Mae, de fijo ya le pasó. Va usted todo feliz a la pulpería de la esquina a comprarse un Frescoleche, saca el celular para hacer el SINPE y ¡BAM! Se topa con el rótulo que se está volviendo el fantasma de todo barrio: 'NO SE ACEPTA SINPE MÓVIL'. Uno se queda como bateado, porque diay, ¿no era que íbamos para adelante? Pues parece que Hacienda, en su afán de ordenar la casa, terminó armando un despiche que nos tiene a todos rascándonos la cabeza y buscando monedas en el fondo de la billetera.
Vamos a ver, para entender la torta en la que estamos metidos. La vara es así: desde el 1 de setiembre, el Ministerio de Hacienda se puso en modo detective y decidió que cualquier pago por SINPE Móvil, sin importar si es por un chifrijo o por un carro, tiene que ir amarrado a una factura electrónica. La idea, en el papel, sonaba hasta lógica: que todo el mundo pague el IVA y evitar la evasión. El director de Tributación, Mario Ramos, salió a decir que esto no es nuevo, que siempre se debió pagar impuestos. Pero mae, una cosa es lo que dice la ley en un papel y otra el corre corre del día a día de un pequeño negocio.
Y aquí es donde el plan se fue al traste. Para la doña de la soda, el mae del bazar o el emprendedor que vende postres por Instagram, esta nueva regla no es más que un dolor de cabeza. Significa más brete administrativo, comprar un sistema de facturación si no lo tienen, y el miedo constante a que les caiga una multa por un error. ¿La solución más fácil y rápida para ellos? Cortar por lo sano y arrancar el SINPE de raíz. Es una jugada defensiva, una forma de decir: 'Mire, Hacienda, yo lo que quiero es bretear en paz, no llenarme de trámites que al final me salen más caros'.
El problema de fondo, y lo que parece que a los genios de Hacienda se les olvidó, es que Costa Rica vive montada sobre una economía informal gigante. Sobrevivir aquí es una odisea, y para muchos, formalizarse es un lujo. No es solo pagarle a Hacienda; es la Caja, son las patentes, es un montón de plata que simplemente no da. El SINPE Móvil había sido un tanque de oxígeno para miles de emprendedores, una herramienta tuanis que les permitía vender sin complicarse. Ahora, al meterle esta traba, lo que hacen es empujarlos de nuevo a la sombra, al efectivo, donde todo es más difícil de rastrear. El tiro les salió por la culata.
Al final, como siempre, los que quedamos en el medio somos nosotros, los de a pie. Los que nos habíamos acostumbrado a la comodidad de no andar con efectivo, a la seguridad de pagar con el celular. Ahora nos toca volver a pensar en el sencillo, en el peligro de que nos asalten por andar plata en la bolsa. La intención de modernizar y transparentar la economía era buena, nadie lo niega. Pero la ejecución, mae, seamos honestos, fue un desastre. Se jalaron una torta monumental y, por ahora, los únicos que andamos salados somos los consumidores y los pequeños comerciantes que solo intentaban pulsearla.
Y ustedes, maes, ¿ya se toparon el famoso rótulo de 'No SINPE' en la pulpe del barrio? ¿Creen que Hacienda midió bien esta vara o es un despiche anunciado?
Vamos a ver, para entender la torta en la que estamos metidos. La vara es así: desde el 1 de setiembre, el Ministerio de Hacienda se puso en modo detective y decidió que cualquier pago por SINPE Móvil, sin importar si es por un chifrijo o por un carro, tiene que ir amarrado a una factura electrónica. La idea, en el papel, sonaba hasta lógica: que todo el mundo pague el IVA y evitar la evasión. El director de Tributación, Mario Ramos, salió a decir que esto no es nuevo, que siempre se debió pagar impuestos. Pero mae, una cosa es lo que dice la ley en un papel y otra el corre corre del día a día de un pequeño negocio.
Y aquí es donde el plan se fue al traste. Para la doña de la soda, el mae del bazar o el emprendedor que vende postres por Instagram, esta nueva regla no es más que un dolor de cabeza. Significa más brete administrativo, comprar un sistema de facturación si no lo tienen, y el miedo constante a que les caiga una multa por un error. ¿La solución más fácil y rápida para ellos? Cortar por lo sano y arrancar el SINPE de raíz. Es una jugada defensiva, una forma de decir: 'Mire, Hacienda, yo lo que quiero es bretear en paz, no llenarme de trámites que al final me salen más caros'.
El problema de fondo, y lo que parece que a los genios de Hacienda se les olvidó, es que Costa Rica vive montada sobre una economía informal gigante. Sobrevivir aquí es una odisea, y para muchos, formalizarse es un lujo. No es solo pagarle a Hacienda; es la Caja, son las patentes, es un montón de plata que simplemente no da. El SINPE Móvil había sido un tanque de oxígeno para miles de emprendedores, una herramienta tuanis que les permitía vender sin complicarse. Ahora, al meterle esta traba, lo que hacen es empujarlos de nuevo a la sombra, al efectivo, donde todo es más difícil de rastrear. El tiro les salió por la culata.
Al final, como siempre, los que quedamos en el medio somos nosotros, los de a pie. Los que nos habíamos acostumbrado a la comodidad de no andar con efectivo, a la seguridad de pagar con el celular. Ahora nos toca volver a pensar en el sencillo, en el peligro de que nos asalten por andar plata en la bolsa. La intención de modernizar y transparentar la economía era buena, nadie lo niega. Pero la ejecución, mae, seamos honestos, fue un desastre. Se jalaron una torta monumental y, por ahora, los únicos que andamos salados somos los consumidores y los pequeños comerciantes que solo intentaban pulsearla.
Y ustedes, maes, ¿ya se toparon el famoso rótulo de 'No SINPE' en la pulpe del barrio? ¿Creen que Hacienda midió bien esta vara o es un despiche anunciado?