En la vida no todo es mala suerte de vez en cuando nos ocurren cosas no buenas buenisimas que rara vez pasan.
Por ejemplo una vez estaba esperando el bus sentado en la parada cuando pasa un carro y me alumbra los pies y vi algo que brillaba lo junté y parecía una cadena pero como estaba oscuro no la podía revisar bien, me la eché a la bolsa y cuando llegué a la casa resulta que era una cadena gruesa que parecía ser de oro, al día siguiente me voy para una joyería para que me dijeran si valía algo y resultó que eran 20 gramos de oro de 18 quilates la vendí en 150 mil.
Otro golpe de suerte fue una vez hace ya como 5 años en el parque de diversiones, andaba con unos compitas y los maes se querían subir a una de las atracciones no recuerdo cual exactamente pero a mi me daba taco y no quise ir con ellos, entonces me quedé debajo de un árbol fumando en eso llegó una macha, colocha de ojitos verdes, rica la hijueputa, a pedirme fuego la wila estaba tan rica que no le di mucha pelota y solo le alcancé el encendedor pero ella comenzó a hacerme conversación, ya como vi que la vara se ponía interesante le seguí la corriente para no cansarlos con el cuento un mes después ya le había dado hasta por debajo de la lengua, no se que me vio ni por qué entre tantos maes me escogió fue pura suerte.
Les han pasado a ustedes situaciones similares?
Por ejemplo una vez estaba esperando el bus sentado en la parada cuando pasa un carro y me alumbra los pies y vi algo que brillaba lo junté y parecía una cadena pero como estaba oscuro no la podía revisar bien, me la eché a la bolsa y cuando llegué a la casa resulta que era una cadena gruesa que parecía ser de oro, al día siguiente me voy para una joyería para que me dijeran si valía algo y resultó que eran 20 gramos de oro de 18 quilates la vendí en 150 mil.
Otro golpe de suerte fue una vez hace ya como 5 años en el parque de diversiones, andaba con unos compitas y los maes se querían subir a una de las atracciones no recuerdo cual exactamente pero a mi me daba taco y no quise ir con ellos, entonces me quedé debajo de un árbol fumando en eso llegó una macha, colocha de ojitos verdes, rica la hijueputa, a pedirme fuego la wila estaba tan rica que no le di mucha pelota y solo le alcancé el encendedor pero ella comenzó a hacerme conversación, ya como vi que la vara se ponía interesante le seguí la corriente para no cansarlos con el cuento un mes después ya le había dado hasta por debajo de la lengua, no se que me vio ni por qué entre tantos maes me escogió fue pura suerte.
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