. Trump sabe que cada declaración suya genera titulares y mantiene su nombre en boca de todos. Y aunque parezca mentira, todavía tiene muchos seguidores que creen todo lo que dice, incluso cuando es obvio que está inventando o exagerando. Es triste, pero así es la política mundial, y nosotros, los ticos, tenemos que aprender a navegar en este mar turbulento sin dejar que nos arrastre la corriente.
Muchos analistas políticos han señalado que el discurso de Trump fue una muestra más de su rencor hacia la ONU y su rechazo al multilateralismo. Argumentan que su postura debilita la capacidad de cooperación internacional y dificulta la solución de los problemas globales. Pero, honestamente, ¿esperábamos otra cosa de este mae? Su esencia es la confrontación y la polarización. Y eso, queridos lectores, probablemente continuará siendo así por mucho tiempo.
Ahora bien, volviendo a la realidad nuestra, aquí en Costa Rica, estamos acostumbrados a ver este tipo de circo mediático desde lejos. Aunque a veces nos afecte indirectamente, gracias a Dios no somos centro de las miradas internacionales en estos momentos. Nos enfocamos en nuestros propios problemas, que también son bastante urgentes: la inflación, el desempleo, la seguridad… ¡Uf!, qué vara!
En fin, Trump sigue siendo Trump, causando polémica allá afuera mientras nosotros acá seguimos tratando de mantener la calma y buscar soluciones para nuestro propio país. Pero dime, ¿ustedes qué piensan? ¿Creen que las críticas de Trump a la ONU tienen algún fundamento o son simplemente una forma de llamar la atención? Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué les causa más impacto de este tanto con la ONU.