¡Ay, Dios mío! Tres meses... ¡Tres meses esperando que el agua corra por los caños! Así están los vecinos de Santa Fe, Cóbano, luego de la gran inauguración del acueducto que prometía cambiarles la vida. El Presidente Chaves llegó con bombos y platillos, anunciando que 7.900 personas tendrían agua potable, y mira, espanto, todavía estamos dependiendo del camión cisterna. ¡Qué torta!
Recordemos que el evento de inauguración, el siete de agosto pasado, fue toda una producción. Casa Presidencial soltó comunicados como si no hubiera mañana, hablando de “paso histórico” y “garantizar el agua que su gente merece”. Se invirtieron más de mil ochocientos setenta millones de colones, entre tanques nuevos, pozos activados y remodelaciones. Suena bonito en papel, ¿verdad?
Pero la realidad en el terreno pinta diferente. Según el abogado Walter Brenes, quien precisamente ha interpuesto un recurso de amparo ante la Sala Constitucional, el AyA anda dando vueltas y poniendo excusas administrativas que no tienen ni pies ni cabeza. Al principio, nos dijeron que esperáramos un mes para las inspecciones. Luego, otro mes para instalar los medidores. Ahora, resulta que el sistema ni siquiera figura en sus sistemas internos. ¡Qué carga!
Y pa’ rematar, el AyA le ha estado emitiendo constancias de disponibilidad de servicio a algunas propiedades ya conectadas al acueducto. Esto, según el abogado, demuestra una aplicación arbitraria de las normas. Es decir, unos sí pueden conectar y otros no, todo parece indicar, porque sí. ¡Un agarrón nacional!
Brenes, bien bravo el señor, argumenta que esta situación es una grave falta de planificación. Resulta que inauguraron el proyecto públicamente sin asegurarse de que estuviera debidamente registrado y operativo en los sistemas del AyA. Parece que prefirieron el show mediático a hacer bien las cosas. Uno se pregunta, ¿quién les pagó por eso?
La situación es desesperante para los moradores de Santa Fe. Nadie ha recibido un medidor de agua en sus casas. Familias enteras, comercios y hasta la escuela local dependen del camión cisterna, que viene una vez por semana. Y cuando llueve, olvidate, las calles se inundan y la comunidad queda incomunicada. Imagínate tener que explicarle a los niños que no hay agua porque el río se salió de madre.
Y claro, esto no es solo incómodo, es una violación al derecho humano al agua, dice el abogado. Por eso, ha presentado el recurso de amparo ante la Sala Constitucional, solicitando que el AyA se vea obligado a resolver el problema de inmediato. Esperamos que la Sala le haga caso y le dé un buen susto a estos funcionarios que parecen estar durmiéndose en los laureles. ¿Dónde quedó la promesa de agua para todos?
En fin, esta historia me da qué pensar. ¿Será que estamos sacrificando la calidad de los servicios públicos en el altar de las fotos con el Presidente? ¿Realmente aprendimos algo de los apagones que nos hicieron sufrir hace algunos años? Vecinos de Cóbano, díganme: ¿creen que el gobierno realmente va a solucionar este problema, o seguiremos siendo el hazmerreír de la provincia de Puntarenas?
Recordemos que el evento de inauguración, el siete de agosto pasado, fue toda una producción. Casa Presidencial soltó comunicados como si no hubiera mañana, hablando de “paso histórico” y “garantizar el agua que su gente merece”. Se invirtieron más de mil ochocientos setenta millones de colones, entre tanques nuevos, pozos activados y remodelaciones. Suena bonito en papel, ¿verdad?
Pero la realidad en el terreno pinta diferente. Según el abogado Walter Brenes, quien precisamente ha interpuesto un recurso de amparo ante la Sala Constitucional, el AyA anda dando vueltas y poniendo excusas administrativas que no tienen ni pies ni cabeza. Al principio, nos dijeron que esperáramos un mes para las inspecciones. Luego, otro mes para instalar los medidores. Ahora, resulta que el sistema ni siquiera figura en sus sistemas internos. ¡Qué carga!
Y pa’ rematar, el AyA le ha estado emitiendo constancias de disponibilidad de servicio a algunas propiedades ya conectadas al acueducto. Esto, según el abogado, demuestra una aplicación arbitraria de las normas. Es decir, unos sí pueden conectar y otros no, todo parece indicar, porque sí. ¡Un agarrón nacional!
Brenes, bien bravo el señor, argumenta que esta situación es una grave falta de planificación. Resulta que inauguraron el proyecto públicamente sin asegurarse de que estuviera debidamente registrado y operativo en los sistemas del AyA. Parece que prefirieron el show mediático a hacer bien las cosas. Uno se pregunta, ¿quién les pagó por eso?
La situación es desesperante para los moradores de Santa Fe. Nadie ha recibido un medidor de agua en sus casas. Familias enteras, comercios y hasta la escuela local dependen del camión cisterna, que viene una vez por semana. Y cuando llueve, olvidate, las calles se inundan y la comunidad queda incomunicada. Imagínate tener que explicarle a los niños que no hay agua porque el río se salió de madre.
Y claro, esto no es solo incómodo, es una violación al derecho humano al agua, dice el abogado. Por eso, ha presentado el recurso de amparo ante la Sala Constitucional, solicitando que el AyA se vea obligado a resolver el problema de inmediato. Esperamos que la Sala le haga caso y le dé un buen susto a estos funcionarios que parecen estar durmiéndose en los laureles. ¿Dónde quedó la promesa de agua para todos?
En fin, esta historia me da qué pensar. ¿Será que estamos sacrificando la calidad de los servicios públicos en el altar de las fotos con el Presidente? ¿Realmente aprendimos algo de los apagones que nos hicieron sufrir hace algunos años? Vecinos de Cóbano, díganme: ¿creen que el gobierno realmente va a solucionar este problema, o seguiremos siendo el hazmerreír de la provincia de Puntarenas?
