Maes, si pensaban que la política tica estaba tranquila, agárrense porque se acaba de armar un despiche de los buenos. La exministra de Salud, Joselyn Chacón, le soltó una bomba en redes sociales a Marta Esquivel, la exjerarca de la Caja que ahora aspira a una curul con Pueblo Soberano. Y no, no es un pleito por ideologías o proyectos de ley; la vara es mucho más personal y, según Chacón, bastante sucia: la acusa de haberla dejado sin brete en la Caja justo cuando estaba en licencia de maternidad.
La historia que cuenta Chacón es para sentarse a comerse un gallo con calma. Resulta que ella tenía un puesto de asesora en la presidencia de la Caja, pero en noviembre del año pasado, con apenas dos meses de postparto, le avisaron de un día para otro que su nombramiento vencía y que no se lo iban a renovar. Chacón no se anduvo por las ramas y lo dijo clarito: “Yo apoyo a muchos candidatos que van de diputados en Pueblo Soberano, pero no a los mentirosos y menos a quien es capaz de jugar con la comida de un bebé recién nacido”. ¡Tome chichí! La exministra hasta publicó unos pantallazos de WhatsApp para demostrar que la decisión fue repentina y, a su parecer, malintencionada.
Aquí es donde el asunto se enreda más que un audífono en la bolsa. Según Chacón, todo este drama fue una pasada de factura política. Dice que Esquivel y otra funcionaria, Laura Ávila, se enojaron con ella por apoyar a un candidato a alcalde en Quepos (que casualmente era de Pueblo Soberano). Lo irónico, y que Chacón no deja pasar, es que ahora Esquivel es la candidata estrella de ese mismo partido. “Mi pecado fue apoyar a un candidato en mi tiempo libre… y ahora es su amigo”, tiró con veneno. Además, le mandó un filazo directo: dice que la mandaron por Heredia porque “en Cartago no ibas a salir por el Hospital”. ¡Qué nivel de tiradera!
Como era de esperarse, Marta Esquivel no se quedó callada. Le respondió a la prensa que todo es un invento y que durante su gestión jamás se despidió a nadie por temas políticos o por estar en licencia de maternidad. Calificó las acusaciones de “manifestaciones malintencionadas e infundadas” y dijo que ella no pierde el tiempo en “historias de pasillo”. Básicamente, la versión oficial es que Chacón está armando un show y que la política se hace con argumentos serios, no con chismes. Una defensa de manual, pero que deja la pelota picando en el aire.
Al final del día, lo que tenemos es un cruce de acusaciones que parece sacado de una serie de Netflix. Por un lado, una exministra que se siente traicionada y que denuncia una injusticia que, de ser cierta, es una torta monumental y una falta grave. Por otro, una candidata a diputada que niega todo y lo tacha de politiquería barata. Chacón ya prometió que la cosa no termina aquí y que este martes le toca el turno a otro candidato de Pueblo Soberano. Esto apenas comienza y ya huele a que va a dejar un reguero por todo lado.
Diay, maes, la pregunta del millón queda en el aire. Más allá de a quién le creen, ¿qué les dice este pleito del ambiente que se vive en Pueblo Soberano a lo interno? ¿Creen que es pura estrategia de Chacón para afectar una candidatura o de verdad hay una bronca interna que puede reventarles en la cara antes de las elecciones?
La historia que cuenta Chacón es para sentarse a comerse un gallo con calma. Resulta que ella tenía un puesto de asesora en la presidencia de la Caja, pero en noviembre del año pasado, con apenas dos meses de postparto, le avisaron de un día para otro que su nombramiento vencía y que no se lo iban a renovar. Chacón no se anduvo por las ramas y lo dijo clarito: “Yo apoyo a muchos candidatos que van de diputados en Pueblo Soberano, pero no a los mentirosos y menos a quien es capaz de jugar con la comida de un bebé recién nacido”. ¡Tome chichí! La exministra hasta publicó unos pantallazos de WhatsApp para demostrar que la decisión fue repentina y, a su parecer, malintencionada.
Aquí es donde el asunto se enreda más que un audífono en la bolsa. Según Chacón, todo este drama fue una pasada de factura política. Dice que Esquivel y otra funcionaria, Laura Ávila, se enojaron con ella por apoyar a un candidato a alcalde en Quepos (que casualmente era de Pueblo Soberano). Lo irónico, y que Chacón no deja pasar, es que ahora Esquivel es la candidata estrella de ese mismo partido. “Mi pecado fue apoyar a un candidato en mi tiempo libre… y ahora es su amigo”, tiró con veneno. Además, le mandó un filazo directo: dice que la mandaron por Heredia porque “en Cartago no ibas a salir por el Hospital”. ¡Qué nivel de tiradera!
Como era de esperarse, Marta Esquivel no se quedó callada. Le respondió a la prensa que todo es un invento y que durante su gestión jamás se despidió a nadie por temas políticos o por estar en licencia de maternidad. Calificó las acusaciones de “manifestaciones malintencionadas e infundadas” y dijo que ella no pierde el tiempo en “historias de pasillo”. Básicamente, la versión oficial es que Chacón está armando un show y que la política se hace con argumentos serios, no con chismes. Una defensa de manual, pero que deja la pelota picando en el aire.
Al final del día, lo que tenemos es un cruce de acusaciones que parece sacado de una serie de Netflix. Por un lado, una exministra que se siente traicionada y que denuncia una injusticia que, de ser cierta, es una torta monumental y una falta grave. Por otro, una candidata a diputada que niega todo y lo tacha de politiquería barata. Chacón ya prometió que la cosa no termina aquí y que este martes le toca el turno a otro candidato de Pueblo Soberano. Esto apenas comienza y ya huele a que va a dejar un reguero por todo lado.
Diay, maes, la pregunta del millón queda en el aire. Más allá de a quién le creen, ¿qué les dice este pleito del ambiente que se vive en Pueblo Soberano a lo interno? ¿Creen que es pura estrategia de Chacón para afectar una candidatura o de verdad hay una bronca interna que puede reventarles en la cara antes de las elecciones?