¡Ay, Dios mío! Esto del fentanilo se ha puesto más caliente que gallina pochada. Resulta que luego del escándalo del faltante de miles de dosis en el Hospital México, la CCSS anda remocándose como gato en correa, y ahora nos soltaron unas normas que, pa’ algunos, parecen sacadas de otro planeta. La cosa es clara: van a cambiarle la cara al manejo de los psicotrópicos y estupefacientes en todos los centros de salud, y eso tiene a muchos con el corazón en la boca.
Todo empezó con esa denuncia tremenda que mandó a investigar al Ministerio de Salud. Al parecer, había inconmensurables disparidades entre lo que figuraba en el sistema y lo que realmente se entregaba, llegando a hablarse de más de 31 mil dosis de fentanilo que andaban dando vueltas. La institución, tratando de quitarle hierro al asunto, dice que son solo “incongruencias contables” y que no hay un faltante real, pero claro, nadie le cree entero, ¿verdad, maes?
Ahora bien, para evitar que se repitan estas tortas, la Jefatura del Servicio de Farmacia tiene que andar revisando inventario cada ocho horas. ¡Ocho horas!, diay… Imagínate la pila de papeleo y el estrés que va a tener la gente. Además, en farmacias con varios turnos, ese control tiene que hacerse en cada turno. Eso sí que es llevar las cosas al extremo, ¿no creen?
Y no es solo el inventario. Ahora los médicos solo pueden recetar estos fármacos con unos formularios especiales de la Junta de Vigilancia de Drogas y Estupefacientes. Las recetas tienen que estar impecables, sin borrones ni manchitas, porque si no, ¡zas!, no te dan el medicamento. Además, quieren que cada movimiento de estos fármacos quede registrado en una bitácora. Un brete, mándale, pero dicen que es por seguridad.
Lo más polémico de todo es que han prohibido totalmente que los propios médicos se automediquen con estos psicotrópicos. Ni siquiera en Medicina Mixta o en Medicina de Empresa. Eso deja a muchos pacientes colgados, porque ahora no van a poder acceder a estos medicamentos si necesitan. ¡Qué lata! ¿Será que buscan acabar con la práctica de los ‘tragos’, o simplemente están poniendo trabas innecesarias?
Alexander Sánchez, el gerente médico interino de la Caja, afirma que todo esto es para asegurar que los profesionales farmacéuticos estén al tanto de todo el proceso, desde recibir el medicamento hasta despacharlo. Pero muchos ven esto como una manera de echarle la culpa a los farmacéuticos si algo sale mal. El Colegio de Farmacéuticos, por su parte, dice que las diferencias en los inventarios no son culpa de los profesionales, sino de problemas técnicos en los sistemas.
Además, para conseguir estos medicamentos, el paciente ahora tiene que esperar hasta 30 días, a menos que tenga epilepsia o necesite metilfenidato, ahí sí le dan hasta tres meses. Y si quiere viajar o tiene alguna situación especial, tiene que llenar un montón de papeles, pedir autorización a la Junta de Vigilancia y firmar un documento jurándonos a San Judas que vamos a usar el medicamento para lo que nos lo recetaron. Parece que van a convertir ir a la farmacia en una odisea.
En fin, parece que la CCSS está buscando soluciones a un problema muy serio, pero a veces parece que se les va la mano. Se busca reforzar la trazabilidad de los medicamentos y garantizar un manejo seguro, pero a costa de complicarle la vida a los médicos y a los pacientes. ¿Ustedes qué opinan, compañeros? ¿Creen que estas medidas son necesarias para evitar futuras tragedias, o simplemente están creando más problemas de los que solucionan?
Todo empezó con esa denuncia tremenda que mandó a investigar al Ministerio de Salud. Al parecer, había inconmensurables disparidades entre lo que figuraba en el sistema y lo que realmente se entregaba, llegando a hablarse de más de 31 mil dosis de fentanilo que andaban dando vueltas. La institución, tratando de quitarle hierro al asunto, dice que son solo “incongruencias contables” y que no hay un faltante real, pero claro, nadie le cree entero, ¿verdad, maes?
Ahora bien, para evitar que se repitan estas tortas, la Jefatura del Servicio de Farmacia tiene que andar revisando inventario cada ocho horas. ¡Ocho horas!, diay… Imagínate la pila de papeleo y el estrés que va a tener la gente. Además, en farmacias con varios turnos, ese control tiene que hacerse en cada turno. Eso sí que es llevar las cosas al extremo, ¿no creen?
Y no es solo el inventario. Ahora los médicos solo pueden recetar estos fármacos con unos formularios especiales de la Junta de Vigilancia de Drogas y Estupefacientes. Las recetas tienen que estar impecables, sin borrones ni manchitas, porque si no, ¡zas!, no te dan el medicamento. Además, quieren que cada movimiento de estos fármacos quede registrado en una bitácora. Un brete, mándale, pero dicen que es por seguridad.
Lo más polémico de todo es que han prohibido totalmente que los propios médicos se automediquen con estos psicotrópicos. Ni siquiera en Medicina Mixta o en Medicina de Empresa. Eso deja a muchos pacientes colgados, porque ahora no van a poder acceder a estos medicamentos si necesitan. ¡Qué lata! ¿Será que buscan acabar con la práctica de los ‘tragos’, o simplemente están poniendo trabas innecesarias?
Alexander Sánchez, el gerente médico interino de la Caja, afirma que todo esto es para asegurar que los profesionales farmacéuticos estén al tanto de todo el proceso, desde recibir el medicamento hasta despacharlo. Pero muchos ven esto como una manera de echarle la culpa a los farmacéuticos si algo sale mal. El Colegio de Farmacéuticos, por su parte, dice que las diferencias en los inventarios no son culpa de los profesionales, sino de problemas técnicos en los sistemas.
Además, para conseguir estos medicamentos, el paciente ahora tiene que esperar hasta 30 días, a menos que tenga epilepsia o necesite metilfenidato, ahí sí le dan hasta tres meses. Y si quiere viajar o tiene alguna situación especial, tiene que llenar un montón de papeles, pedir autorización a la Junta de Vigilancia y firmar un documento jurándonos a San Judas que vamos a usar el medicamento para lo que nos lo recetaron. Parece que van a convertir ir a la farmacia en una odisea.
En fin, parece que la CCSS está buscando soluciones a un problema muy serio, pero a veces parece que se les va la mano. Se busca reforzar la trazabilidad de los medicamentos y garantizar un manejo seguro, pero a costa de complicarle la vida a los médicos y a los pacientes. ¿Ustedes qué opinan, compañeros? ¿Creen que estas medidas son necesarias para evitar futuras tragedias, o simplemente están creando más problemas de los que solucionan?