¡Ay, Dios mío! Tremendo susto nos dimos acá en la Zona Norte hoy. El Ovsicori acaba de confirmar un temblor de 4.7 en la escala de Richter, sacudiéndonos a varios cantones. A ver, que si esto va a empezar a irse al traste con estos movimientos recurrentes, porque ya nos tienen agüevanes.
Según la información preliminar de la entidad universitaria, el epicentro quedó ubicado apenas a unos kilómetros al sur de Bajo Cartagos de Guatuso, en Alajuela. Eso quiere decir que la gente de allá debió sentirlo con más fuerza, espantanáticos. Y vaya que lo sintieron, según reportan en redes sociales… ¡Una locura!
Pero no solo fueron ellos los afectados. Aquí en la Central, yo mismo sentí cómo vibraba la mesa mientras escribía, y eso que estoy cerquita de San José. Parece que la onda se propagó bastante, porque usuarios de Esparza y Bagaces también reportaron sensaciones, aunque más leves. Lo que sí me puso el vello de punta fueron los mensajes de Abangares, en Guanacaste, donde dicen que se sintió “muy fuerte”. Imaginen el jale que debió ser ahí arriba, con esas casas más viejas y la pendiente pronunciada.
Por fortuna, hasta ahora, no hay reporte de daños materiales ni heridos. Las autoridades competentes están revisando la zona, y eso es bueno, porque siempre es mejor prevenir que lamentar. Agradezcamos a Dios que esta vez solo haya sido un buen susto, porque ya hemos vivido cosas peores, ¿quién olvida el temblorazo de ’91?
En redes sociales, la reacción ha sido variada. Por un lado, muchos bromearon diciendo que les movió la cuchara, otros compartiendo videos cortos mostrando objetos cayéndose de sus lugares. Pero también hubo preocupación genuina, especialmente entre aquellos que viven cerca de laderas o zonas propensas a deslizamientos, con toda razón. Con estas lluvias que hemos tenido, cualquier temblor puede reactivar esos suelos inestables.
Algunos expertos señalan que Costa Rica se encuentra ubicada en una zona de actividad sísmica relativamente alta, debido a la convergencia de placas tectónicas. Así que, aunque no podamos evitar los temblores, sí podemos prepararnos. Revisen sus kits de emergencia, aseguren los muebles pesados y aprendan qué hacer en caso de un sismo mayor. No sean aguados y tomen cartas en el asunto, mi clave.
Este evento nos recuerda, una vez más, la importancia de fortalecer la infraestructura y promover la educación en temas de riesgo sísmico. Tenemos que trabajar juntos para proteger nuestras comunidades y garantizar la seguridad de todos los ticos. El país necesita inversiones en sistemas de alerta temprana y simulacros regulares para que estemos preparados ante cualquier eventualidad. Es hora de que el gobierno le dé prioridad a esto, ¡ya basta de echarle la oka!
Ahora bien, hablando de esto... ¿Ustedes sienten que los temblores han aumentado últimamente, o es solo mi impresión? ¿Creen que deberíamos estar más preocupados por la actividad sísmica en Costa Rica, y qué medidas prácticas podrían tomarse a nivel individual y comunitario para aumentar nuestra resiliencia frente a estos fenómenos naturales?
Según la información preliminar de la entidad universitaria, el epicentro quedó ubicado apenas a unos kilómetros al sur de Bajo Cartagos de Guatuso, en Alajuela. Eso quiere decir que la gente de allá debió sentirlo con más fuerza, espantanáticos. Y vaya que lo sintieron, según reportan en redes sociales… ¡Una locura!
Pero no solo fueron ellos los afectados. Aquí en la Central, yo mismo sentí cómo vibraba la mesa mientras escribía, y eso que estoy cerquita de San José. Parece que la onda se propagó bastante, porque usuarios de Esparza y Bagaces también reportaron sensaciones, aunque más leves. Lo que sí me puso el vello de punta fueron los mensajes de Abangares, en Guanacaste, donde dicen que se sintió “muy fuerte”. Imaginen el jale que debió ser ahí arriba, con esas casas más viejas y la pendiente pronunciada.
Por fortuna, hasta ahora, no hay reporte de daños materiales ni heridos. Las autoridades competentes están revisando la zona, y eso es bueno, porque siempre es mejor prevenir que lamentar. Agradezcamos a Dios que esta vez solo haya sido un buen susto, porque ya hemos vivido cosas peores, ¿quién olvida el temblorazo de ’91?
En redes sociales, la reacción ha sido variada. Por un lado, muchos bromearon diciendo que les movió la cuchara, otros compartiendo videos cortos mostrando objetos cayéndose de sus lugares. Pero también hubo preocupación genuina, especialmente entre aquellos que viven cerca de laderas o zonas propensas a deslizamientos, con toda razón. Con estas lluvias que hemos tenido, cualquier temblor puede reactivar esos suelos inestables.
Algunos expertos señalan que Costa Rica se encuentra ubicada en una zona de actividad sísmica relativamente alta, debido a la convergencia de placas tectónicas. Así que, aunque no podamos evitar los temblores, sí podemos prepararnos. Revisen sus kits de emergencia, aseguren los muebles pesados y aprendan qué hacer en caso de un sismo mayor. No sean aguados y tomen cartas en el asunto, mi clave.
Este evento nos recuerda, una vez más, la importancia de fortalecer la infraestructura y promover la educación en temas de riesgo sísmico. Tenemos que trabajar juntos para proteger nuestras comunidades y garantizar la seguridad de todos los ticos. El país necesita inversiones en sistemas de alerta temprana y simulacros regulares para que estemos preparados ante cualquier eventualidad. Es hora de que el gobierno le dé prioridad a esto, ¡ya basta de echarle la oka!
Ahora bien, hablando de esto... ¿Ustedes sienten que los temblores han aumentado últimamente, o es solo mi impresión? ¿Creen que deberíamos estar más preocupados por la actividad sísmica en Costa Rica, y qué medidas prácticas podrían tomarse a nivel individual y comunitario para aumentar nuestra resiliencia frente a estos fenómenos naturales?