¡Ay, Dios mío! Se armó un fajón con los precios de la gasolina. Resulta que el diésel, ese que usan los camiones y autobuses, va a subir cuatro colones por litro. Cuatro colones, que pa’ algunos es un café, pero pa’ un taxista… ¡es otro cuento! Y encima, el cilindro de gas de 25 libras también se infla, subiendo cinco colones. ¿Pa’ qué vamos a hacer, eh?
Según Recope, la Refinería Costarricense de Petróleo, estos cambios son culpa de factores internacionales. Ya saben cómo es esto, ahí afuera se mueven los precios y acá nosotros pagamos las consecuencias. Dicen que la oferta y la demanda, la guerra en algún lado, bla, bla, bla... Un rollo de excusas, la verdad. Pero bueno, no podemos echarle toda la bronca a Recope, porque al final ellos solo siguen las indicaciones.
Pero ojo, no todo es malo. Las gasolinas, esas que usamos los carros particulares, van a bajar. La súper, que es la más común, perderá doce colones por litro. Y la regular, la que muchos todavía andan usando, bájale veinte colones. Así que, si tienes carro, quizás puedas respirar un poquito. Aunque con lo rápido que cambian los precios, no sabemos ni cuándo va a durar esta bajada, ¿verdad?
La Aresep, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, ya dio luz verde a estos ajustes. Ellos dicen que hicieron todos los cálculos y que estos precios son los adecuados. Pero entre ustedes, ¿quién cree que esos calculadores siempre salen bien? Siempre hay alguna cosita escondida, algún interés detrás, o al menos eso parece a veces. Uno nunca sabe realmente qué está pasando detrás de cámaras.
Este panorama nos recuerda que dependemos mucho de los combustibles fósiles, y que necesitamos buscar alternativas. El debate sobre los vehículos eléctricos sigue abierto, pero aún son muy caros para la mayoría de los ticos. Y luego está la cuestión del transporte público, que necesita urgentemente mejorar para que más gente deje el carro en casa y use los autobuses. Un brete, la verdad, encontrar soluciones viables a corto y largo plazo.
Muchos analistas económicos comentan que esta fluctuación de precios puede afectar el costo de vida en general. Porque el diésel afecta el transporte de bienes, y el transporte de bienes afecta el precio de casi todo lo que consumimos. Desde la verdura hasta el arroz, pasando por los medicamentos. Así que, si el diésel sube, prepárense para ver precios más altos en el supermercado, mándele.
En fin, la historia es así: diésel arriba, gasolinas abajo, y el bolsillo del tico siempre sufriendo. Parece que nunca vamos a escapar de este ciclo de aumentos y disminuciones. Y mientras tanto, seguimos rogándole al cielo que la economía mejore y que podamos tener una vida más tranquila. Pero como dicen por ahí, “con esfuerzo y sudor, se consigue el pan”. Así que toca seguir trabajando duro y aguantando el chapuzón.
Con este panorama económico tan cambiante, ¿cree usted que el gobierno debería implementar medidas más agresivas para apoyar a los transportistas y consumidores, o considera que los mecanismos actuales son suficientes? Déjeme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa mi pura gente!
Según Recope, la Refinería Costarricense de Petróleo, estos cambios son culpa de factores internacionales. Ya saben cómo es esto, ahí afuera se mueven los precios y acá nosotros pagamos las consecuencias. Dicen que la oferta y la demanda, la guerra en algún lado, bla, bla, bla... Un rollo de excusas, la verdad. Pero bueno, no podemos echarle toda la bronca a Recope, porque al final ellos solo siguen las indicaciones.
Pero ojo, no todo es malo. Las gasolinas, esas que usamos los carros particulares, van a bajar. La súper, que es la más común, perderá doce colones por litro. Y la regular, la que muchos todavía andan usando, bájale veinte colones. Así que, si tienes carro, quizás puedas respirar un poquito. Aunque con lo rápido que cambian los precios, no sabemos ni cuándo va a durar esta bajada, ¿verdad?
La Aresep, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, ya dio luz verde a estos ajustes. Ellos dicen que hicieron todos los cálculos y que estos precios son los adecuados. Pero entre ustedes, ¿quién cree que esos calculadores siempre salen bien? Siempre hay alguna cosita escondida, algún interés detrás, o al menos eso parece a veces. Uno nunca sabe realmente qué está pasando detrás de cámaras.
Este panorama nos recuerda que dependemos mucho de los combustibles fósiles, y que necesitamos buscar alternativas. El debate sobre los vehículos eléctricos sigue abierto, pero aún son muy caros para la mayoría de los ticos. Y luego está la cuestión del transporte público, que necesita urgentemente mejorar para que más gente deje el carro en casa y use los autobuses. Un brete, la verdad, encontrar soluciones viables a corto y largo plazo.
Muchos analistas económicos comentan que esta fluctuación de precios puede afectar el costo de vida en general. Porque el diésel afecta el transporte de bienes, y el transporte de bienes afecta el precio de casi todo lo que consumimos. Desde la verdura hasta el arroz, pasando por los medicamentos. Así que, si el diésel sube, prepárense para ver precios más altos en el supermercado, mándele.
En fin, la historia es así: diésel arriba, gasolinas abajo, y el bolsillo del tico siempre sufriendo. Parece que nunca vamos a escapar de este ciclo de aumentos y disminuciones. Y mientras tanto, seguimos rogándole al cielo que la economía mejore y que podamos tener una vida más tranquila. Pero como dicen por ahí, “con esfuerzo y sudor, se consigue el pan”. Así que toca seguir trabajando duro y aguantando el chapuzón.
Con este panorama económico tan cambiante, ¿cree usted que el gobierno debería implementar medidas más agresivas para apoyar a los transportistas y consumidores, o considera que los mecanismos actuales son suficientes? Déjeme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa mi pura gente!