Toda persona tiene derecho e convivir y cohabitar con la(s) personas que desee. Pero eso no significa necesariamente que la sociedad deba sancionar necesariamente dicha unión, que en el caso del matrimonio no es simplemente un acto privado. Es un compromiso legal (aunque con menos fuerza actualmetne sin duda) frente a la sociedad.
Además, se ha pensado de verdad las consecuencias de legitimar este tipo de uniones? Al parecer, todo el mundo se queda atorado en la idea de que "si se quieren, nadie tiene el derecho de evitar que se casen". Pues sí: hay ciertas clases de uniones que por más se diga que hay amor, no son conveneintes. Entre personas de una misma familia por ejemplo.
Inclusive, es curioso que se quiera permitir la unión entre personas de un mismo sexo, pero no se diga nada de la prohibición que aún existe de un padrastro de casarse con su hijastra por ejemplo, aún después que se haya separado de la madre. El Código de Familia aún prohibe esa unión, aunque en apariencia no tendría nada malo desde el punto de vista biológico.
El matrimonio es sin duda cambiante. Ha cambiado a través de la historia. Pero en lo básico, es la unión de un hombre con una mujer. Se puede decir que es la forma en que el hombre es "civilizado". Es simplemente un hecho de la realidad que los hombres son los que realizan la mayor cantidad de crímenes: robos, asaltos, asesinatos, etc. En comparación con las mujeres. Los hombres son en promedio más promiscuos y más violentos.
Qué consecuencias tendrá la legalización de matrimoniso de personas del mismo sexo? Un secreto a voces es la alta incidencia de violencia doméstica entre parejas del mismo sexo. No es un fenómeno muy observado en el país, sin duda por el menor tiempo que este tipo de uniones han sido más abieras o reconocidas. Pero en el caso de los EEUU, se han realizado estudios al respecto. Uno de estos, del Departamento de Justicia, puede verse acá: (Enlace es a archivo pdf)
http://www.ncjrs.gov/pdffiles1/nij/181867.pdf
Dicho estudio hace un análisis de la victimización de personas en una relación de pareja. La muestra fue recogida de todo el país, y hace un análisis exhaustivo de dicha problemática, en todos sus ángulos. Dentro del estudio, está el siguiente cuadro (#8, pág 29), que muestra el procentaje de hombres y mujeres que han tenido una historia de victimización a manos de su pareja en una relación íntima. La muestra se separa entre hombres y mujeres viviendo en una realción de pareja de distinto sexo y de mismo sexo:
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El Estudio muestra que, para toda la población, cerca de 25,5% de las Mujeres y 7,7% de los hombres habían experimentado algún tipo de ataque o victimización por parte de su pareja a través del tiempo. Esto incluía ataques, violación, acoso, o una mezcla de éstos.
Separando la población entre parejas de sexo distinto y parejas de un mismo sexo, resulta que 39,2% de las mujeres y 23.1% de los hombres en relaciones con parejas del mismo sexo han experimentado un tipo de asalto o ataque por parte de su pareja. (Primera COlumna de Cuadro).
En el caso de parejas de distinto sexo (Segunda columna de cuadro) el 21.7% de las mujeres y el 7.4% de los hombres reportan que han sido víctima en algún momento de ataques por parte de su pareja.
Si bien la victimización de mujeres en parejas del mismo sexo es alta (39.2%) la mayor parte fue perpetrada por hombres. Del porcentaje mencionada, unas tre cuartas partes el ofensor fue un hombre.
La realidad es que dicho estudio muestra que la prevalencia de violencia entre parejas del mismo sexo es significativamente mayor que la prevaleciente en parejas de personas con distinto sexo. Y que los hombres son los principales provocadores de dicha violencia.
Respecto a hombres conviviendo con parejas del mismo sexo, cerca de 15% reporta haber sido violado, atacado o acosado por un hombre con el que ha convivido. Esta tasa es más del doble del 7,4% de hombres en parejas de sexo distinto que han reportado ser atacado o acosado por la mujer con que conviven.
Así que, la legalización de matrimonios entre parejas del mismo sexo podría tener un efecto más negativo en cuanto a la prevalencia de casos de agresión doméstica en los hogares. Por lo tanto, creo que debería estudiarse más a fondo las características de violencia en la convivencia de parejas del mismo sexo antes de decidir si de verdad es adecuado legalizarlas.