Diay maes, a veces hay noticias que a uno simplemente le arrugan el corazón. Y esta es una de esas. Imagínense tener 18 años. Uno a esa edad está pensando en qué carrera estudiar, en el primer brete, en salir con los compas... pero no en pelear por su vida. Esa es la realidad de Mariana Ledezma Uriza, una güila de Curridabat a la que el destino le jugó una muy mala pasada y ahora necesita que le echemos una mano, pero de verdad.
La vara está así: en mayo de este año, a Mariana la diagnosticaron con leucemia linfoblástica aguda. Ya de por sí eso es un balde de agua fría, pero para colmo de males, o sea, ¡qué sal!, las pruebas genéticas confirmaron que tiene un gen llamado IKZF1. En español simple, esto la pone en una categoría de altísimo riesgo de recaída. Los doctores fueron claros: la única opción segura para ella es un trasplante de médula ósea. ¿El problema? Aquí en Costa Rica la cosa se complica. No tenemos un Banco Nacional de Médulas, lo que hace que encontrar un donante compatible sea casi como pegarse la lotería. Y como si fuera poco, Mari es hija única, así que la opción familiar se fue al traste desde el inicio.
Aquí es donde la historia se pone todavía más cuesta arriba. La mamá de Mariana, Silvia Uriza, que es profe de cole, se movió por cielo y tierra y, gracias a la generosidad de algunas personas, ya consiguieron la plata para el procedimiento médico en una clínica privada en Estados Unidos. ¡Un notición! Pero, como siempre hay un pero, ahora viene el otro reto. La operación implica que Mariana y su mamá tienen que irse a vivir a Jacksonville por tiempo indefinido. Y ahí es donde la puerca torció el rabo. Silvia tuvo que pedir una licencia en su brete, lo que le rebajó el salario en un 40%, y obviamente tuvo que dejar de dar las tutorías con las que se ayudaba. Se quedaron sin ese extra justo cuando más lo necesitan para pagar alquiler, comida y todos los chunches de vivir en otro país.
Es un despiche total, seamos honestos. Tenés la oportunidad de salvarle la vida a tu hija al alcance de la mano, pero la burocracia y la falta de plata para los gastos del día a día amenazan con arruinarlo todo. El llamado de Silvia es de esos que calan hondo. Con el corazón en la mano, nos pide ayuda. Ella sabe que la solidaridad del tico puede mover montañas y está convencida de que, con un empujoncito de todos, pueden lograrlo. Cualquier ayuda, por pequeña que parezca, es un paso gigante para que Mariana tenga la oportunidad que se merece.
Aquí es donde entramos nosotros, la gente. La vara es simple y directa. No hay intermediarios, no hay campañas complicadas. Es una mamá pidiendo ayuda para su hija. Si usted puede y quiere dar una mano, aunque sea con un rojo, todo suma. Se puede hacer por SINPE móvil al 8317-4238 a nombre de Silvia Uriza Riba, o por las cuentas del BAC que están circulando. Ahora les pregunto a ustedes, los foristas: ¿Qué opinan ustedes, maes? ¿No les parece un despiche que en pleno 2025 una familia tenga que pasar por esta odisea por la falta de un Banco Nacional de Médulas? ¿Depender siempre de la buena fe es la única salida?
La vara está así: en mayo de este año, a Mariana la diagnosticaron con leucemia linfoblástica aguda. Ya de por sí eso es un balde de agua fría, pero para colmo de males, o sea, ¡qué sal!, las pruebas genéticas confirmaron que tiene un gen llamado IKZF1. En español simple, esto la pone en una categoría de altísimo riesgo de recaída. Los doctores fueron claros: la única opción segura para ella es un trasplante de médula ósea. ¿El problema? Aquí en Costa Rica la cosa se complica. No tenemos un Banco Nacional de Médulas, lo que hace que encontrar un donante compatible sea casi como pegarse la lotería. Y como si fuera poco, Mari es hija única, así que la opción familiar se fue al traste desde el inicio.
Aquí es donde la historia se pone todavía más cuesta arriba. La mamá de Mariana, Silvia Uriza, que es profe de cole, se movió por cielo y tierra y, gracias a la generosidad de algunas personas, ya consiguieron la plata para el procedimiento médico en una clínica privada en Estados Unidos. ¡Un notición! Pero, como siempre hay un pero, ahora viene el otro reto. La operación implica que Mariana y su mamá tienen que irse a vivir a Jacksonville por tiempo indefinido. Y ahí es donde la puerca torció el rabo. Silvia tuvo que pedir una licencia en su brete, lo que le rebajó el salario en un 40%, y obviamente tuvo que dejar de dar las tutorías con las que se ayudaba. Se quedaron sin ese extra justo cuando más lo necesitan para pagar alquiler, comida y todos los chunches de vivir en otro país.
Es un despiche total, seamos honestos. Tenés la oportunidad de salvarle la vida a tu hija al alcance de la mano, pero la burocracia y la falta de plata para los gastos del día a día amenazan con arruinarlo todo. El llamado de Silvia es de esos que calan hondo. Con el corazón en la mano, nos pide ayuda. Ella sabe que la solidaridad del tico puede mover montañas y está convencida de que, con un empujoncito de todos, pueden lograrlo. Cualquier ayuda, por pequeña que parezca, es un paso gigante para que Mariana tenga la oportunidad que se merece.
Aquí es donde entramos nosotros, la gente. La vara es simple y directa. No hay intermediarios, no hay campañas complicadas. Es una mamá pidiendo ayuda para su hija. Si usted puede y quiere dar una mano, aunque sea con un rojo, todo suma. Se puede hacer por SINPE móvil al 8317-4238 a nombre de Silvia Uriza Riba, o por las cuentas del BAC que están circulando. Ahora les pregunto a ustedes, los foristas: ¿Qué opinan ustedes, maes? ¿No les parece un despiche que en pleno 2025 una familia tenga que pasar por esta odisea por la falta de un Banco Nacional de Médulas? ¿Depender siempre de la buena fe es la única salida?
