¡Ay, Dios mío, qué torta! La Facultad de Derecho de la UCR amaneció convertida en piscina el lunes pasado, cortesía de las lluvias que nos cayeron encima el domingo. Imagínate la escena: libros flotando, computadoras empapadas y estudiantes tratando de salvar sus trabajos finales… ¡Un verdadero papelón!
Según el comunicado oficial de la universidad, las lluvias torrenciales –y vaya que fueron torrenciales, mae– provocaron que el parqueo subterráneo quedara bajo agua, llegando incluso al Edificio B, donde están los elevadores. El primer piso de la facultad, el Edificio A, también sufrió las peores consecuencias, junto con las zonas verdes. Parece que la Madre Naturaleza decidió que necesitábamos un poco de humedad extra en San Pedro.
Las autoridades académicas, encabezadas por la decana Marcela Moreno Buján y el director de docencia, Gustavo González Solano, tuvieron que tomar medidas rápidas. “Se ha suspendido cualquier actividad presencial hasta nuevo aviso”, dijeron en el comunicado. Lo bueno es que ahora todo va a ser virtual, así que por lo menos podemos trabajar desde la comodidad de nuestros hogares, aunque a ver cómo le hacemos con la conexión a internet en medio de esta crisis…
Y hablando de crisis, parece que la UCR no se quedó de brazos cruzados. Ya movilizaron equipos de mantenimiento, salud ocupacional y gestión de riesgos para evaluar los daños y ponerle remedio. Dicen que van a hacer una limpieza profunda y desinfección, porque obviamente esto no es precisamente higiénico. Esperemos que tengan todo listo pronto, porque ya algunos estudiantes andaban quejándose de que no pueden acceder a sus apuntes.
La verdad es que esto pone en evidencia la vulnerabilidad de nuestras universidades frente al cambio climático, diay. No es la primera vez que vemos este tipo de situaciones, y seguramente tampoco será la última. Se necesita urgentemente invertir en infraestructura resistente a estos fenómenos extremos, sino vamos a seguir viendo escenas lamentables como esta. Quizás deberíamos empezar a pensar en aulas flotantes… ¡No sé, estoy soltando ideas!
Mientras tanto, los administrativos tendrán que teletrabajar, y los estudiantes se adaptan a las clases virtuales. Algunos dicen que es una bendición tener un descanso inesperado, otros están preocupados por perder tiempo valioso. Pero bueno, como dice el dicho, “cuando la vida te da limones, haz limonada”. Así que toca sacar provecho de la situación y aprovechar para ponernos al día con otras cosas.
Lo cierto es que este incidente ha generado mucha conversación en redes sociales. Hay videos de estudiantes tratando de rescatar sus cosas del agua, memes haciendo referencia a la situación, y debates sobre la necesidad de mejorar la infraestructura de la UCR. Parece que este evento ha sacudido un poquito la calma habitual en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio. ¡Pero qué le vamos a hacer, estamos en Costa Rica y estas cosas pasan!
En fin, queda la pregunta abierta: ¿Deberían las universidades costarricenses invertir más recursos en adaptación al clima, o es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional? ¿Creen que esta inundación debería servir como llamada de atención para tomar medidas más drásticas a largo plazo?
Según el comunicado oficial de la universidad, las lluvias torrenciales –y vaya que fueron torrenciales, mae– provocaron que el parqueo subterráneo quedara bajo agua, llegando incluso al Edificio B, donde están los elevadores. El primer piso de la facultad, el Edificio A, también sufrió las peores consecuencias, junto con las zonas verdes. Parece que la Madre Naturaleza decidió que necesitábamos un poco de humedad extra en San Pedro.
Las autoridades académicas, encabezadas por la decana Marcela Moreno Buján y el director de docencia, Gustavo González Solano, tuvieron que tomar medidas rápidas. “Se ha suspendido cualquier actividad presencial hasta nuevo aviso”, dijeron en el comunicado. Lo bueno es que ahora todo va a ser virtual, así que por lo menos podemos trabajar desde la comodidad de nuestros hogares, aunque a ver cómo le hacemos con la conexión a internet en medio de esta crisis…
Y hablando de crisis, parece que la UCR no se quedó de brazos cruzados. Ya movilizaron equipos de mantenimiento, salud ocupacional y gestión de riesgos para evaluar los daños y ponerle remedio. Dicen que van a hacer una limpieza profunda y desinfección, porque obviamente esto no es precisamente higiénico. Esperemos que tengan todo listo pronto, porque ya algunos estudiantes andaban quejándose de que no pueden acceder a sus apuntes.
La verdad es que esto pone en evidencia la vulnerabilidad de nuestras universidades frente al cambio climático, diay. No es la primera vez que vemos este tipo de situaciones, y seguramente tampoco será la última. Se necesita urgentemente invertir en infraestructura resistente a estos fenómenos extremos, sino vamos a seguir viendo escenas lamentables como esta. Quizás deberíamos empezar a pensar en aulas flotantes… ¡No sé, estoy soltando ideas!
Mientras tanto, los administrativos tendrán que teletrabajar, y los estudiantes se adaptan a las clases virtuales. Algunos dicen que es una bendición tener un descanso inesperado, otros están preocupados por perder tiempo valioso. Pero bueno, como dice el dicho, “cuando la vida te da limones, haz limonada”. Así que toca sacar provecho de la situación y aprovechar para ponernos al día con otras cosas.
Lo cierto es que este incidente ha generado mucha conversación en redes sociales. Hay videos de estudiantes tratando de rescatar sus cosas del agua, memes haciendo referencia a la situación, y debates sobre la necesidad de mejorar la infraestructura de la UCR. Parece que este evento ha sacudido un poquito la calma habitual en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio. ¡Pero qué le vamos a hacer, estamos en Costa Rica y estas cosas pasan!
En fin, queda la pregunta abierta: ¿Deberían las universidades costarricenses invertir más recursos en adaptación al clima, o es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional? ¿Creen que esta inundación debería servir como llamada de atención para tomar medidas más drásticas a largo plazo?