Seamos honestas: ¿a quién no le ha pasado? Vas bien tranquila por la pista, cantando a todo pulmón la última de Gaviota, y de pronto… un ruidito raro. Se enciende una luz en el tablero que parece un jeroglífico egipcio y el carro empieza a toser como si le hubiera dado el sereno. La primera reacción casi siempre es la misma: entrar en pánico y llamar al primer compa, al tata o al novio que se nos venga a la mente. Diay, es que la mecánica siempre ha sido esa vara misteriosa que “solo los hombres entienden”. ¡Pues se acabó el jueguito! Para todas las que estamos hartas de esa dependencia, les traigo una noticia que está, sinceramente, ¡qué chiva!
Resulta que la gente de Autopits se mandó, otra vez, con una iniciativa que de verdad vale la pena: el taller “Dueñas del Volante”. Apunten en la agenda, maes: es el próximo sábado 30 de agosto, de 8:30 de la mañana a mediodía, en el Teatro Expressivo de Momentum Pinares. ¿La mejor parte? Es completamente de gratis. Sí, leyeron bien, no hay que soltar ni un cinco. Lo único que tienen que hacer es ponerse las pilas y meterse a inscribir en el enlace que tienen en sus redes, porque los cupos son limitados y, como todo lo bueno y gratuito en esta vida, ¡seguro vuelan! Esta ya es la cuarta vez que hacen el evento este año, y las ediciones pasadas en Lindora y Liberia fueron un éxito total, así que ya está más que probado que la vara funciona y la gente sale contenta.
Pero vamos a lo que importa, ¿qué es lo que se aprende? Olvídense de una charla aburrida de cuatro horas. La vara está pensada para que de verdad sea útil. La que da el taller es Jeimy Sandoval, una experta técnica de Autopits que, digámoslo como es, es una carga en la materia. Ella primero da una parte teórica, pero relajada, donde explica los componentes principales del carro, para qué sirve cada chunche y responde todas esas preguntas que a una a veces le da pena hacer. Es el momento perfecto para preguntar por fin qué significa la bendita luz del “check engine” sin que nadie te vea feo. Es un espacio seguro para aprender sin presiones.
Y después de la hablada, viene lo bueno: la práctica. Se van a un taller de verdad para ensuciarse un poquito las manos y aprender, de primera mano, cómo se hacen las varas básicas de emergencia. Van a ver cómo cambiar una llanta correctamente (¡adiós, dramas en la carretera!), cómo revisar y rellenar los líquidos esenciales como el aceite o el coolant, y a verificar los dispositivos básicos del carro. La idea es que si un día de estos se te queda el carro botado por una de estas tonteras, no tengas que depender de nadie. Que vos misma podás resolver y seguir tu camino. Eso, maes, no es solo mecánica, es independencia pura y dura.
El gerente de Autopits, Hugo Martínez, lo dijo clarito: ver a las participantes aprender y empoderarse es lo que hace que todo esto valga la pena. Y tiene toda la razón. Saber de tu carro te da una confianza increíble al volante y, al final del día, más seguridad para todas en la calle. El cupo es para 50 mujeres y cada una puede llevar a una acompañante (la mamá, la hermana, la compa del brete, ¡quien sea!), así que en total son 100 espacios. Además, dizque van a tener sorpresas y regalitos para las asistentes, así que el plan suena a cachete por donde lo veas. Una mañana para aprender algo útil, gratis y con extras. ¿Qué más se puede pedir?
Fuera de broma, maes, ¿cuál ha sido la torta más grande que se han jalado o han visto por no saber un dedito de mecánica? ¡Cuenten para reírnos y aprender!
Resulta que la gente de Autopits se mandó, otra vez, con una iniciativa que de verdad vale la pena: el taller “Dueñas del Volante”. Apunten en la agenda, maes: es el próximo sábado 30 de agosto, de 8:30 de la mañana a mediodía, en el Teatro Expressivo de Momentum Pinares. ¿La mejor parte? Es completamente de gratis. Sí, leyeron bien, no hay que soltar ni un cinco. Lo único que tienen que hacer es ponerse las pilas y meterse a inscribir en el enlace que tienen en sus redes, porque los cupos son limitados y, como todo lo bueno y gratuito en esta vida, ¡seguro vuelan! Esta ya es la cuarta vez que hacen el evento este año, y las ediciones pasadas en Lindora y Liberia fueron un éxito total, así que ya está más que probado que la vara funciona y la gente sale contenta.
Pero vamos a lo que importa, ¿qué es lo que se aprende? Olvídense de una charla aburrida de cuatro horas. La vara está pensada para que de verdad sea útil. La que da el taller es Jeimy Sandoval, una experta técnica de Autopits que, digámoslo como es, es una carga en la materia. Ella primero da una parte teórica, pero relajada, donde explica los componentes principales del carro, para qué sirve cada chunche y responde todas esas preguntas que a una a veces le da pena hacer. Es el momento perfecto para preguntar por fin qué significa la bendita luz del “check engine” sin que nadie te vea feo. Es un espacio seguro para aprender sin presiones.
Y después de la hablada, viene lo bueno: la práctica. Se van a un taller de verdad para ensuciarse un poquito las manos y aprender, de primera mano, cómo se hacen las varas básicas de emergencia. Van a ver cómo cambiar una llanta correctamente (¡adiós, dramas en la carretera!), cómo revisar y rellenar los líquidos esenciales como el aceite o el coolant, y a verificar los dispositivos básicos del carro. La idea es que si un día de estos se te queda el carro botado por una de estas tonteras, no tengas que depender de nadie. Que vos misma podás resolver y seguir tu camino. Eso, maes, no es solo mecánica, es independencia pura y dura.
El gerente de Autopits, Hugo Martínez, lo dijo clarito: ver a las participantes aprender y empoderarse es lo que hace que todo esto valga la pena. Y tiene toda la razón. Saber de tu carro te da una confianza increíble al volante y, al final del día, más seguridad para todas en la calle. El cupo es para 50 mujeres y cada una puede llevar a una acompañante (la mamá, la hermana, la compa del brete, ¡quien sea!), así que en total son 100 espacios. Además, dizque van a tener sorpresas y regalitos para las asistentes, así que el plan suena a cachete por donde lo veas. Una mañana para aprender algo útil, gratis y con extras. ¿Qué más se puede pedir?
Fuera de broma, maes, ¿cuál ha sido la torta más grande que se han jalado o han visto por no saber un dedito de mecánica? ¡Cuenten para reírnos y aprender!
