¡Duro, duro! El otrora poderoso magistrado Celso Gamboa salió librado de cargos por uso de documento falso y falsedad ideológica. Esto sí que es un agarrón, má’e. Después de tanto rollo, tanta novela judicial, los tribunales decidieron darle la espalda al Ministerio Público y declarar su inocencia. Parece mentira, pero así andamos, con unas leyes que a veces dan más vueltas que un chunche en el aire.
Para ponerlos al día, todo esto viene de allá por el 2019, cuando Gamboa necesitaba una constancia para no ir a una audiencia en Cartago. La Fiscalía alegó que se manejó un papelucho falso, con Malespín, exjefe de la Policía Fiscal, firmándolo todo. Decían que el carro de Gamboa iba bloqueado por unos carros mal estacionados, como excusa pa' no asistir. Qué diay, parece sacado de una telenovela barata.
Pero los jueces no compraron la historia. Según dijeron, hubo violaciones al debido proceso, y las pruebas presentadas por la Fiscalía eran más bien flojas, casi como café aguado. No lograron demostrar que Gamboa realmente manipuló el documento ni que tenía la intención de hacerlo. Con lo que esto significa: el caso se cae como un castillo de naipes. Al final, pareció que la Fiscalía se jaló una torta intentando meter a Gamboa en aprietos.
Ahora, hay que recordar que este es solo UN frente de batalla para Gamboa. Todavía anda lidiando con el tema de la extradición a Estados Unidos, donde lo quieren por cosas más graves, relacionadas con el tráfico internacional. Este fallo no lo salva de esas penas, así que todavía le queda brete por delante. Es como si ganara una partida de ajedrez, pero quedaran diez más por jugar.
Muchos se preguntan cómo es que un personaje tan involucrado en escándalos como Gamboa pueda salir así de fácil. La verdad es que da mucho que pensar, má’e. ¿Significa que nuestros tribunales son demasiado permisivos con los que tienen poder e influencia? ¿O simplemente la Fiscalía no presentó pruebas sólidas? La vara está alta para analizar estos casos, y el resultado siempre genera controversia.
Y ojo, que esto afecta directamente la confianza que tenemos en el sistema de justicia. Cuando vemos que alguien con tantos señalamientos sale librado, es normal preguntarnos si todos somos iguales ante la ley. Claro, hay dueños del sistema, esos que siempre encuentran la forma de salirse con la suya, aunque hayan hecho trastadas de cuidado. El pueblo mira, escucha y, créanme, no se olvida fácilmente.
Malespín, el otro implicado, también quedó liberado. Lo mismo les ocurrió; no pudieron probar sus acciones ni su intención. Al parecer, ambos contaban con defensores muy hábiles, capaces de encontrarle tecnicismos a la ley para sacar a sus clientes de cualquier aprieto. Una pena, porque la ciudadanía esperaba verlos pagar por lo que se dice que hicieron. Pero bueno, así funciona la justicia, con sus reglas y sus grietas.
Después de todo este lío, me pregunto: ¿creemos que este fallo sienta un precedente peligroso para futuros casos de corrupción? ¿O es simplemente una decisión basada en la falta de evidencia sólida? ¡Déjenme saber qué piensan en el foro! ¿Se sienten satisfechos con el resultado o creen que se hizo justicia a medias?
Para ponerlos al día, todo esto viene de allá por el 2019, cuando Gamboa necesitaba una constancia para no ir a una audiencia en Cartago. La Fiscalía alegó que se manejó un papelucho falso, con Malespín, exjefe de la Policía Fiscal, firmándolo todo. Decían que el carro de Gamboa iba bloqueado por unos carros mal estacionados, como excusa pa' no asistir. Qué diay, parece sacado de una telenovela barata.
Pero los jueces no compraron la historia. Según dijeron, hubo violaciones al debido proceso, y las pruebas presentadas por la Fiscalía eran más bien flojas, casi como café aguado. No lograron demostrar que Gamboa realmente manipuló el documento ni que tenía la intención de hacerlo. Con lo que esto significa: el caso se cae como un castillo de naipes. Al final, pareció que la Fiscalía se jaló una torta intentando meter a Gamboa en aprietos.
Ahora, hay que recordar que este es solo UN frente de batalla para Gamboa. Todavía anda lidiando con el tema de la extradición a Estados Unidos, donde lo quieren por cosas más graves, relacionadas con el tráfico internacional. Este fallo no lo salva de esas penas, así que todavía le queda brete por delante. Es como si ganara una partida de ajedrez, pero quedaran diez más por jugar.
Muchos se preguntan cómo es que un personaje tan involucrado en escándalos como Gamboa pueda salir así de fácil. La verdad es que da mucho que pensar, má’e. ¿Significa que nuestros tribunales son demasiado permisivos con los que tienen poder e influencia? ¿O simplemente la Fiscalía no presentó pruebas sólidas? La vara está alta para analizar estos casos, y el resultado siempre genera controversia.
Y ojo, que esto afecta directamente la confianza que tenemos en el sistema de justicia. Cuando vemos que alguien con tantos señalamientos sale librado, es normal preguntarnos si todos somos iguales ante la ley. Claro, hay dueños del sistema, esos que siempre encuentran la forma de salirse con la suya, aunque hayan hecho trastadas de cuidado. El pueblo mira, escucha y, créanme, no se olvida fácilmente.
Malespín, el otro implicado, también quedó liberado. Lo mismo les ocurrió; no pudieron probar sus acciones ni su intención. Al parecer, ambos contaban con defensores muy hábiles, capaces de encontrarle tecnicismos a la ley para sacar a sus clientes de cualquier aprieto. Una pena, porque la ciudadanía esperaba verlos pagar por lo que se dice que hicieron. Pero bueno, así funciona la justicia, con sus reglas y sus grietas.
Después de todo este lío, me pregunto: ¿creemos que este fallo sienta un precedente peligroso para futuros casos de corrupción? ¿O es simplemente una decisión basada en la falta de evidencia sólida? ¡Déjenme saber qué piensan en el foro! ¿Se sienten satisfechos con el resultado o creen que se hizo justicia a medias?
