Si hoy salieron a la calle y sintieron que el viento tenía una misión personal de despeinarlos, no están locos. No, no es que el dios Eolo se despertó de mal humor ni que al fin pusieron a funcionar los ventiladores gigantes para secar el país. La respuesta, como ya es costumbre por estas épocas, viene flotando desde miles de kilómetros de distancia: el famoso (o para algunos, infame) polvo del Sahara está de vuelta en el vecindario. Este visitante frecuente, que cruza todo el Atlántico para darse un tour por el Caribe y Centroamérica, llegó para cambiar las reglas del juego climático del fin de semana. Así que, si sus planes involucraban paraguas y tardes de aguaceros, mejor vayan pensando en un plan B que incluya bloqueador, lentes de sol y, tal vez, una buena piedra para que no se les vuele el mantel del picnic.
Diay, ¿y cuál es la vara con este polvo? Según los cargas del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), que siempre están en todas con estos temas, la masa de aire seco cargada con estas partículas microscópicas empieza a meterse de lleno al país desde la tarde de este jueves. La concentración irá subiendo como la espuma hasta llegar a su punto máximo el sábado, para luego empezar a despedirse el domingo y decirnos adiós por completo el lunes. En tico, esto se traduce en que el polvo actúa como una especie de secador de pelo atmosférico gigante. Al reducir drásticamente la humedad, inhibe la formación de esas nubes de lluvia densas y grises que caracterizan a nuestro agosto. El resultado es un "veranillo" improvisado, justo cuando pensábamos que estábamos condenados a los baldazos diarios.
Ahora, hablemos de los efectos prácticos, esos que sentimos en el día a día. El principal protagonista, además del sol, será el viento. Los alisios se ponen esteroides gracias a este fenómeno. En el Valle Central, prepárense para ráfagas que andarán entre los 40 y 55 km/h. Pero si viven o andan paseando por Guanacaste y el Pacífico Norte, la cosa se pone más seria: ahí las ráfagas podrían alcanzar hasta los 75 km/h. Para que se hagan una idea, eso es suficiente para convertir una sombrilla de playa en un proyectil y para que la ropa tendida emprenda un viaje sin retorno al patio del vecino. Pero bueno, viendo el lado chiva de la moneda, esto también significa cielos despejados y un sol radiante perfecto para lavar la ropa acumulada o para los que odian el "bochorno". Eso sí, para la comunidad alérgica, el panorama puede ser un poco más salado. La mezcla de un ambiente seco, ventoso y con estos chunches flotando en el aire es la receta perfecta para la sinfonía de estornudos.
Y aunque a veces lo veamos como una simple molestia, es impresionante pensar en el viaje de este material. ¡Qué nivel! Esta vara no es que aparece de la nada. Son partículas de arena y minerales tan finas que son levantadas por las tormentas en el desierto más grande del mundo, en África, y se montan en corrientes de aire que las traen en un tour transatlántico de más de 8,000 kilómetros. Lo más carga de todo es su función ecológica: este polvo es un fertilizante natural increíble. Parte de él cae en el océano, alimentando al fitoplancton (la base de la vida marina), y otra parte llega hasta la selva del Amazonas, dándole los nutrientes que el suelo pierde por las lluvias. Así que sí, ese mismo polvo que nos provoca alergia es, en parte, el que mantiene vivo al pulmón del planeta. Una locura, ¿no?
Así que ya saben, maes. El resumen del brete del IMN es este: nos espera un fin de semana atípico, con menos aguaceros pero con la obligación de amarrar bien cualquier chunche liviano que tengan en el patio. Aprovechen el sol, cuiden las alergias y disfruten de los atardeceres, que con estas partículas en el aire suelen teñirse de colores rojizos espectaculares. Es un recordatorio de que, aunque vivamos en nuestro pedacito de tierra, estamos conectados con fenómenos que ocurren al otro lado del mundo. La naturaleza y sus jugadas maestras, siempre sorprendiendo.
Y ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes qué prefieren? ¿Un fin de semana clásico de agosto con sus baldazos y olor a tierra mojada, o este 'veranillo' sahariano con sol, ventolero y atardeceres de película? ¿Son #TeamLluvia o #TeamVientoYPolvo? ¡Los leo!
Diay, ¿y cuál es la vara con este polvo? Según los cargas del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), que siempre están en todas con estos temas, la masa de aire seco cargada con estas partículas microscópicas empieza a meterse de lleno al país desde la tarde de este jueves. La concentración irá subiendo como la espuma hasta llegar a su punto máximo el sábado, para luego empezar a despedirse el domingo y decirnos adiós por completo el lunes. En tico, esto se traduce en que el polvo actúa como una especie de secador de pelo atmosférico gigante. Al reducir drásticamente la humedad, inhibe la formación de esas nubes de lluvia densas y grises que caracterizan a nuestro agosto. El resultado es un "veranillo" improvisado, justo cuando pensábamos que estábamos condenados a los baldazos diarios.
Ahora, hablemos de los efectos prácticos, esos que sentimos en el día a día. El principal protagonista, además del sol, será el viento. Los alisios se ponen esteroides gracias a este fenómeno. En el Valle Central, prepárense para ráfagas que andarán entre los 40 y 55 km/h. Pero si viven o andan paseando por Guanacaste y el Pacífico Norte, la cosa se pone más seria: ahí las ráfagas podrían alcanzar hasta los 75 km/h. Para que se hagan una idea, eso es suficiente para convertir una sombrilla de playa en un proyectil y para que la ropa tendida emprenda un viaje sin retorno al patio del vecino. Pero bueno, viendo el lado chiva de la moneda, esto también significa cielos despejados y un sol radiante perfecto para lavar la ropa acumulada o para los que odian el "bochorno". Eso sí, para la comunidad alérgica, el panorama puede ser un poco más salado. La mezcla de un ambiente seco, ventoso y con estos chunches flotando en el aire es la receta perfecta para la sinfonía de estornudos.
Y aunque a veces lo veamos como una simple molestia, es impresionante pensar en el viaje de este material. ¡Qué nivel! Esta vara no es que aparece de la nada. Son partículas de arena y minerales tan finas que son levantadas por las tormentas en el desierto más grande del mundo, en África, y se montan en corrientes de aire que las traen en un tour transatlántico de más de 8,000 kilómetros. Lo más carga de todo es su función ecológica: este polvo es un fertilizante natural increíble. Parte de él cae en el océano, alimentando al fitoplancton (la base de la vida marina), y otra parte llega hasta la selva del Amazonas, dándole los nutrientes que el suelo pierde por las lluvias. Así que sí, ese mismo polvo que nos provoca alergia es, en parte, el que mantiene vivo al pulmón del planeta. Una locura, ¿no?
Así que ya saben, maes. El resumen del brete del IMN es este: nos espera un fin de semana atípico, con menos aguaceros pero con la obligación de amarrar bien cualquier chunche liviano que tengan en el patio. Aprovechen el sol, cuiden las alergias y disfruten de los atardeceres, que con estas partículas en el aire suelen teñirse de colores rojizos espectaculares. Es un recordatorio de que, aunque vivamos en nuestro pedacito de tierra, estamos conectados con fenómenos que ocurren al otro lado del mundo. La naturaleza y sus jugadas maestras, siempre sorprendiendo.
Y ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes qué prefieren? ¿Un fin de semana clásico de agosto con sus baldazos y olor a tierra mojada, o este 'veranillo' sahariano con sol, ventolero y atardeceres de película? ¿Son #TeamLluvia o #TeamVientoYPolvo? ¡Los leo!