¡Qué sal, maes! Hay noticias que a uno lo agarran completamente fuera de base, y esta es una de ellas. Diay, uno está acostumbrado a ver a Randall Rivera del otro lado de la cámara, tirando los titulares, manejando el barco de Noticias Repretel con esa seriedad que lo caracteriza. Pero hoy la vara dio un giro de 180 grados y el titular es él, y lamentablemente, no por algo bueno. La noticia, confirmada por el mismo canal 6, es que Rivera va para cirugía de cuello en el Hospital México. Un golpe duro, sin duda.
La situación, para ponerla en buen tico, es un despiche de esos que nadie quiere enfrentar. Aparentemente, le detectaron un nódulo en la glándula tiroides que los doctores catalogaron como de "potencial maligno". Solo leer esas dos palabras juntas ya le pone a uno la piel de gallina. La decisión médica fue radical y directa: para evitar cualquier riesgo a futuro, le van a quitar la tiroides completa. La operación ya tiene fecha para el 29 de setiembre. No es cualquier vara, estamos hablando de un procedimiento mayor que lo va a tener fuera de circulación por un buen tiempo, recuperándose en la casa.
Pero más allá del diagnóstico, que ya de por sí es un baldazo de agua fría, lo que más me llamó la atención fue la honestidad del mae. En el mismo comunicado de Repretel, Rivera lo dijo sin filtros y sin hacerse el súper hombre: "Por supuesto que me da miedo". ¡Y con toda la razón del mundo! Es un recordatorio de que detrás del director de noticias, del periodista incisivo, hay una persona de carne y hueso. Afrontar una operación así, con la incertidumbre que conlleva, claro que asusta. Me parece de una valentía enorme admitirlo públicamente, porque rompe con esa imagen de que las figuras públicas tienen que ser invulnerables. Al final del día, el miedo es la reacción más humana que existe ante una torta de este calibre.
Por supuesto, el brete sigue. La maquinaria de un noticiero no para y ya tienen todo planeado para su ausencia. En Noticias Repretel, el equipo de coordinadores que ya trabajaba con él tomará las riendas junto al productor. Y en su otro chunche, el programa Matices, van a entrarle al quite dos figurones: Febe Cruz, la dura de Noticias Monumental, y el periodista Alejandro Meléndez. Se nota que hay un buen equipo respaldándolo, lo cual es vital en una situación así. Además, el comunicado deja claro que Randall piensa volver al control editorial apenas se recupere, con la mira puesta en la cobertura de las próximas elecciones. Un fiebre del periodismo como él no iba a querer perderse ese manjar.
En fin, ¡qué torta todo este asunto! Es una de esas varas que nos recuerda lo frágiles que somos todos, sin importar el cargo o la exposición pública. Desde este humilde foro, no queda más que mandarle la mejor de las vibras a Randall Rivera y a su familia. Que la operación salga perfecta, que la recuperación sea rápida y que pronto lo tengamos de vuelta en el ruedo, haciendo lo que mejor sabe hacer. Son momentos complicados donde el apoyo, aunque sea a la distancia, cuenta un montón.
Ahora les tiro la pregunta a ustedes, maes: Más allá del tema de salud, ¿creen que es valiente y necesario que figuras públicas como Randall Rivera hablen abiertamente de sus miedos y vulnerabilidades? ¿O prefieren al periodista que siempre se muestra como una roca? ¡Los leo!
La situación, para ponerla en buen tico, es un despiche de esos que nadie quiere enfrentar. Aparentemente, le detectaron un nódulo en la glándula tiroides que los doctores catalogaron como de "potencial maligno". Solo leer esas dos palabras juntas ya le pone a uno la piel de gallina. La decisión médica fue radical y directa: para evitar cualquier riesgo a futuro, le van a quitar la tiroides completa. La operación ya tiene fecha para el 29 de setiembre. No es cualquier vara, estamos hablando de un procedimiento mayor que lo va a tener fuera de circulación por un buen tiempo, recuperándose en la casa.
Pero más allá del diagnóstico, que ya de por sí es un baldazo de agua fría, lo que más me llamó la atención fue la honestidad del mae. En el mismo comunicado de Repretel, Rivera lo dijo sin filtros y sin hacerse el súper hombre: "Por supuesto que me da miedo". ¡Y con toda la razón del mundo! Es un recordatorio de que detrás del director de noticias, del periodista incisivo, hay una persona de carne y hueso. Afrontar una operación así, con la incertidumbre que conlleva, claro que asusta. Me parece de una valentía enorme admitirlo públicamente, porque rompe con esa imagen de que las figuras públicas tienen que ser invulnerables. Al final del día, el miedo es la reacción más humana que existe ante una torta de este calibre.
Por supuesto, el brete sigue. La maquinaria de un noticiero no para y ya tienen todo planeado para su ausencia. En Noticias Repretel, el equipo de coordinadores que ya trabajaba con él tomará las riendas junto al productor. Y en su otro chunche, el programa Matices, van a entrarle al quite dos figurones: Febe Cruz, la dura de Noticias Monumental, y el periodista Alejandro Meléndez. Se nota que hay un buen equipo respaldándolo, lo cual es vital en una situación así. Además, el comunicado deja claro que Randall piensa volver al control editorial apenas se recupere, con la mira puesta en la cobertura de las próximas elecciones. Un fiebre del periodismo como él no iba a querer perderse ese manjar.
En fin, ¡qué torta todo este asunto! Es una de esas varas que nos recuerda lo frágiles que somos todos, sin importar el cargo o la exposición pública. Desde este humilde foro, no queda más que mandarle la mejor de las vibras a Randall Rivera y a su familia. Que la operación salga perfecta, que la recuperación sea rápida y que pronto lo tengamos de vuelta en el ruedo, haciendo lo que mejor sabe hacer. Son momentos complicados donde el apoyo, aunque sea a la distancia, cuenta un montón.
Ahora les tiro la pregunta a ustedes, maes: Más allá del tema de salud, ¿creen que es valiente y necesario que figuras públicas como Randall Rivera hablen abiertamente de sus miedos y vulnerabilidades? ¿O prefieren al periodista que siempre se muestra como una roca? ¡Los leo!
